Quizá sea por su exquisito sabor… o tal vez porque se desayuna en un día tan especial como la mañana de Reyes, después de abrir los regalos y en compañía de un chocolate a la taza caliente. El roscón de Reyes es una de las preparaciones favoritas de la familia en las fiestas navideñas. La tradición dice que quien encuentra el haba o muñequito guardado en su interior paga este dulce, pero en este caso no será necesario, ya que lo vamos a elaborar en casa. A continuación os damos algunos consejos para preparar un roscón de Reyes perfecto, trucos para saber cómo deben estar los ingredientes y detalles que se han de tener en cuenta en su elaboración.
Ingredientes y trucos para hacer un roscón de Reyes en casa
Para hacer un roscón de Reyes necesitaremos un poco de paciencia, ya que es un tipo de bollo que requiere doble fermentación, por lo que debemos elaborarlo el día anterior para poder disfrutar con todos de la fiesta. La ventaja es que aguanta a la perfección de un día para otro. El primer paso es contar con todos los ingredientes que se necesitan para su preparación.
- Ingredientes (para cuatro personas): 250 gramos de harina, un huevo, 25 ml de agua, 25 ml de leche templada, 50 gramos de azúcar, 50 gramos de mantequilla, 20 gramos de levadura fresca de panadero, una pizquita de sal, 5 ml de ron, 5 ml de agua de azahar, ralladura de medio limón, ralladura de media naranja, un huevo batido (para pintar el rosco), almendras fileteadas, frutas escarchadas y azúcar al gusto (para decorar).
Cuatro cuestiones que tener en cuenta respecto a los ingredientes:
- 1. Tamizaremos la harina con un colador fino. De ese modo estará suelta y perfectamente limpia. Al comprarla, hay que fijarse que sea la indicada para repostería, pero sin levadura.
- 2. La levadura, si es posible, intentaremos que sea de panadería (es decir, fresca). Si no la conseguimos y tenemos que sustituirla por levadura seca, entonces bajaríamos la cantidad de 20 gramos a 10.
- 3. Al huevo y la mantequilla los tendremos con antelación a temperatura ambiente, de manera que, luego, al mezclarlos, no haya diferentes temperaturas que puedan retrasar la unión de los distintos ingredientes.
- 4. Para trabajar la mantequilla, deberá estar a punto de pomada: su textura ha de ser casi como una plastilina y, muy importante, no deberá estar líquida. Es mejor trocearla para que al unir con el resto de la masa podamos hacerlo de una forma más rápida y uniforme.
Cómo hacer el roscón de Reyes paso a paso
🥄 La masa del roscón
Comenzamos con el amasado. Si tenemos un robot de cocina, es aconsejable utilizarlo con la función de amasar, ya que esta es una masa muy pegajosa. Se puede hacer a mano, por supuesto, pero resulta un tanto incómodo. Si este es el caso, podemos engrasarnos de vez en cuando la mano para que no se pegue la masa, aunque sin abusar, ya que esta grasa puede pasar a la masa y alterar el resultado final.
Lo primero es retirar un poco de harina, la levadura y el agua, mezclar los ingredientes, amasarlos y formar con ellos una bola (como una pelota de golf). Esta será la «masa madre«, que dejaremos reposar durante 30 minutos en un sitio tibio (a 35 ºC) hasta que fermente. Luego ponemos en la máquina de amasar el resto de la harina con el azúcar, el huevo, la sal, el ron, el agua de azahar y la ralladura de los cítricos. Para la ralladura, es importante que las frutas estén muy limpias y solo rallar la parte de color (no la blanca del interior).
Amasamos estos ingredientes durante 10 minutos y agregamos la bola de masa previamente fermentada. De esta manera adelantaremos el proceso de fermentación de la masa y conseguiremos que quede más esponjosa. Incorporamos la mantequilla trabajada con la mano, blanda y en trocitos (como si fuese plastilina), y mezclamos con la mano.
Intentaremos que quede una masa fina y elástica. Si la masa empieza a rezumar mantequilla, paramos y dejamos que se enfríe un poco para que la mantequilla se una de manera uniforme con el resto de los ingredientes. Un truco: siempre es mejor añadir la mantequilla al final para que la masa no se deshaga; si la agregamos al inicio, el amasado tiende a deshacerse.
🥄 Dejar reposar y dar forma al roscón
Cuando consigamos una masa fina, ligeramente pegajosa y elástica, la dejamos reposar durante 20 minutos en un lugar templado (a 35 ºC). Una vez que la masa suba y doble su volumen original, la rompemos de nuevo: amasamos ligeramente, damos forma de rosco sobre una bandeja de horno y esperamos otra vez a que fermente, a 35 ºC. Cuando haya vuelto a crecer, introducimos una pequeña haba seca, una figurita de porcelana o un detalle para que alguien encuentre la sorpresa (pero que sea lo suficientemente grande como para que nadie se la pueda tragar).
La forma de rosco se debe realizar de modo que quede un círculo perfecto y tirante, sin forma flácida, para que suba después de manera uniforme. Para saber si el fermentado es el correcto, debemos presionar la superficie de la masa: notaremos cómo ha subido el volumen, que la masa aguanta la presión y que no dejamos la marca de nuestros dedos. Si dejamos huella, significa que todavía está en proceso de fermentación. Es importante estar atentos en este paso, ya que si, por el contrario, dejamos que la masa fermente durante demasiado tiempo, una vez que la horneemos, se deshinchará.
🥄 Horneado y decoración del roscón de Reyes
Cuando la masa haya subido a nuestro gusto, pintamos con el huevo batido y colocamos las frutas escarchadas (o las almendras fileteadas) y el azúcar granillo por encima. Horneamos los primeros 10 minutos a una temperatura alta (como a 200 ºC) y luego ya bajamos a 180 ºC para los 20 minutos siguientes. Con esta temperatura y en ese tiempo terminaremos de hornear el rosco.
Otro detalle importante: debemos colocar el rosco lo más cerca que podamos de la base del horno y darle calor arriba y abajo. Si vemos que se está dorando en exceso, en los últimos minutos podemos taparlo con papel de aluminio.
Una vez que haya acabado la cocción, dejamos reposar y enfriar sobre una rejilla de pastelería, antes de rellenarlo de crema pastelera, de nata o de trufa montada. Para conservarlo hasta el momento de consumir, lo envolveremos con papel film y lo introduciremos en la nevera.