Varios estudios han demostrado que la concentración de serotonina en el cerebro es directamente proporcional a la concentración del triptófano en el plasma y el cerebro. La ingesta dietética de triptófano influye en la cantidad de serotonina en el plasma, el cerebro y los niveles en todo el cuerpo. Esta fue la primera demostración, realizada en 1980, en la que se acepta que un neurotransmisor cerebral está controlado por la dieta, concretamente por un simple aminoácido.
El metabolismo del triptófano es complejo y tiene muchos procesos. Requiere de una cantidad adecuada de vitamina B6 y magnesio para desempeñar su función de manera adecuada. La vitamina B-6 está involucrada en la conversión de triptófano en serotonina.¿Cuáles son sus funciones?
Es uno de los aminoácidos esenciales para que el organismo elabore sus propias proteínas. Las neuronas (células nerviosas) lo utilizan para producir serotonina, un mensajero químico que entre otras funciones corporales, favorece la relajación. Y además, con cada 60 miligramos de triptófano dietético, nuestro organismo elabora 1 mg de vitamina B3 (niacina).
¿Cuáles son nuestras necesidades?
Los valores propuestos por la OMS para un adulto son de 3,5 mg por kilo de peso al día. Para calcular la cantidad ingerida, suele aceptarse que las proteínas de la dieta contienen un mínimo del 1% de triptófano. Así, una dieta con 60 g de proteínas proporcionarán 600 mg de triptófano, es decir, casi más del doble de lo recomendado.
¿Dónde se encuentra?
El triptófano es uno de los aminoácidos esenciales presente en las proteínas de origen animal, por lo tanto, las principales fuentes son los huevos y la leche, seguidos de pescados, carnes. También abunda en los cereales integrales.
¿Cómo se detecta la deficiencia?
A menudo, las deficiencias de niacina (vitamina B3) y triptófano se combinan con la de vitamina B6. Ello se debe a que la transformación del triptófano en niacina depende de esa última vitamina. Es habitual el dolor en la boca, con lengua y mucosas rojas y doloridas.
Por otra parte, el sistema serotoninérgico tiene una estrecha relación con la ingesta alimentaria. La serotonina influye en la ingesta alimentaria por mecanismos neuro-bioquímicos y la ingesta alimentaria influencia el sistema serotoninérgico, alterando la disponibilidad de triptófano y, en consecuencia, el grado de síntesis del neurotransmisor. La serotonina actúa sobre los núcleos de control del apetito, disminuyendo el hambre y la ingesta de alimentos.
En las personas que padecenbulimia nerviosa , se han realizado algunos estudios administrando un suplemento de triptófano, éste parece disminuir la apetencia por los alimentos en general y en especial el «picoteo» de los alimentos ricos en hidratos de carbono.
¿Quién tiene mayor riesgo de déficit?
Durante la infancia, las necesidades de aminoácidos esenciales son mayores. También aquellas personas que siguen una dieta vegetariana sin huevos ni productos lácteos tienen mayor riesgo de deficiencia.