La madera es un material delicado. Tanto en el suelo como en los muebles es víctima de las huellas que dejan las mudanzas, los golpes y los roces fortuitos. A veces, incluso, a pesar de estar protegida su aspecto se estropea. Aparecen pequeños agujeros, grietas y arañazos que se arreglan con facilidad, siempre que se solucionen a tiempo.
Aunque cualquier parte del mueble es vulnerable a los desperfectos, las esquinas son una de las más sensibles. Para estas zonas, existen diferentes productos que disimulan los arreglos y devuelven a la madera su aspecto original. Son pastas, ceras y sprays que reparan los daños y los colorean para ocultarlos.
En el caso de las ceras, se distingue entre ceras duras y blandas. Las primeras se emplean en aquellos puntos en los que la madera es sometida a un uso más intenso, como bordes y esquinas, mientras que las ceras blandas se reservan para arreglos de menor envergadura.
Respecto a su aplicación, las ceras duras se derriten con el calor de un soldador y, gota a gota, se cubre la zona que se quiere reparar. Las ceras blandas, por su parte, se extienden con una paleta que permite moldearlas. En ambos casos es necesario lijar la cera para que quede lisa y nivelada con el resto del mueble.
Dibujar las vetas
Existen ceras de diferentes tonalidades, que ayudan a dar naturalidad al arreglo
Mientras se repara la madera hay que prestar atención a su dibujo original. Es conveniente respetar el veteado y tratar de reproducirlo para disimular el arreglo. En este sentido, existen ceras de diferentes tonalidades, que ayudan a dar naturalidad al arreglo. Las reproducciones más reales se consiguen al combinar tonos claros y oscuros. Primero se aplican las ceras claras y, sobre éstas, se dibuja con colores oscuros.
Otros utensilios que se pueden emplear son los pinceles y los rotuladores. Ambos se caracterizan por tener una punta fina, idónea para trazar líneas delicadas o pintar arañazos. También son herramientas muy útiles para retocar los arreglos o señalarlos antes de aplicar la cera, ya que, en función de la presión que se ejerce sobre la punta, se descarga una cantidad determinada de tinta.
Los sprays son los últimos en llegar al mercado y, por ello, son los más novedosos. Están diseñados para utilizarse tanto en el suelo como en los muebles. Tienen una finalidad protectora y complementan a las ceras duras. Una vez que éstas han cubierto la zona a reparar, el spray se extiende para reforzar el arreglo. Son productos incoloros que presentan diferentes acabados: satinado, brillante y mate. En ocasiones, se complementan con suavizantes que eliminan el efecto pulverizado y dotan a la madera de un aspecto suave.
