La enfermedad celíaca es un desorden producido por una respuesta inmunitaria al gluten en individuos que tienen una predisposición genética. Es decir, quien no esté predispuesto a padecerla, aunque tome altas cantidades de alimentos con gluten, no sufrirá la enfermedad. Pese a ello, hay personas que eliminan de forma injustificada los alimentos con gluten, sin un correcto diagnóstico de la enfermedad. El presente artículo describe en qué casos concretos se aconseja una dieta sin gluten y por qué no es recomendable excluir esta proteína de la dieta de la población en general.
Dieta sin gluten: en qué casos está indicada
La celiaquía, o enfermedad celíaca, es una alergia alimentaria al gluten, la principal proteína de cuatro cereales muy utilizados en nuestra alimentación diaria: el trigo, la avena, la cebada y el centeno. Esta proteína también aparece en otros cereales como el kamut, el triticale o la espelta. Por lo general, se afirma que la enfermedad celíaca es una «intolerancia al gluten», pero como en esta patología está implicado un mecanismo inmunológico, es en realidad una alergia, tal y como reconocen la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI, por sus siglas en inglés) o la Organización Mundial de Alergia.
Además de en los casos de enfermedad celíaca, el médico puede valorar la utilidad de una dieta sin gluten en pacientes con una condición denominada «sensibilidad al gluten no celíaca«, en la que, también en personas con susceptibilidad genética, se produce una reacción inmunológica aumentada tras la ingesta de alimentos con gluten. En cualquier caso, tan y como han señalado en marzo de 2013 Victoria María Díaz y colaboradores, conviene conocer y estudiar mejor esta condición «antes de dar mensajes contradictorios y de establecer dietas injustificadas». Otras patologías en las que una dieta sin gluten podría tener cierta utilidad (que debe valorar el médico) son ciertas enfermedades autoinmunes crónicas tales como la psoriasis, la artritis reumatoide y en la diabetes tipo 1.
Por qué no se debe excluir el gluten de la dieta en personas sanas
Una dieta sin gluten podría ser perjudicial para la salud intestinal en personas que no padecen enfermedad celíaca
Al margen de las condiciones antes descritas, la dieta sin gluten no es en absoluto recomendable para la población general. Es habitual recibir falsas informaciones que prometen mejoras para la salud asociadas a la exclusión del gluten (como pérdida de peso, o mejoras en la salud del cabello, por citar solo dos). No hay datos que sustenten que seguir una dieta sin gluten aporte beneficio alguno a la población general, tal y como señalaron Gaesser y Angadi en septiembre de 2012. También indicaron algo más: hay evidencias científicas que sugieren que una dieta sin gluten podría ser perjudicial para la salud intestinal en personas que no padecen enfermedad celíaca o «sensibilidad al gluten no celíaca».
Si bien es cierto que los especialistas consideran que esta enfermedad está infradiagnosticada (es decir, muchas personas no saben que la padecen), también es cierto que cada vez hay más personas que eliminan el gluten de su alimentación o de la de sus hijos porque se lo ha dicho un «terapeuta alternativo» o porque lo piensan ellas mismas, sin consultar a un especialista. Algo nada recomendable: restringir los cereales con gluten convierte a la alimentación en un juego de malabares que puede desequilibrar la dieta, sobre todo en niños.
Ante la duda, acuda al médico. Como la piedra angular del tratamiento de esta enfermedad es la exclusión total y de por vida de los alimentos que contienen gluten, es recomendable, tal y como se aconseja desde MedlinePlus, consultar también con un dietista-nutricionista. La ayuda profesional es indispensable, puesto que esta es una dieta difícil de seguir y, además, no vale hacerla «a medias»: incluso pequeñas cantidades de gluten pueden perjudicar seriamente, a largo plazo, la salud de quien padece esta patología.