La baja rentabilidad de los depósitos a plazo, que casi nunca sobrepasa la barrera del 2%, ha determinado que pueda ser más interesante para los clientes bancarios su cobro a través de un regalo o artículo que en metálico y, de esta manera, disponer antes de su vencimiento de toda una amplia oferta de productos para el hogar, como televisores, consolas o robots de cocina. Aunque se publicitan como regalos, como se explica a continuación según la oferta bancaria en nuestro país, en realidad su cuantía corresponde al tipo de interés que generan, de entre el 1% y el 1,50%.
Regalos en lugar de dinero
Televisores, consolas o baterías de cocina de las mejores marcas son algunos de los regalos que brindan las entidades financieras por tener un depósito, en lugar de dar dinero en metálico. Esta modalidad en los productos de ahorro permite contar con artículos de calidad a cambio de tener paralizadas las aportaciones durante un periodo de tiempo (en torno a un año, aunque hay propuestas más flexibles), pero tienen un problema que dificulta su contratación: no es posible cancelarlos bajo ninguna circunstancia.
Las entregas de los artículos no ofrecen ningún problema, ya que se formalizan en las propias sucursales bancarias o se entregan a domicilio, siempre sin coste para los depositantes, que podrán disponer de estos regalos al poco tiempo de suscribir la imposición.
Aportaciones de estos productos
Se empieza a disfrutar antes de la recompensa por las aportaciones depositadas, al poco tiempo de formalizar la suscripción.
Son artículos de gran utilidad para el hogar o los últimos avances tecnológicos.
Ante la baja rentabilidad de los depósitos a plazos, pueden satisfacer más a los clientes bancarios que el pago en metálico, que no serán muchos euros.
Al haber una amplia gama de artículos, en función de la entidad que los emita, se puede elegir la propuesta más sugerente en función de los gustos.
Si se formaliza la contratación on line, podrán recibirse con comodidad en casa y sin ningún gasto adicional ni recargo.
Retribución en especie de la oferta bancaria
Los depósitos con pago en especie no están todavía muy implantados en la oferta bancaria, pero hay propuestas puntuales para que los clientes aficionados a estos modelos puedan contratarlos sin ningún problema. Los que existen son productos muy parecidos entre sí, y hay poca cabida para las novedades.
Caja Laboral incluye en su actual oferta de ahorro a los depósitos con retribución en especie, cuyo rendimiento se efectúa mediante la entrega de un bien de consumo, anulando la remuneración en efectivo. Por otra parte, no es posible cancelar de forma anticipada este depósito.
Kutxbank también se inclina por ofrecer esta modalidad de ahorro a sus clientes a través del Depósito con pago en especie, que se rige por los mismos parámetros, es decir, la obtención de un bien de consumo como retribución del depósito a plazo en especie. Esta remuneración se produce por anticipado al disponer del artículo sin tener que esperar al vencimiento del depósito.
Los depósitos con pago en especie no están muy implantados en la oferta bancaria
Otra de las entidades que genera este vínculo con los impositores es Bankia. Incluye el Depósito en Especie en su oferta, con aportaciones desde 3.000 euros, y cuya característica principal es que el artículo variará en función de los plazos a los que se haya suscrito la imposición, que oscila entre los 13 y 30 meses. Otra de las prestaciones de esta propuesta bancaria es que si se contrata por Internet, los depositantes recibirán el regalo en su domicilio, sin recargo.
Unicaja proporciona un artículo de alta tecnología para las imposiciones suscritas a tres meses, mientras que La Caixa, por medio de su Depósito Estrella, implanta también la remuneración en especie a través de un regalo valorado en torno a 485 euros, y cuyo plazo de permanencia es más extenso, de tres años. Este producto de ahorro puede suscribirse desde 8.000 euros.
Decantarse por la remuneración en especie, en lugar de conseguirla en metálico, no exime de su tributación. Los regalos tienen el mismo tratamiento fiscal que los intereses dinerarios, ya que se considera que la rentabilidad obtenida es el valor de mercado del artículo.
Se calcula multiplicando el importe pagado por la entidad por 1,2 y se integra a la base imponible del ahorro, de forma que si no sobrepasa los 6.000 euros, la tributación será del 21% (los casos más normales), mientras que si superan esta cantidad y hasta 24.000 euros, se elevará hasta el 25%, y de ahí en adelante será del 27%.