En la jerga médica se las conoce por sus siglas en castellano DBC (dietas de bajo contenido calórico) y DMBC, (dietas de muy bajo contenido calórico) o también por las iniciales en inglés de “very low energy diets”, VLED. En ambos planteamientos, su diseño nutricional está estudiado para aportar el 100% de los requerimientos de vitaminas y minerales, además de proteínas de alto valor biológico, dado que están contempladas para ser la única fuente de alimento y nutrientes durante el tratamiento que dure la pérdida de peso.
La diferencia sustancial entre estos dos tipos de dietas es su contenido energético final. Las dietas de «muy bajo contenido calórico» se entienden como aquéllas que proporcionan entre 450 kcal y 800 kcal (o entre 6 y 10 kcal/kg) como única ingesta energética diaria, mientras que las dietas de «bajo contenido calórico» se diseñan por medio de una seleccionada combinación de alimentos y aportan un mínimo de 800 calorías hasta las 1.200 kcal.
Dietas de muy bajo contenido calórico
La propuesta de uso de sendos planteamientos dietéticos es bajar muy rápidamente peso en caso de obesidad severa o mórbida antes de una cirugía bariátrica u otro tipo de cirugías cuando el índice de masa corporal, IMC, es superior a 30, y asegurar la nutrición óptima para preservar al máximo la masa muscular. El IMC es un parámetro que sirve para identificar el grado de exceso de peso (o bajo peso) de una persona: un IMC superior a 30 se considera obesidad. En el caso de las dietas de «muy bajo contenido calórico», al ser el aporte energético tan comprometido, su uso está limitado a la práctica clínica, ya que el paciente precisa monitorización médica durante el tiempo que dure el tratamiento.
Estos dos tipos de dietas están planteados para conseguir el 100% de los requerimientos diarios de vitaminas minerales y proteínas
Con el fin de garantizar la seguridad y eficacia de estos preparados, la Comisión Europea de Cooperación Científica en aspectos relacionados con la Alimentación (SCOOP: Scientific Co-operation on Questions Relating to Food) elaboró en 2001 un informe relacionado con las dietas de muy bajo contenido calórico (DMBC o VLCD) que recoge «los aspectos legislativos, los productos existentes en el mercado, la revisión científica acerca de la seguridad y eficacia de estos preparados, las indicaciones y contraindicaciones para su empleo, consejos sobre la información que debe reflejarse para el consumidor y recomendaciones para futuras investigaciones».
En 2004, Miguel A. Rubio y Carmen Moreno, de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Clínico Universitario San Carlos en Madrid, publicaron una revisión sobre las nuevas adaptaciones de las dietas DMBC, su composición energética y nutricional así como su uso médico, que incluye la legislación actual al respecto, su etiquetado, y los potenciales efectos secundarios que pueden aparecer tras su empleo continuado.
DMBC: características nutricionales
El documento de revisión incluye las características nutricionales mínimas exigidas por la reglamentación vigente que deben cumplir estos preparados. Así por ejemplo, con relación al aporte energético, todos aquellos productos denominados como «sustitutivos de una o varias comidas» de la dieta diaria no pueden aportar menos de 200 kcal ni más de 400 kcal por comida. Las proteínas, la fibra, las vitaminas y los minerales son otros nutrientes para los que se establecen recomendaciones para el diseño de este tipo de preparados.
Se recomienda que las DMBC aporten entre 15 y 30 g diarios de fibra con el fin de evitar el estreñimiento, saciar el apetito y mantener la integridad del colon. El aporte de proteínas de alto valor biológico debe garantizarse como fórmula dietética esencial para no perder masa muscular. Según la reglamentación, estas funciones orgánicas se garantizan si el producto proporciona entre un 25% y un 50% de proteínas respecto al valor energético total, sin llegar a superar los 125 g diarios, y siempre que la proteína empleada sea de alto valor biológico.
Respecto al aporte graso, el grupo SCOOP sugiere el aporte de ácidos grasos esenciales al menos 3 g de ácido linoleico y de 0,5 g de alfa-linolénico al día, ambos por su relevancia como ácidos grasos esenciales. Se hace hincapié en que las DMBC deben aportar el 100% de las cantidades diarias recomendadas (CDR) de vitaminas y de minerales, con una atención especial a los minerales calcio, hierro, cinc y potasio.
En las últimas décadas es creciente la comercialización y venta de productos con variadas presentaciones (barritas, batidos, caldos, natillas, flanes y pudines, entre otros) destinados a aquellas personas que quieren adelgazar. Muchos de estos productos se comercializan como sustitutivos de una o varias comidas al día, y dadas sus particularidades de consumo deben garantizar el aporte óptimo de nutrientes.
La American Dietetic Association (ADA), en su reciente Documento de Posicionamiento sobre los Métodos para Perder Peso, manifiesta su postura en relación a estos preparados. “Para aquellas personas que tienen dificultad a la hora de elegir la ración recomendada de alimentos, los sustitutivos de comidas pueden ser usados como parte de su dieta en un programa de control de peso. La sustitución de una o dos comidas al día es una estrategia exitosa para perder peso o para mantenerse en el peso saludable”, declara tras una revisión de la investigación y evidencia científicas.
Las dietas de muy bajo contenido calórico son las fórmulas más prescritas antes de la cirugía bariátrica para reducir el riesgo quirúrgico en pacientes con obesidad severa. Hay indicios de que la utilización de este tipo de planteamientos dietéticos al menos dos semanas antes de la intervención, además de reducir el tamaño del hígado, también disminuye de manera muy significativa la adiposidad abdominal.