Las mujeres embarazadas suelen experimentar ciertos temores ante la llegada inminente del momento del nacimiento del bebé. La preocupación por que el niño esté bien y por experimentar un desgarro son algunos de los principales miedos de las gestantes. En este artículo se explican las repercusiones del temor en el parto y se detallan algunas recomendaciones para evitar la ansiedad.
¿A qué tienen miedo las embarazadas?
Conforme se acerca la fecha del nacimiento del bebé, muchas mujeres embarazadas experimentan cierta ansiedad ante el momento del parto. Esta intranquilidad es algo natural, según el estudio ‘Miedo al parto‘, de 2011, realizado por un equipo de matronas de distintos centros hospitalarios españoles.
El 70% de las embarazadas tiene miedo a que el bebé no nazca bien, según un estudio
El mismo trabajo concluye que los mayores temores de la embarazada están relacionados con el estado del bebé. Según este informe, el 69,7% de las gestantes tiene miedo a que el pequeño sea lesionado o muera en el parto, mientras que el 56% teme que nazca con malformaciones.
En cuanto a su propia integridad física, la preocupación más señalada por las gestantes es el miedo a un desgarro durante el parto (35,1%).
Aunque ciertos temores son habituales, en ocasiones se sobrepasa la barrera de la normalidad. Y la simple inquietud se convierte en un miedo profundo e, incluso, obsesivo a dar a luz.
Repercusiones del temor en el parto
«Estoy aterrada. Solo imaginar el momento del parto me da mucho miedo». «No dejo de pensar en ello, tengo un miedo terrible al parto y al dolor». Estos son algunos de los testimonios que algunas mujeres embarazadas dejan en los foros de Internet especializados en maternidad.
El miedo al parto alarga el alumbramiento del bebé y lo hace más doloroso
Esta ansiedad y tensión no solo perjudica a su estado de ánimo y provoca depresión durante el embarazo; además, resulta perjudicial para el desarrollo del parto.
Distintas investigaciones demuestran que el miedo y la ansiedad son factores que pueden alterar el curso del alumbramiento. Una de ellas es un reciente estudio publicado por la revista científica ‘An International Journal of Obstetrics & Gynaecology’ concluye que las mujeres con miedo a dar a luz tienen un parto más largo. Cuando existe un temor exagerado, el alumbramiento se prolonga, de media, una hora y 32 minutos. Para llegar a estos resultados, los científicos examinaron a más de 2.200 gestantes.
Otros informes apuntan, además, que la ansiedad está asociada a un mayor dolor durante el alumbramiento. El temor ejerce un efecto perjudicial en la calidad de las contracciones uterinas y en la dilatación cervical.
Recomendaciones para evitar la ansiedad
Un excesivo miedo al parto, en consecuencia, no es recomendable. Pero, ¿cómo superarlo? Los especialistas ofrecen algunas pautas básicas para controlar el temor ante el nacimiento del bebé.
- Asistir a los cursos de educación maternal. Conocer paso a paso cómo es el proceso de parto, identificar las primeras señales, aprender a respirar y relajarse o visitar las instalaciones donde se atiende el parto son algunas de las ventajas que proporcionan a la gestante los cursos de maternidad.
Esta información, junto con la preparación práctica que se aborda en estas clases, contribuye de forma significativa a resolver muchas de las dudas que tienen las embarazadas y a reducir, por tanto, el miedo a lo desconocido.
Buscar apoyo en la matrona. La matrona suele ser la mejor compañera durante el embarazo y, después, en el parto. Hay que compartir con la matrona los miedos y dudas. Su experiencia disipará muchos de los temores de la futura madre.
Compartir los temores con la pareja. Es importante ser sincera y no ocultar ningún temor por extraño que parezca. El simple acto de expresarlo en voz alta puede ayudar a reconocer lo absurdo de algunos pensamientos y a ver las cosas con otra perspectiva.
Aprender técnicas de relajación. Los ejercicios de relajación en el parto ayudan a reducir las molestias y el nerviosismo.
Asimismo, es importante que la gestante sea consciente de que el parto es un proceso fisiológico natural que puede no precisar intervención. La mujer, además, puede solicitar que se reduzca el dolor con la debida medicación.
Cuando el miedo al parto se convierte en un temor irracional y obsesivo, los especialistas lo catalogan como tocofobia. Una patología que puede afectar tanto a las futuras mamás primerizas (tocofobia primaria), como a las que ya han experimentado un parto con anterioridad (tocofobia secundaria). En ambos casos, representa un grave problema para la mujer.
La doctora Kristina Hofberg señala en este estudio publicado en ‘Postgraduate Medical Journal’ que un 6% de las mujeres embarazadas reporta tocofobia. Además, el 13% de las que no han tenido hijos muestra un miedo suficiente como para posponer o evitar el embarazo
Estas cifras son apoyadas por la investigación en tocofobia realizada por H. Billert, que apunta que afecta a entre un 6% y un 10% de las embarazadas.
Las psiquiatras británicas Kristina Hofberg e Ian Brockington, autoras del estudio ‘Tocofobia: un miedo irracional de parto‘, señalan que este miedo tan intenso a dar a luz puede incitar a que las madres soliciten ser intervenidas mediante una cesárea o someterse a la esterilización después del parto. Incluso, en algunos casos, provoca que deseen interrumpir el embarazo. Estas especialistas asocian, asimismo, la tocofobia a vómitos intensos durante la gestación y al síndrome de estrés postraumático después del parto.