Las baldosas de barro cocido se caracterizan por su porosidad. Este aspecto favorece que absorban con facilidad cualquier tipo de líquido y, por lo tanto, que sean muy vulnerables a las manchas. Para solucionar estos y otros problemas de mantenimiento, conviene aplicar un tratamiento adecuado cada cierto tiempo, ya que los suelos de barro cocido resultan muy atractivos si se mantienen en buenas condiciones. Se pueden usar productos especiales que sellan los poros y aplicar ceras o aceites para evitar las manchas.
Suelos limpios y renovados
Los suelos de barro que no han recibido tratamiento empiezan a perder su brillo natural con el paso del tiempo y destacan por un color blanquecino, consecuencia de los sedimentos de cal que contiene el agua con la que se limpian. Para que el pavimento recupere su tono original, hay que limpiar a diario la superficie con una mezcla de agua y vinagre. Pasados unos días, el color blanco desaparecerá.
Otra opción es recurrir a los aceites vegetales naturales de plantas y semillas, que sirven para retener la humedad del barro cocido. El más recomendable para este caso es el aceite de linaza, que se elabora a partir de semillas de lino. Se puede adquirir en tiendas especializadas, crudo o cocido. Se aplica sobre el barro con un paño y se deja reposar durante unos minutos para que la superficie lo absorba. Este producto, además de contribuir al mantenimiento e impermeabilización del suelo ante posibles manchas, le da brillo e intensifica su tono.
El más recomendable es el aceite de linaza, que se aplica con un paño y debe reposar hasta que la superficie lo absorba
También se puede diluir en un cubo con agua una pequeña proporción de algún producto especial para suelos de barro, compuesto por ceras nobles de origen vegetal parcialmente modificadas, con tensioactivos no iónicos (menos de un 5%). En este caso, hay que pasar la fregona bien escurrida y de manera uniforme, sin dejar charcos en la superficie. A continuación, se deja secar el suelo unos 20 minutos. Para un buen mantenimiento, es conveniente repetir esta operación una vez por semana.
Si el suelo de barro ya está tratado con algún producto impermeabilizante, basta con un suave barrido diario para pasar después una mopa humedecida. Una vez por semana, se puede fregar con agua y jabón neutro.
Las piezas de barro cocido tienen un color terroso no uniforme y sus granos, poros e imperfecciones se aprecian a simple vista. Se utilizan, sobre todo, en casas de campo, terrazas y piscinas, o para dotar de aspecto rústico a cualquier construcción. Los esmaltes de estas piezas son más sensibles y delicados a la abrasión y desgaste superficial que los azulejos fabricados con procedimientos más avanzados. Además, el barro es un material muy poroso que se ensucia con facilidad. Dadas estas características, la cara vista de la pieza precisa un tratamiento de brillo e impermeabilidad.
Hay diferentes tipos de losetas de barro. Las piezas mecánicas son de fabricación industrial, por lo que resultan las más económicas. Las artesanales son más atractivas, pero también más caras. Otra posibilidad son las piezas de pequeño tamaño usadas para confeccionar cenefas o dibujos.