Numerosas investigaciones se centran en el campo que estudia el papel de la nutrición en relación con la fertilidad. Esta asociación está bien establecida en los animales. Sin embargo, el impacto sobre la fertilidad en humanos se ha analizado poco. Son diversos los estudios que sugieren que el déficit de ciertos nutrientes afecta a la capacidad reproductiva masculina. Por tanto, cuando una pareja se plantea tener descendencia, no solo hay que revisar la alimentación de la mujer, sino también la del varón. En los hombres, la mayoría de los casos de infertilidad se deben a un bajo contenido de espermatozoides en el semen (oligospermia) o a la baja movilidad de los mismos. En ambas situaciones, se reducen de forma drástica las posibilidades de que los espermatozoides lleguen al óvulo y lo fecunden. Pese a los numerosos casos de infertilidad, los especialistas aseguran que muchas de las causas de dificultades para la fecundación responden a cambios en los hábitos alimentarios y de estilo de vida. El cuidado de la dieta es fundamental.
Nutrición para la fertilidad
Imagen: Benjamin Earwicker
Los hombres son la parte estéril de la pareja en el 30% de los casos y, por ello, cada vez son más las investigaciones centradas en este asunto. Diversos estudios sugieren que el déficit de ciertos nutrientes, como el ácido fólico, el cinc y los antioxidantes, afecta, aunque de distinta manera, a la capacidad reproductiva masculina. Ante tal evidencia, a cualquier varón que se plantee con su pareja el embarazo, o que esté preocupado porque piense que puede ser estéril, le resultará útil conocer que algunos nutrientes son esenciales para la formación de los espermatozoides sanos.
Nutrientes como el ácido fólico, el cinc y antioxidantes (vitamina A, E y selenio) participan en la función reproductora
Acido fólico. Su deficiencia afecta al número y la movilidad de los espermatozoides. En una investigación realizada por la University Medical Centre Nijmegen, en Holanda, publicada en la revista ‘Fertility and Sterility’ en el año 2002, los investigadores comprobaron cómo después de un tratamiento conjunto de ácido fólico y cinc se incrementó notablemente el número de espermatozoides en el semen. Otros estudios sugieren que el déficit de ácido fólico causa alteraciones en el ADN del espermatozoide y puede ser motivo de defectos congénitos en el futuro bebé. El ácido fólico es muy abundante en verduras de hoja verde, legumbres, cereales integrales y otros que estén enriquecidos con esta vitamina.
Cinc. Es un mineral esencial para la función del sistema reproductor masculino, al estar implicado en el crecimiento y desarrollo de los órganos sexuales. La cantidad y la movilidad del esperma están relacionadas de manera directa con los niveles de cinc en el organismo. Las cifras de testosterona -hormona sexual masculina- también dependen de la concentración de cinc. Los mariscos, las carnes magras, los pescados y los huevos son los alimentos más concentrados con este elemento, que también está en cantidades modestas en legumbres y frutos secos.
Dieta rica en antioxidantes
Los órganos reproductivos masculinos (testículos) son muy susceptibles a la acción nociva de los radicales libres, causantes del envejecimiento celular y de trastornos en la capacidad reproductora. Diversas sustancias tóxicas que se concentran en ambientes a los cuales está expuesto el hombre, como pesticidas, insecticidas y metales pesados (plomo, mercurio, níquel, cadmio), también provocan daño oxidativo en el aparato reproductor masculino y alteran el funcionamiento normal.Los antioxidantes neutralizan la acción dañina de los radicales libres sobre la calidad del semen y la motilidad de los espermatozoides
Una dieta equilibrada con alto contenido de antioxidantes ayuda a revertir algunos de los daños oxidativos provocados por las toxinas ambientales o por los radicales libres generados por el proceso de respiración natural, sobre la función de las gónadas y sobre la calidad del semen.
Vitamina C. Por su carácter antioxidante, favorece la desintoxicación de algunos metales pesados como el plomo y el cadmio, lo que influye de manera positiva en la calidad y cantidad del semen y en la función de los órganos sexuales. Como antioxidante, junto con las vitaminas A y E, y minerales como el selenio, protege al ADN del daño oxidativo.
Vitamina E. Por su capacidad antioxidante, contrarresta la acción nociva de los radicales libres en la movilidad de los espermatozoides y en la calidad del semen. El germen de trigo es la fuente natural más concentrada en vitamina E. Se puede añadir a ensaladas, zumos, etc. para reforzar la dieta con este nutriente. El aceite de oliva virgen extra y los frutos secos también son un buen recurso dietético en este antioxidante.
