Los consumidores españoles tendrán que pagar entre un 5,70% y un 1,50% más desde el 1 de julio por sus recibos de butano, gas natural y electricidad. Su único consuelo es que el Índice de Precios al Consumo ha bajado tres décimas en junio para situar su tasa anual en el 3,2%. Pero es preciso ahorrar y evitar sustos en las facturas domésticas. Una serie de sencillas pautas ayudarán a sobrellevar estas subidas.
Subidas en luz, gas y butano
Llegan las vacaciones, pero también nuevas subidas en las facturas energéticas. Los precios de butano, gas natural y electricidad elevaron sus tarifas el pasado 1 de julio.
La tarifa eléctrica de último recurso (TUR) subirá un 1,5% de media, lo que supone unos 0,50 euros más al mes para un consumidor de tipo medio. Es la segunda alza en este año, después de haber repuntado otro 9,80% en enero. Ello implica que ahora se tendrá que pagar un 11,30% más que a finales del pasado año. En el caso del gas natural, el incremento es mayor: los usuarios medios tendrán que pagar 2,37 euros más al mes, aunque esta cifra será superior en los hogares donde el gas no solo se utilice para la cocina y calentar agua, sino también para calefacción.
Respecto al butano, la bombona media cuesta ya 14,80 euros, lo que significa que los consumidores de este gas tendrán que abonar en su factura un 5,70% más (80 céntimos más) que en el trimestre anterior.
Las subidas de la luz de enero y julio implican que se pagará un 11,30% más que a finales de 2010
Un pequeño respiro para el consumidor doméstico es la leve bajada de la inflación, ya que el Índice de Precios al Consumo (IPC) ha situado en junio su tasa anual en el 3,2%, tres décimas menos que en el mes anterior. Por su parte, el Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA) alcanzó en este periodo analizado el 3%, en este caso cuatro décimas menos que en mayo.
Hábitos sencillos de ahorro
A pesar de los datos del IPC, la situación económica hace que se imponga ahorrar. Si se siguen unas sencillas pautas, en solo 20 pasos, es posible reducir el monto de las facturas energéticas:
La iluminación de una casa representa entre la cuarta y la quinta parte del recibo de la luz. Pero si la vivienda tiene orientación interior o, pese a ser exterior, se encuentra en zona sombría, llenarla de luz puede suponer hasta la mitad de la factura de electricidad. Una buena forma de reducir ese gasto es recurrir a la iluminación natural: mantener abiertas persianas y cortinas mientras haya claridad en el exterior ayuda a aprovechar la luz solar.
Acostumbrarse a encender las luces solo cuando sean necesarias y apagarlas cuando no haya nadie en las habitaciones o zonas de la casa supone reducir la factura del mes siguiente.
Elegir colores claros para la pintura de techos y paredes. La sensación de luminosidad es mayor y permanece por más tiempo en fondos blancos, cremas o de tonos pastel.
Sustituir las bombillas tradicionales, incandescentes, por las eficientes, que proporcionan la misma luz, duran ocho veces más que las convencionales y ahorran hasta un 80% de energía. Basta con cambiar las tres bombillas de mayor consumo de toda la casa para que se reduzca a la mitad el gasto en iluminación.
Instalar tubos fluorescentes en los espacios donde se necesite mucha luz y donde esta permanezca encendida por mucho tiempo: baños, cocina, trastero. Hay que evitar encenderlas y apagarlas continuamente.
Cocinar con recipientes de fondo igual o mayor que las dimensiones del fogón.
Tapar las cacerolas y utilizar, siempre que la receta lo permita, la olla exprés.
Para terminar el cocinado, aprovechar el calor residual emitido por la placa, que queda al apagarla.
Abrir la puerta del horno solo cuando sea imprescindible.
Instalar el frigorífico en un lugar fresco, ventilado y lejos de los focos de calor.
Mantener la parte trasera de la nevera limpia y al menos a un par de centímetros de las paredes cercanas.
Descongelar y limpiar a menudo el frigorífico, antes de que la capa de hielo aumente. Instalado en malas condiciones puede consumir un 15% más de energía.
Mantener el congelador entre -18ºC y -15ºC; el frigorífico, entre 3ºC y 5ºC.
Abrir las puertas del frigorífico solo lo necesario y nunca dejarlas abiertas: unos pocos segundos son suficientes para que se pierda buena parte del frío acumulado. Para recuperarlo, gastará más energía.
Apagar la televisión si no se utiliza. No se debe hacer de cualquier manera: hay que desconectarla a través de los interruptores de los propios aparatos, porque cuando se apagan con el mando a distancia, algunos de sus componentes siguen activados y consumen energía.
Comprar lavadoras y lavavajillas con etiqueta energética de categoría A. Además, deben contar con ciclos económicos y cortos, y ofrecer la posibilidad de elegir entre distintas temperaturas de lavado. El mayor gasto de energía, tanto en la lavadora como en el lavavajillas, se registra al calentar el agua, por lo que seleccionar temperaturas bajas equivale a ahorrar electricidad: el ciclo de lavado a 60ºC consume el doble de electricidad que el de 40ºC.
Utilizar la lavadora y el lavavajillas al máximo de su capacidad, pero sin llenarlos en exceso.
Planchar la mayor cantidad posible de ropa en cada ocasión. Evitar repasar piezas sueltas a menudo, ya que supone multiplicar el consumo de electricidad.
Reducir las fugas de calor y aislar la casa con doble acristalamiento y burletes en puertas y ventanas. Con un buen aislamiento térmico se puede ahorrar entre un 20% y un 40% en calefacción.
Sustituir el baño por la ducha: se consume la cuarta parte de agua y energía. Regular el termostato del agua entre 50ºC y 60ºC. Por encima de esa temperatura, además de malgastar energía, se reduce la vida útil del termo por la acción corrosiva del agua muy caliente.
Los españoles tienen graves dificultades para ahorrar todos los meses. Así lo demuestra la tasa de ahorro de los hogares e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares, que se ha situado en el 4,4% de su renta disponible en el primer trimestre de este año. Ello implica 3,7 puntos menos que en el mismo periodo del año anterior.
Las noticias relativas a la economía son de carácter negativo, en general. Sin embargo, son positivas las relacionadas con la telefonía. Desde este mes de julio ha entrado en vigor una nueva rebaja en el precio de las llamadas por móviles que se hagan desde otro país de la Unión Europea. Pasan de 39 a 35 céntimos por minuto y en la tarifa se incluye el establecimiento de llamada. Esto equivale a un ahorro máximo de 4 céntimos en cada minuto de conexión.
Para las llamadas recibidas también se reducen los precios, en este caso desde 15 céntimos a los 11 actuales por minuto. Se mantiene estable el precio de los envíos de SMS (mensajes de texto): 11 céntimos.