Las madres lactantes deben prestar atención a su dieta, por sus bebés y por ellas mismas. La razón no es solo la calidad de la leche materna que deben producir sino, también, mantenerse sanas y fuertes para las exigencias de la crianza. A continuación se enumeran algunos consejos de alimentación para las madres que amamanta tras el parto, referidos al equilibrio de la dieta, la importancia de incluir alimentos como frutos secos y grasas saludables, beber agua, evitar los contaminantes y las sustancias tóxicas y no obsesionarse con el peso y las calorías.
Una alimentación saludable durante la lactancia
La dieta de las mujeres que dan el pecho debe contener grasas saludables y frutos secos, que aportan energía
La leche materna, salvo en casos extremos como la desnutrición o dietas vegetarianas estrictas, contiene todos los nutrientes esenciales que el bebé precisa. Por eso, las mujeres que siguen una alimentación saludable no necesitan cambiar este hábito durante el periodo en el que amamanten a sus hijos. En caso contrario, sí deben plantearse mejorar la dieta durante la lactancia. De todos modos, conviene tener en cuenta algunos consejos para la alimentación de la madre después de dar a luz.
1. Alimentación equilibrada
Al igual que para el resto de los momentos de la vida, lo más importante es que la dieta de la madre lactante sea variada y equilibrada y respete los preceptos de la pirámide nutricional.
Si no se cumple con esto, es posible que el cuerpo de la mujer deba recurrir a sus propias reservas para producir la leche, y que esto perjudique su salud o bien la deje demasiado cansada para poder atender a todas las tareas que la crianza de un recién nacido exige.
2. Comidas de diversos sabores
El bebé percibe en la leche, de forma muy ligera, los gustos de los alimentos que la madre ingiere. Y no le desagradan (ni siquiera los picantes), sino que además los aceptará con mayor facilidad cuando incorpore a su dieta productos sólidos.
En EROSKI CONSUMER hay un detallado menú para las mujeres que dan el pecho, desde la preparación para el embarazo, durante la gestación y para las primeras 14 semanas tras el parto.
3. Frutos secos
Los frutos secos y frutas desecadas durante la lactancia proporcionan una buena variedad de nutrientes, que permiten compensar el esfuerzo físico que supone dar el pecho y el resto de los cuidados que exige el recién nacido.
Nueces, pistachos, almendras, nueces y pasas de frutas, como higos y ciruelas, aportan importantes dosis de proteínas, hierro y ácido fólico. Y si coinciden con la época de invierno, también contribuyen a reducir el riesgo de resfriados y otros malestares de esta estación.
4. Grasas saludables
Las grasas que la madre consume son uno de los pocos nutrientes que se trasladan de manera casi directa a la leche materna. Debido a eso, es importante evitar las grasas saturadas y, en cambio, dar preferencia a los alimentos ricos en grasas mono y poliinsaturadas: aceite de oliva, aceitunas, semillas, peces grasos -como el salmón- y los frutos secos.
Por otra parte, las autoridades sanitarias recomiendan evitar pescados con altos niveles de mercurio, como el atún, el tiburón o el pez espada.
5. No obsesionarse con el peso
Durante el periodo de lactancia, una mujer necesita, en promedio, unas 500 kilocalorías diarias más que antes. Pero la cantidad exacta es personal, ya que depende de muchos factores, como el peso corporal, la cantidad de actividad que se realiza, el propio metabolismo y la frecuencia de las tomas del bebé.
Por eso, el consejo es seguir el propio apetito para saber cuánto comer y procurar que la pérdida de peso posterior sea gradual. Distintos especialistas -como los del Instituto Nacional de Excelencia en Cuidado y Salud, de Reino Unido- aconsejan regresar al peso anterior al embarazo un año después del parto.
6. Evitar los contaminantes
Aunque se procure mantenerse al margen de ellos, a menudo los alimentos que se consumen incluyen diversos contaminantes (sobre todo pesticidas e insecticidas) que se han empleado en su producción. Estas sustancias podrían afectar a la leche materna y la salud del niño.
Para reducir su impacto, se sugiere aumentar la variedad de lo que se come, elegir productos de estación y de procedencia cercana y lavar bien y pelar siempre que se pueda la fruta y la verdura, además de quitar la piel y la grasa de la carne.
7. Suprimir el alcohol y el tabaco
Las madres lactantes deben evitar el consumo de alcohol y tabaco, así como limitar el de cafeína a no más de un café diarioExisten hábitos perjudiciales para la lactancia natural, y el consumo de bebidas alcohólicas y de tabaco son los dos principales. Por eso, en lo posible, se deben evitar. En todo caso, la mujer lactante podría tomar no más de una copa de vino después de las tomas. En el caso de los cigarrillos, además del conocido perjuicio que el humo causaría sobre el bebé, la nicotina pasa a la leche, lo que puede acarrear al pequeño problemas para conciliar el sueño.
También es conveniente evitar, por supuesto, sustancias tóxicas como cocaína, heroína o anfetaminas.
8. Beber agua
Durante la lactancia, el cuerpo requiere algo más de hidratación, de modo que es importante beber agua. Una señal de buena hidratación es una orina limpia o de un color amarillo claro.
Por otro lado, se recomienda limitar el consumo de productos con cafeína: no más que el café de la mañana.