En general, muchas de las tareas de carpintería implican serrar piezas de madera. En principio, es una operación sencilla, pero que puede generar multitud de inconvenientes si no se respetan unos principios básicos. Con independencia del tipo de herramienta que se utilice, manual o eléctrica, es primordial adecuar la zona de trabajo, que ha de ser estable. Si se van a serrar paneles de grandes dimensiones, hay que extremar las precauciones.
Reglas básicas
La madera se sierra con herramientas manuales o eléctricas. Si los arreglos de carpintería son habituales, merece la pena escoger estas últimas para ahorrar tiempo y esfuerzo. En ese caso, las sierras de calar y la circular resultan indispensables.
Por el contrario, si los trabajos con madera son puntuales, el serrucho de hender y el de punta de aguja son suficientes. El primero, corta piezas de madera y paneles. Para asegurar un buen acabado, es recomendable que la sierra tenga la dentadura bañada, es decir, los dientes deben ser de metal duro -reconocibles por un color azul-. El serrucho de punta se emplea para realizar cortes en planos de espesores más delgados.
La forma de orientar la madera varía en función de la herramienta que se emplea
En cualquier caso, para serrar de forma óptima y segura, tanto la herramienta como la madera deben estar fijas. Para anclar la pieza a la mesa de trabajo, incluso aunque se corte un panel, se utiliza un sargento o varios, en función de las dimensiones de la madera. Si se dispone de un banco multifunciones o una mesa para serrar, queda fija la herramienta -eléctrica o manual-. De esta manera, se evita sujetar la pieza con una mano mientras se sierra con la otra. Éste es uno de los errores clásicos, que conlleva cortes mal efectuados y riesgo de heridas en quien manipula el material.
Orientación correcta
Antes de comenzar a serrar, es preciso orientar la madera. El proceso varía en función del tipo de herramienta que se utilice. Si se emplea un serrucho manual, la cara visible de la pieza (paramento) debe estar en la parte superior, ya que la línea de serrado puede generar astillas. Si éstas se originan en la parte inferior, son más fáciles de disimular.
La orientación es la contraria si se corta la madera con una herramienta eléctrica. El paramento debe colocarse contra la superficie de trabajo, ya que tanto la sierra de calar como la circular tienen un sentido de corte inverso: sierran hacia arriba y la parte que se astilla es la superior.
En ocasiones, al serrar una pieza de madera se forman astillas que truncan el acabado del corte. Impiden que sea recto y regular. Son elementos cortantes que conllevan cierto peligro para la persona que realiza el arreglo, por lo que es preferible prevenir su aparición.
Una fórmula sencilla para conseguirlo, en especial si se sierran paneles finos, consiste en pegar cinta adhesiva en la cara inferior de la línea de corte de la pieza. Otro mecanismo para reducir el número de astillas es colocar una “madera mártir”. Mediante mordazas o sargentos se une con firmeza otra pieza, que luego se desechará, debajo de la tabla de corte. Así ambas se sierran a la vez pero las astillas se generan en la parte inferior de la “madera mártir”.