Resistentes, económicas y de llamativos colores, las hortalizas ornamentales brillan con luz propia en jardines y parterres. Coles rizadas de colores, escarolas rojizas, cebollas o berenjenas en flor. Las composiciones son variadas, solo hay que saber combinarlas e intercalarlas con otras plantas y arbustos.
Las coles y otras hortalizas ornamentales
De bajo coste y gran resistencia, las hortalizas ornamentales requieren poco mantenimiento. Un riego periódico y una buena aportación de abono orgánico bastan para que luzcan en todo su esplendor.
Las coles ornamentales se cultivan a partir de semillas plantadas entre julio y agosto
Aunque su llamativo color anime a su consumo, hay que tener mucho cuidado de no comer este tipo de plantas, ya que los tratamientos fitosanitarios que reciben en calidad de plantas ornamentales desaconsejan su ingesta.
Una de las hortalizas más habituales de los jardines por su colorido y vistosas hojas es la col rizada ornamental. Originarias de la región mediterránea y de Asia Menor, su llamativo aspecto lo proporcionan las hojas de la parte central de la planta, con diversos colores que van del blanco al rojo, con tonos amarillos, rosados, púrpura o verdosos.
Muy apropiadas para delimitar senderos y caminos, una de sus principales ventajas es su gran resistencia a los fríos invernales, época en la que florecen y su colorido luce con mayor esplendor.
Las coles ornamentales se cultivan a partir de semillas plantadas entre julio y agosto. Se pueden sembrar tanto en exteriores como en el interior de la vivienda, aunque en este último caso hay que colocarlas en una habitación fresca, bien iluminada.
La flor de la calabaza es una de las más vistosas del huerto. De color amarillo y con forma de campanilla, es una flor solitaria y de gran tamaño.
Una de las flores más vistosas del huerto es la flor de la calabaza
Son muy llamativas también las flores de la berenjena, en solitario o en pequeños racimos de varias flores de tamaño mediano y color violeta o blanco, y grandes estambres amarillos.
Florecen en racimos las flores en forma de orquídeas o mariposas de las judías, los guisantes y las habas. En estos dos últimos casos, la flor es de color blanco o rosado, aunque la flor de las habas tiene una gran mancha de color negro o violeta en una de sus alas. Por último, la flor de la judía puede ser de distinto color, si bien la más habitual es blanca.
La cebolla también luce una flor muy original. En forma de pelota cuajada de flores, puede llegar a reunir hasta 600 pequeñas flores de color blanco, verdoso o violáceo.
Otra flor muy llamativa es la gran, y única, flor malva y redondeada de la alcachofa.