Al contrario de lo que muchas veces se cree, la fiebre del niño en sí misma no constituye un problema. La subida de la temperatura corporal en los menores es un síntoma que en diversas ocasiones tiene consecuencias beneficiosas para los pequeños, pues ayuda a combatir determinadas infecciones. Este artículo explica los efectos positivos de la fiebre para los niños, cómo medirla y cuándo sí implica problemas y, por lo tanto, hay que acudir a urgencias.
Fiebre en niños, beneficios
La fiebre en bebés y niños pequeños puede convertirse en una auténtica pesadilla para los padres. Los médicos, sin embargo, aclaran que, en general, la alta temperatua corporal comparte con las pesadillas su carácter ilusorio: parece algo muy malo, pero en realidad no lo es. Investigaciones recientes afirman que sería más bien al revés: la fiebre podría ser una especie de señal «amiga» para los niños y sus padres.
La fiebre puede frenar el desarrollo de algunas enfermedades en niños, pero es motivo de urgencia en bebés menores de tres meses
Científicos del Hospital Infantil de Great Ormond Street, en Gran Bretaña, han llegado a la conclusión de que, en algunos casos, la fiebre infantil resulta beneficiosa para combatir ciertos virus y bacterias. Estos científicos explican que «la fiebre puede desempeñar un importante papel en controlar el crecimiento de bacterias en el comienzo de las enfermedades». Uno de los casos más notorios es el de las que ocasionan la meningitis, que se desarrollan con mucha mayor facilidad a la temperatura normal del cuerpo humano (unos 37,5 ºC) que si se tiene fiebre (unos 40 ºC).
Por su parte, la guía ‘Pautas para el niño con fiebre‘, del Servicio de Salud de la Comunidad de Madrid, apunta que «la fiebre se ha de ver como una ‘amiga’, pues ayuda a controlar las infecciones y sirve como avisador de que algo en el pequeño no va bien«.
Fiebre en el niño, ¿cómo medirla?
Los médicos explican que la fiebre no es un diagnóstico, sino un síntoma. Se habla de fiebre en el niño cuando la temperatura corporal está por encima de 38 ºC. Cuando oscila entre los 37 y los 38 ºC, hay que hablar de febrícula o décimas.
«La fiebre no es un síntoma alarmante«, especifica el departamento de Salud de la Comunidad de Navarra, «sino un mecanismo que pone en alerta a las defensas y sube la temperatura para matar los virus o bacterias que estén colonizando el organismo».
Pero, ¿cómo medir la temperatura en el menor del modo correcto? Por supuesto, no basta con tener la sensación de que el pequeño tiene una temperatura mayor de normal. Los termómetros digitales (desde 2009 ya no se pueden fabricar ni vender termómetros de mercurio en la Unión Europea) ayudan a tomar la fiebre con precisión. Estos artilugios electrónicos tienen como ventajas su rapidez, facilidad de lectura y que no contienen sustancias tóxicas, aunque pueden descalibrarse. La recomendación es tomar la temperatura en la axila, y no en otros sitios como la boca, el oído o el ano.
¿Qué hacer si el niño tiene fiebre?
Tener en cuenta que la fiebre puede ser «amiga» no quiere decir relajarse y no prestarle atención. El primer consejo de los especialistas es claro: mantener la calma. «Lo más probable es que la fiebre sea consecuencia de un proceso leve», señalan los médicos del servicio de salud madrileño. Incluso podría estar causada por otros factores, como un ambiente muy caluroso, exceso de ropa o la reacción ante una vacuna. Pero se deben tomar algunas medidas:
Ofrecer al niño líquidos azucarados en tomas pequeñas y frecuentes.
Mantener una temperatura ambiental agradable y no abrigarle en exceso.
Dar un baño con agua templada (entre 30 y 34 ºC), pero no si al pequeño le resulta desagradable.
No obligarle a hacer reposo: el niño puede jugar y salir a la calle sin problemas.
Cuándo acudir a urgencias
A continuación se enumeran los casos en los que se debe llevar al menor de inmediato a la consulta con un profesional:Es un bebé de menos de tres meses de edad.
El niño ha tenido una convulsión.
La temperatura axilar es superior a los 40,5 ºC.
Está irritable, muy decaído o tiene un mal estado general.
Se queja de dolor de cabeza y vomita, o tiene dificultades para respirar.
Le aparecen granos o manchas en la piel, y sobre todo si son puntos rojos que no se blanquean cuando se presiona la piel de alrededor.
Tiene una enfermedad crónica grave, como diabetes, cardiopatía, cáncer, etc.
La fiebre en niños es el motivo de consulta más frecuente en las urgencias pediátricas en EspañaUn estudio realizado en España determinó que “ante la fiebre de los niños, existe un manejo inefectivo del régimen terapéutico”. Es decir, que los padres y madres no siempre actúan de la manera deseada en estas situaciones.
Francisco Manuel Carrasco y Raúl Ceballo, enfermeros del Servicio de Cuidados Críticos del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe (Sevilla), contabilizaron un total de 16.427 urgencias pediátricas durante 2012. La fiebre fue el motivo de 3.794 de esas visitas, un 23%. Pero de estas, apenas 275 (el 7%) requirieron el ingreso, ya que en todos los demás casos los menores fueron dados de alta. Además, en más de la mitad, los pequeños ya no tenían fiebre en el momento de la consulta.
Las conclusiones del trabajo, que obtuvo el primer premio en el Congreso Nacional de Enfermería de Urgencias y Emergencias celebrado este año en Barcelona, revelan el pánico que invade a muchos padres y madres cuando detectan señales de fiebre en su hijo. Un miedo que muchos llaman “fiebrofobia” y que motiva, como lo confirman datos de la Asociación Española de Pediatría, que la fiebre sea la causa de consulta más frecuente en urgencias pediátricas en España.