Más allá de su función decorativa, el zócalo o rodapié tiene también un papel protector de la zona inferior de la pared, más expuesta a golpes, rozaduras o manchas. En el mercado se pueden encontrar zócalos para todas las necesidades; de madera, aglomerado, mármol, etc. Sustituir el zócalo antiguo por otro nuevo es una tarea bastante sencilla, pero si no se hace con cuidado, puede llegar a deteriorar el papel o la pintura de la pared, lo que obligaría a tener que realizar un trabajo extra.
Instalar un zócalo de madera
Antes de colocar los listones de madera que componen el zócalo, hay que dejar que estos se aclimaten a la temperatura y humedad de la estancia. Para ello, hay que sacarlos de su embalaje y dejarlos en el suelo de la habitación donde se van a colocar, por lo menos, una semana.
Para retirar el rodapié antiguo solo hay que hacer palanca con una barra de hierro o un destornillador grande. En la mayoría de los casos, los zócalos están sujetos por unas pequeñas puntas, sin adhesivo, lo que facilita la labor.
Una vez que se ha retirado el antiguo zócalo, se coloca la tira del rodapié para calcular dónde se tendrán que hacer los cortes. En este punto hay que tener especial cuidado con las esquinas de la estancia. A continuación, se marcan con un lápiz los puntos de los cortes, que se realizan con una caja de ingletes para que las esquinas de los zócalos se ajusten a la perfección. Todos los cortes deben pulirse con papel de lija para eliminar las posibles rebabas.
Para retirar el rodapié antiguo solo hay que hacer palanca con una barra de hierro
Si la estancia los tiene, se colocan primero los ángulos internos de las paredes. Para ello, se clavan uno sobre otro los extremos de los zócalos para evitar que la esquina llegue a abrirse. A continuación se fija el resto de las piezas. Esta operación se repite tantas veces como sea necesario hasta que toda la habitación disponga de zócalo. Cuando todas las piezas estén cortadas y ajustadas, se fijan a la pared con clavos o tornillos.
El principal problema cuando se coloca un zócalo es que ni los suelos ni las paredes son siempre tan rectos como deberían o bien cuentan con irregularidades que impiden que el zócalo quede a ras de suelo.
Para solventar este inconveniente, hay que poner un taco de madera de la altura del hueco más grande que exista entre la base del rodapié y el suelo. Se coloca un lápiz sobre él y se desliza el taco a lo largo del zócalo, de forma que el lápiz trace una línea que imite las curvaturas e irregularidades del propio suelo. Después se cepilla el zócalo para rebajarlo hasta la línea trazada y lograr que su base se ajuste al suelo.