Imagen: Dria Peterson> La algarroba es el fruto del árbol conocido en botánica como Ceratonia Siliqua, perteneciente a la familia de las leguminosas, a partir de la cual se elabora un producto similar y sustitutivo del chocolate. Pero de este fruto no sólo se obtiene este singular producto, sino que también se aprovecha para conseguir piensos para el ganado, aditivos espesantes como la goma garrofín o E-410, licores o galletas entre otros.
Ventajas de la algarroba
Para los que deseen restringir el consumo de azúcar, teobromina y grasa, la algarroba es una alternativa saludable al chocolate. No requiere azúcar porque naturalmente ya es de sabor dulce (50% de hidratos de carbono, sacarosa, glucosa y fructosa), de ahí que también se la emplee para mejorar el aroma y el sabor de numerosos productos alimenticios. Es una buena fuente de vitaminas del grupo B como la B1 o tiamina, la B2 o riboflavina, la B3 o niacina y de pro-vitamina A o beta-caroteno. De sus minerales sobresalen el potasio, el fósforo, el magnesio, el calcio, el silicio y el hierro.
A diferencia del chocolate, posee un menor contenido de grasa, tan sólo un 2%. También contiene una cantidad nada desdeñable de proteínas, entre un 8 y un 10%. Las semillas de algarroba son muy ricas en mucílagos, un tipo de fibra soluble que facilita la digestión y alivia las molestias digestivas. En concreto, los mucílagos (sustancia viscosa) ejercen una acción favorable contra la inflamación de la mucosa digestiva, lo que beneficia a quienes tienen gastritis, dispepsia (digestión pesada), pirosis o ardor, diarrea y otras afecciones digestivas similares. En caso de diarrea, hay quien recomienda ingerir una cucharada de algarroba en polvo en una taza de líquido, preferiblemente agua.
Obtención del sucedáneo de chocolate
La algarroba beneficia a quienes tienen gastritis, digestiones pesadas, ardores o diarrea por su contenido en mucílagos, un tipo de fibra soluble
Las vainas de algarroba son alargadas (llegan a medir 20 centímetros de largo) y adquieren un color marrón cuando están maduras. Éstas se desecan, se tuestan y se pulverizan para dar lugar a un producto alternativo al chocolate. Su sabor y color se asemejan mucho al del cacao, con distintas tonalidades según el grado de tostado.
Tres cucharaditas de algarroba con 2 cucharaditas de agua equivalen a 1 onza de chocolate (28,7 g). Para obtener este sucedáneo, en primer lugar se tuestan las vainas en una olla. Una vez realizado este proceso, hay que sacarlas, ponerlas en el mortero y molerlas hasta que queden reducidas a un polvo fino. Después éste se mezcla con leche como si fuese un cacao soluble. Así se consigue el nuevo «chocolate».
El conjunto no debe hervir, ya que de ser así amarga un poco. Gracias a este sucedáneo, la leche adquiere un tono chocolate y un sabor y aroma muy agradables. Si se quiere endulzar un poco más, puede añadirse un poco de azúcar o de miel.
La algarroba es originaria del Mediterráneo. Su cultivo en España tiene un significado muy especial, dado que ha sido y sigue siendo un buen alimento del ganado, así como una fuente adecuada de nutrientes en épocas de carestía.
De hecho, fue un alimento base durante la guerra civil española, y en muchos países de Latinoamérica se sigue empleando como complemento energético y nutritivo de una dieta saludable. Su empleo también es muy común en la industria alimentaria y farmacéutica.