Imagen: Alistair WilliamsonEl rabanito (Raphanus sativus L. var. sativus) es una raíz que se consume como verdura. Puede tener forma esférica, ovalada o cilíndrica. Su piel es roja, rosada, morada o blanca-roja, mientras que su carne es siempre blanca. Esta raíz es originaria del Oriente Próximo, pero ya en tiempos de los romanos su cultivo se extendió por toda Europa. Hoy día se cultiva en todos los países de clima templado, sobre todo en China, Japón y Corea.
Composición del rabanito
El componente mayoritario del rabanito es el agua, ya que la contiene en un 95%. Es pobre en carbohidratos y más aún en grasas y proteínas, y por eso su aporte de calorías es muy bajo (unas 20 por cada 100 gramos). De sus vitaminas sobresalen sólo la C y el ácido fólico. Entre sus minerales destacan el potasio, que es el más abundante, y el yodo. Además de dichos nutrientes, el rabanito, al igual que otras variedades de rábano, contiene compuestos de azufre que le confieren ese sabor picante tan característico. Pero no sólo se nota en el sabor, ya que también se atribuye a dichos compuestos propiedades muy saludables:
- Digestivas: el consumo de rabanito estimula la liberación de bilis, potenciando el buen funcionamiento del hígado, y de otras secreciones que favorecen la digestión de la comida.
- Antimicrobianas y mucolíticas: los rabanitos ayudan a nuestro sistema inmunológico, a la vez que poseen una acción mucolítica, es decir, que ablandan la mucosidad, lo que beneficia a quienes tienen sinusitis y afecciones respiratorias como la bronquitis.
Además de dichas propiedades, se sabe que el consumo de rabanitos y otras verduras contribuye a reducir el riesgo de cáncer, dado su contenido de antioxidantes, en particular de vitamina C y de compuestos de azufre.
La primavera y el verano: Su mejor época
El rábanito favorece la digestión y el trabajo del hígado, además de poseer propiedades mucolíticas que mejoran afecciones como la sinusitis y la bronquitis
En primavera y verano los rabanitos se cultivan al aire libre, mientras que en otoño su cultivo se lleva a cabo en invernaderos. La mejor época para su consumo es en los meses de mayo, junio y julio, periodo en el que crece su presencia tanto en mercados como en tiendas de alimentación.
Durante la compra, conviene seleccionar ejemplares carnosos, firmes y de piel suave, entera y sin fisuras. Si preservan las hojas, éstas deben tener un color intenso, garantía de frescura.
Para que los rabanitos conserven sus cualidades durante el mayor tiempo posible es aconsejable eliminar las partes verdes, ya que aceleran su desecación. También se recomienda guardarlos en el frigorífico en bolsas de plástico perforadas. Así se garantiza su conservación durante al menos una semana.
En general, los rabanitos se consumen crudos, acompañados de salsas o como aperitivo, aderezados con aceite, sal y pimienta. También se pueden consumir rehogados, o utilizarlos para elaborar salsas de sabor intenso para acompañar a carnes.
Es muy frecuente utilizar los rabanitos en la preparación de ensaladas junto con otros vegetales, ya que de esta forma proporcionan un toque de color y sabor muy característicos y refrescantes.
El rábano pertenece a la familia de las Crucíferas, que engloba 380 géneros y unas 3.000 especies propias de regiones templadas o frías del hemisferio norte. La importancia de esta familia de hortalizas reside en que contienen unos compuestos de azufre, considerados como potentes antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades. Se puede hablar de seis tipos de rábanos en función de su forma y color:
- Rábano chino, japonés o daikon: procede de Japón y se caracteriza por su forma cilíndrica y alargada. Es de color blanco y sabor suave.
- Rábano negro o de invierno: tiene forma cilíndrica y redondeada. Su piel es de color negro y muy difícil de digerir, mientras que su carne es blanca y más digestiva.
- Rabanitos: es la variedad comentada en el artículo, que puede presentar forma esférica, ovalada o cilíndrica.
La forma y color que presentan los rábanos dependen también de su temporada. Así, también se pueden clasificar en función de su época de cultivo:
- Rábanos de primavera: tienen forma esférica y su tamaño no suele ser muy grande.
- Rábanos de verano: su forma es alargada y su tamaño mayor que los de primavera. En general, los rábanos de primavera y los de verano son variedades que se consumen crudas.
- Rábanos de otoño: son de mayor tamaño que los anteriores y suelen cocerse antes de su consumo.