Sensibilidad, tensión y hormigueo en los pechos. Desde el comienzo del embarazo, las gestantes perciben ciertos cambios y sensaciones diferentes en sus mamas. La culpa la tienen las hormonas, responsables de preparar los senos para la lactancia materna. En este artículo se explica cuándo aparecen las primeras secreciones de leche materna durante el embarazo, por qué se producen y si estas pérdidas afectan al bebé.
Embarazo y lactancia, ¿cuándo comienzo a segregar leche?
La pérdida de leche materna durante el embarazo no debe alarmar, es un proceso normal que no evidencia ningún problemaLa primera etapa de la producción de la leche materna (lactogénesis) comienza a partir del segundo trimestre del embarazo. En ese momento se inicia un proceso que continuará hasta que se dé la subida total de la leche, dos o tres días después del nacimiento del bebé.
En esta fase, algunas mujeres, sobre todo las que ya han sido madres con anterioridad, empiezan a secretar por sus pezones pequeñas gotas de un líquido espeso y amarillento. Es el denominado precalostro, un fluido natural, formado por plasma, células, sodio, cloro y algo de lactosa entre otros componentes.
El precalostro es el precursor del calostro, la primera leche materna que se produce, un alimento esencial para el bebé, ya que le proporcionará durante los primeros días de la lactancia la mayor protección para su sistema inmunológico.
En ocasiones, fluyen gotas de precalostro de forma natural o tras la estimulación de los pezones. Pero, a veces, son «pequeñas costras blancas en el pezón, que corresponden a gotas de este calostro ya secas», apunta Alba Padrós, del grupo Alba de lactancia materna. Una ligera presión en el pezón y una gasa húmeda permiten retirar estas secreciones secas.
Pérdidas de leche materna durante el embarazo, ¿son peligrosas?
Las manchas de leche materna durante el embarazo pueden evitarse con los discos de lactancia o pequeñas piezas de algodónSin embargo, «las secreciones de leche materna o calostro durante el embarazo no debe alarmar a las futuras madres, ya que son normales y no evidencian ningún problema«, señala el Comité de Lactancia Materna, de la Asociación Española de Pediatría.
Estas pequeñas pérdidas de leche materna no afectan a la cantidad de calostro que recibirá el bebé después de nacer, puesto que suelen ser mínimas. De eso se encargan algunas de las hormonas del embarazo, como la progesterona y los estrógenos, «que tienen un efecto inhibidor sobre la prolactina, la hormona que estimula la producción de la leche materna», señala Padrós.
A medida que se acerca el momento del parto, los niveles de progesterona y estrógeno disminuyen y, justo después del alumbramiento, se genera un pico de prolactina que impulsa la subida de la leche en los dos o tres días posteriores al nacimiento. «En estos primeros días, se produce un volumen de calostro por toma de entre 2 y 20 mililitros, una cantidad suficiente para satisfacer las necesidades del recién nacido», explica el Comité de Lactancia.
El pecho de la embarazada gotea leche materna, recomendaciones
La secreción de algo de leche en el embarazo no debe preocupar, por tanto, ya que «en absoluto está relacionada con la cantidad de leche que se produzca después del parto», señalan los especialistas. Ante todo, las consecuencias de estas pérdidas pueden ser higiénicas, pues es posible que la secreción manche la ropa interior de la gestante u otras prendas. Para evitarlo, se puede recurrir a los discos de lactancia, unos pequeños discos de algodón diseñados para recoger la leche materna que se escapa una vez iniciada la lactancia.
En cuanto a la limpieza, los especialistas recomiendan limpiar los pezones de la forma habitual y secar bien después del lavado. Además, es aconsejable no aplicar cremas, vaselinas o sustancias grasas que puedan reblandecer la piel.
La secreción del precalostro es algo natural durante el embarazo, que no debe alertar a las gestantes. Es indolora y no supone ningún peligro ni para la madre ni para el bebé.
Las mujeres que ya han sido madres tienen más probabilidades de experimentar pérdidas de leche durante la gestación.
Para evitar que la leche materna manche la ropa, se puede optar por utilizar discos de algodón especiales para la lactancia.
La limpieza de los pechos debe ser la habitual, y es aconsejable no usar cremas y sustancias grasas que puedan reblandecer la piel en exceso.
La pérdida de leche en el embarazo no afecta a la lactancia posterior: las hormonas de la gestación se encargan de inhibir la subida de la leche hasta después del nacimiento del bebé.