Promediar en Bolsa a la baja, un error común

Esta estrategia bursátil persigue limitar las pérdidas obtenidas, pero es peligrosa y puede generar más minusvalías
Por José Ignacio Recio 19 de enero de 2009
Img acciones
Imagen: Steve Woods

Una de las estrategias más habituales a la que recurren cientos de pequeños y medianos inversores es la de promediar a la baja en sus inversiones en renta variable con el objetivo de detener las posibles pérdidas en su estrategia bursátil. Promediar a la baja consiste en comprar más acciones de un valor que ya se posee a importes inferiores al que se realizó la compra inicial, y puede parecer una operación muy beneficiosa para los intereses de los inversores, debido a que se compran más títulos a mejor precio. La realidad, sin embargo, es que la primera compra se ha depreciado (la cotización del valor ha caído respecto a la primera toma de posiciones) y no fue una buena operación. El gran problema con que se encuentran los ahorradores que recurren a esta herramienta es que en cada una de las operaciones en que se promedia se generan más minusvalías, por lo que es una estrategia muy arriesgada que puede acentuar las perdidas obtenidas.

A través de un ejemplo se puede comprobar el error de aplicar esta estrategia: un inversor que haya realizado una compra inicial de 200 títulos a 5,10 euros por cada acción, y que después de bajar en su cotización haya vuelto a comprar más acciones, en concreto 150 a 4,60 euros, se encontrará que, para recuperar el dinero invertido, las acciones tendrían que recuperar la cota de los 4,90 euros. Pero si la tendencia del valor fuese bajista y su cotización llegase posteriormente a los 4,30 euros y se hiciese una nueva compra de 100 acciones conllevaría de forma global unas minusvalías en la inversión de algo más de 200 euros, y para recuperar la totalidad de lo invertido la cotización tendría que volver a la barrera de los 4,80 euros. De ahí que los inversores en esta clase de operaciones deban ser prudentes. Es preferible asumir pérdidas a incrementarlas por el aumento de capital invertido.

Más coste en comisiones

Uno de los principales inconvenientes de utilizar esta estrategia bursátil es que, a la larga, el inversor tendrá que hacer frente a un mayor desembolso económico en concepto de comisiones debido a que habrá realizado un mayor número de operaciones. Ello puede elevar al triple la cantidad inicialmente presupuestada. A mayores operaciones en que se promedie a la baja, mayor será la cantidad que habrá que abonar en comisiones, por muy pequeñas que éstas sean, a las que se unirá la comisión de custodia, común para todas las operaciones.

Se recupera antes el dinero asumiendo la pérdida e invirtiendo en otro valor que tenga mayor solidez

A la hora de promediar, además, hay que distinguir entre si la operación se realiza en el corto o medio/largo plazo. En el primer caso es más grave si cabe, ya que si una operación no evoluciona como se esperaba en el momento de abrirla no debe comprometerse más dinero en ella, máxime cuando la cotización cae a la baja sin que haya ningún soporte que la frene. La administración del dinero y el establecimiento de una pérdida máxima en cada operación deben respetarse escrupulosamente por parte de los pequeños y medianos inversores; es mejor asumir una pérdida pequeña y pensar en otra operación, que correr el peligro de tener pérdidas mayores: tantas como operaciones de este tipo se hagan. Es una táctica que suele hacerse frecuentemente en compañías de corte especulativo, que muchas veces tienen caídas de grandes proporciones. Cuando se invierte a medio o largo plazo, en cambio, se encuentran otra serie de matices. Pero, si el inversor se equivoca la primera vez, es mejor no añadir más dinero a una inversión que no funciona como se esperaba.

Hay una motivación psicológica en el hecho de promediar, y se deriva de la creencia de que comprar «más barato» ayudará a recuperar antes la inversión. El problema es que la empresa está más abajo en su cotización, lo que no quiere decir que esté más barata. De hecho, si el negocio de una compañía ha empeorado, es posible que su cotización esté más baja y a la vez esté también más cara. En estos casos, conviene estudiar detenidamente la situación de la empresa para decidir si se vende, asumiendo la pérdida correspondiente, o se mantiene la inversión. Pero en ningún caso debe aumentarse la inversión, ya que por regla general se recupera antes el dinero asumiendo la pérdida e invirtiendo en otro valor con mayor solidez.

ESTRATEGIA PARA PROMEDIAR
  • No se debe incidir en el error inicialmente cometido, pues las pérdidas pueden ser aún mayores, en especial en aquellas compañías de carácter especulativo.
  • Es preferible entrar en otro valor para tratar de contrarrestar las minusvalías obtenidas, o cerrar las posiciones compradoras y estar en liquidez.
  • Se debe controlar el efecto psicológico de comprar más barato.
  • Por norma general, las acciones que están bajando en su cotización se encuentran en una tendencia bajista, cuya duración puede continuar mucho tiempo.
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