Se llama «Marge» y es una vaca frisona de Nueva Zelanda. A primera vista es una vaca como otra cualquiera, pero su organismo esconde un don que la hace especial: produce leche desnatada de forma natural y, además, con elevados niveles de ácidos Omega 3 y grasas poliinsaturadas.
Este animal fue localizado en 2001, entre otros cuatro millones de vacas, por los científicos de una empresa biotecnológica de Nueva Zelanda, ViaLactia, que estudiaba entonces con detalle la composición de la leche de todo el ganado del país. Su dueño recibió 175 euros a cambio de «Marge», que desde el mismo momento en que cambió de manos fue sometido a toda clase de pruebas y estudios en un laboratorio secreto de la compañía.
Al parecer son los genes los que confieren a esta vaca una habilidad destinada, según ViaLactia, a revolucionar la industria de los productos lácteos en todo el mundo. Y es que la producción artificial de productos bajos en grasas y calorías supone un elevado coste económico para la industria láctea.
Los científicos ya han constatado que los descendientes de «Marge» tienen sus mismas facultades. Incluso los machos son capaces de heredar y de transmitir después a otras generaciones su extraordinaria capacidad. La fecha prevista para que las primeras manadas productoras de leche desnatada estén listas para la venta es, según la compañía neozelandesa, el año 2011.