Si se vive en una residencia unifamiliar con buhardilla o en zonas en las que la electricidad llega a duras penas o los cortes de suministro son frecuentes, una solución puede ser la instalación de paneles solares.
Colocando unos paneles solares en el tejado de casa se podrá disponer de luz eléctrica prácticamente de continuo, porque el exceso de energía de los días más soleados se almacena en un acumulador (batería), por lo que se tendrá que disponer de un espacio suficiente para colocarlo. Este tipo de instalaciones produce más electricidad que la que se consume y normalmente se vende a las compañías eléctricas.
Las instalaciones solares térmicas están conectadas a la red y permiten calentar el agua caliente sanitaria, la calefacción (sobre todo a través del suelo radiante, aunque pueden utilizarse también radiadores), calentar el agua de las piscinas etc. Con estas instalaciones se podrá ahorrar mucho dinero en energía.
Existen también otro tipo de instalaciones que se denominan aisladas, y que sirven para alimentar pequeñas necesidades energéticas, por ejemplo las de un lugar de reuniones poco utilizado o bien locales agrícolas alejados o en zonas montañosas. Hay que tener en cuenta que este tipo de paneles funciona siempre que reciban radiación solar, no es necesario que reciban los rayos solares. Por eso, incluso en días de mal tiempo producen y acumulan energía. De hecho cuando más energía puede llegar a acumular es cuando nieva, debido a que la radiación solar es más intensa al ser reflejada por la nieve.
Si se desea realizar este tipo de instalaciones habrá que ponerse en contacto con un fontanero. También existen empresas de ingeniería solar que se encargan de realizar las mediciones necesarias para saber el número y tamaño de los paneles que se necesitan para cubrir cada necesidad.
Persianas solares
También existen en el mercado persianas solares que absorben la energía a través de un panel situado en una de sus esquinas y que les proporciona la energía suficiente para poder abrirse y cerrarse a través de un sistema de radiofrecuencia sin tener que estar conectado a la red.
Estas persianas solares, que no requieren una instalación costosa y además permiten ahorrar energía eléctrica, permiten, al igual que las convencionales, proteger el interior de las habitaciones de las inclemencias meteorológicas y ahorrar en refrigeración a lo largo del verano. También proporcionan oscuridad o penumbra cuando es oportuno y reducen los ruidos procedentes del exterior.