Con la llegada de Internet a los teléfonos móviles se han desarrollado un sinfín de programas que facilitan la vida de los usuarios. Algunas de las aplicaciones más exitosas están relacionadas con la posibilidad de utilizar el smartphone como si se tratara de un banco on line. Como se indica en el siguiente artículo, hacer transferencias, conocer los últimos movimientos, localizar un cajero o anular una tarjeta son algunas de las opciones que permite la banca en el móvil.
Cómo se opera en un banco a través del móvil
Para utilizar el banco a través del móvil, el cliente puede bajarse una aplicación que le ofrece su entidad de manera gratuita. El programa suele variar según el sistema operativo del teléfono, pero todos funcionan de manera similar. Las aplicaciones más avanzadas son las dirigidas al iPhone y a los dispositivos con Android, pero quienes tienen otro tipo de smartphone cuentan con programas adaptados a su dispositivo. Muchos bancos dan también la opción de acceder de manera directa a través del móvil -como se hace con el ordenador- sin necesidad de descargar una aplicación. En todo caso, es imprescindible tener Internet en el terminal, ya sea con una cuenta de datos o accediendo por medio de wifi.
Hay servicios bancarios que, a través del móvil, permiten retirar dinero de un cajero sin necesidad de tarjeta y de manera inmediata
El cliente de la entidad puede darse de alta por Internet o en el propio banco. Una vez que el usuario ha contratado este servicio, opera de manera parecida a como se hace a través del ordenador. Se introducen los datos personales del cliente (en muchos casos DNI y fecha de nacimiento) y después la clave, como en las tarjetas de crédito. Para hacerlo más seguro, suelen pedir solo algunas posiciones del número secreto, no todas. Si el acceso es 123456, para entrar se puede pedir la segunda, la cuarta y la quinta. A partir de ese momento, ya puede operar.
¿Es seguro tener el banco en el móvil?
Utilizar el banco en el móvil es igual de seguro que operar a través del ordenador. Una de las pocas diferencias con respecto a estos equipos es que el teléfono se lleva encima y se puede perder, mientras que el ordenador no siempre sale de casa.
Otra pega es que para ciertas operaciones, como realizar una transferencia, es necesario llevar una tarjeta de claves con la que, en caso de robo, los ladrones podrían obtener dinero. Pero esto es bastante difícil, pues las acciones que se llevan a cabo con el móvil suelen dejar rastro. Si una persona sustrae el smartphone, la tarjeta de claves y el DNI, tendría que conocer también el número secreto para entrar. En el supuesto de que obtuviera todos estos datos, al no poder sacar dinero en efectivo -excepto en casos muy concretos y cantidades limitadas-, solo podrá hacer transferencias y, salvo que elimine la cuenta receptora de inmediato, será fácil dar con su paradero o al menos con el titular del depósito. Esto hace que el móvil sea un dispositivo incluso más seguro que las tarjetas de crédito.
Qué operaciones se pueden realizar
Estas aplicaciones suelen incluir las operaciones más frecuentes que realiza el usuario a través del ordenador.
Consultar el saldo. El cliente puede consultar en cualquier lugar el dinero que tiene en una cuenta, en el plan de pensiones o lo que le falta por pagar de la hipoteca. Así, antes de realizar una compra en un establecimiento, puede saber si tiene saldo suficiente o si será penalizado al quedarse en números rojos.
Consultar movimientos. Esta opción permite conocer todos los movimientos del depósito, la cuenta corriente o cualquier producto contratado. El cliente sabrá así si le han ingresado la nómina, si ya le han cobrado la factura de la electricidad o si un amigo le ha devuelto un dinero prestado. Al igual que sucede con la consulta de saldos, también es útil poder consultarlo en cualquier momento y no tener que volver a casa o pasar por una entidad para saber estos datos, pues facilita la toma de decisiones a la hora de gastar o no gastar.
Localizar cajeros. Aunque en la mayoría de las ciudades hay decenas de cajeros, no siempre es fácil encontrar un terminal del banco al que pertenece el usuario. Con las aplicaciones de banca en el móvil se pueden localizar fácilmente. Suelen ofrecer dos formas de hacerlo: introducir los criterios específicos para una búsqueda concreta -ciudad, calle- o mediante el GPS. Al igual que deja buscar cajeros, también indica la dirección exacta de las oficinas.
Realizar transferencias. En este caso, los bancos ponen un límite a la cuantía que se puede transferir, un tope que no hay en las entidades físicas y tampoco a través de Internet. Se opera igual que con el ordenador. Hay que decir de qué cuenta saldrá el dinero a transferir, el destinatario, la cantidad y el concepto. Después, se comprueban los datos y se introduce una clave adicional para verificar que quien hace la operación es el titular de la cuenta o una persona autorizada. También se pueden consultar las transferencias en curso y ver si se han realizado de manera correcta o han sido rechazadas.
Operar con las tarjetas. Cuando se pierde una tarjeta de crédito o se produce un robo, hay que llamar de inmediato para anularla. Pero muchas veces, el propietario no recuerda el número de teléfono que tiene que marcar. Además, en muchos casos, son llamadas con coste adicional. Las aplicaciones de banca en el móvil permiten entrar en el perfil del cliente y anular la tarjeta con rapidez. Además de bloquearlas, se puede consultar el número secreto, saber cuánto dinero se ha gastado con ellas y los últimos movimientos realizados.
Hal Cash. Este servicio bancario permite a cualquier persona, con su teléfono móvil, enviar y retirar dinero de un cajero sin necesidad de tarjeta y de manera inmediata. Desde la web, con una llamada o a través del smartphone, se indica la cuenta de la que procede el dinero, la cantidad y el número de teléfono móvil del receptor. Después, el banco da al usuario una clave que debe enviar a la persona que desee retirar el efectivo con el móvil. El propio beneficiario recibe después una segunda clave y, con las dos, sacará del cajero el dinero que le han mandado sin necesidad de ser cliente de la entidad.
Junto a estas utilidades, se están desarrollando aplicaciones que posibilitan pagar con el smartphone, solo con pasar el móvil junto a un terminal que cobra por un producto o servicio. Ciudades como San Sebastián ya prueban la utilización del móvil como billete para los autobuses urbanos.