Vitamina A. Protege a las células del aparato reproductor masculino del proceso de envejecimiento prematuro causado por los radicales libres. Favorece la fertilidad, ya que participa en la formación de esteroides, base de las hormonas sexuales. Esta vitamina abunda en las grasas lácteas (nata, mantequilla) y en la leche entera. También está presente en forma de beta-caroteno (precursor de la vitamina A en el organismo) en la zanahoria, la calabaza, el albaricoque y en la mayoría de las hortalizas de color anaranjado-rojizo, así como en las verduras de hoja verde.
Las frutas y hortalizas son los alimentos más concentrados en antioxidantes. Por ello, incluir a diario tres raciones de fruta y dos de verduras mejora la salud reproductiva y favorece la fertilidad. Así lo informaron en una reunión de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, donde mostraron los resultados de una investigación. Se constató que el 83% de los hombres infértiles tenían un bajo consumo de frutas y verduras, que se define como menos de cinco porciones al día, en comparación con el 40% de los hombres fértiles. También se detectó una menor motilidad espermática en los hombres que comían menos frutas y verduras.
¿Suplementos de selenio antioxidante?
Los espermatozoides contienen altas concentraciones de selenio, de ahí que haya sido un oligoelemento asociado con la función reproductiva masculina. Se le adjudican diversas funciones, como la participación en la secreción de testosterona y la mejora de la movilidad y cantidad de esperma. Además, el selenio tiene capacidad antioxidante -forma parte de la glutatión peroxidasa, potente enzima antioxidante endógena- y esta función se revela interesante como medio para contrarrestar y reparar los daños oxidativos de toxinas y radicales libres sobre la calidad del semen.La deficiencia de selenio se asocia a una menor capacidad reproductora
La deficiencia de selenio se asocia a bajo rendimiento en la reproducción en ratas, ratones, pollos, cerdos, ovejas y ganado vacuno, mientras que con la complementación de la dieta con selenio se confirma una mejora en la reproducción animal. Ante estos conocimientos y la posible extrapolación a seres humanos, se comercializan suplementos de selenio (en muchos casos combinados con vitamina E, también antioxidante) para mejorar la fertilidad masculina. Pero como sucede con la mayoría de los oligoelementos, la ingesta excesiva puede tener efectos adversos para la salud. Varios informes de la literatura científica sugieren que el exceso de ingesta de selenio puede degradar la calidad del semen en hombres sanos, justo lo contrario a lo que se pretende.
La ingesta dietética de referencia establecida por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (según informes del «Grupo Especial para el estudio de antioxidantes y compuestos relacionados en la dieta») ha propuesto un límite máximo de seguridad de 400 miligramos al día para prevenir los signos de toxicidad de selenio.
No obstante, según el informe más reciente realizado por el Centro de Investigación en Nutrición Humana de la Universidad de California, se demuestra que la suplementación a largo plazo en niveles cercanos o ligeramente superiores a los límites máximos de seguridad no afecta a la calidad del semen en hombres sanos. Los resultados sugieren que los mecanismos que controlan los niveles de selenio en los testículos también sirven para prevenir el exceso de acumulación del oligoelemento en el esperma. Por lo tanto, el consumo de suplementos de selenio -siempre bajo consejo facultativo- es seguro en tanto que no afecta de manera negativa a la fertilidad masculina, ni a la motilidad de los espermatozoides, ni al volumen de semen.
Las causas que afectan a la calidad (morfología y movilidad de los espermatozoides) y a la cantidad de esperma ajenas a la nutrición y que conviene descartar ante un problema de posible esterilidad son diversas. En la historia médica del paciente, el especialista analizará todas las posibles causas que puedan interferir en la reproducción. Desde antecedentes de enfermedades que podrían afectar a los testículos (paperas, enfermedades de transmisión sexual, infecciones como el varicocele), hasta la exposición a la contaminación por metales pesados o a la radiación, o el uso prolongado de fármacos como los corticoesteroides, además del tabaco y el consumo exagerado de alcohol.
Reducir hábitos tóxicos como fumar o beber en exceso mejora la calidad y cantidad de esperma
Las personas que fuman están expuestas al cadmio que contiene el tabaco, metal pesado que interfiere con la absorción y la utilización del cinc en el organismo, por lo que es más probable la deficiencia del mineral en ellas. Tal y como se ha descrito, la concentración de cinc en los testículos puede ser causa de infertilidad masculina, ya que es un mineral esencial para la formación del esperma, así como para la movilidad de los espermatozoides. A menudo, una reducción de la ingesta de alcohol, tabaco y otras drogas, así como la prevención frente a contaminantes ambientales, es suficiente para aumentar la producción de esperma.