En el caso de que resulte insoportable estar en casa este verano por el calor y no se disponga de aire acondicionado o haya que vigilar su uso para no gastar en exceso, existen maneras más divertidas, económicas y saludables de refrescar la vivienda, y de paso ahorrar. Y es que hay que tener en cuenta que el aire acondicionado puede significar hasta un 70% del consumo energético de un piso en los meses más cálidos. Si no todas, seguro que se podrá aprovechar alguna de las ideas originales y simpáticas que se proponen en este artículo, como adquirir más plantas para el hogar, utilizar tejidos ligeros y colores claros o reorientar los muebles.
1. Reordenar la casa: cuantos menos muebles, más fresquito
En los días más calurosos del verano conviene alejar el sofá de las ventanas y tomar otras medidas respecto al orden de casa, como retirar la mayor cantidad posible de muebles y alfombras. De este modo, al dejar espacios diáfanos, el aire circula mejor y la sensación de frescor será máxima.
En el dormitorio se debe evitar colocar la cama cerca de una ventana o de una pared que reciba el sol durante todo el día, pues se recalienta en exceso y el descanso será menos placentero.
2. Agua contra el calor en casa
Colocar microdifusores o recipientes de agua repartidos por toda la vivienda puede hacer bajar unos tres grados la temperatura de cada habitación. La razón estriba en que el paso de agua a vapor absorbe calor del aire circundante, lo que hace que el termómetro descienda.
3. Puertas cerradas a cal y canto
Para refrescar la casa se deben abrir las ventanas a primera hora de la mañana y al anochecer. El resto del día están mejor cerradas y con las persianas bajadas para quedar en semipenumbra.
Respecto a las puertas, se deben tener cerradas durante el día las de las estancias que no se usen o las de zonas muy calurosas. Así se evitará que el aire fresco «se pierda» al redistribuirse.
4. Poner plantas
Da igual tener jardín, terraza o balcón, que la vivienda sea espaciosa o un minipiso… Las plantas siempre ayudan a refrescar el ambiente, sobre todo las de hojas verdes y de gran tamaño, pues absorben los rayos del sol. Además, al regarlas -mejor por la mañana o al ocaso- se apreciará una sensible bajada de la temperatura, al evaporarse el agua.
5. Todo en blanco
Apostar por todo en blanco es una idea sencilla y muy barata, además de efectiva, para combatir el calor y refrescar la casa. Y no solo porque emocionalmente al llegar a un lugar claro se note sensación de frescor, sino porque el color blanco refleja el calor. Sábanas y colchas, fundas para sillones y sofás, cortinas… En lo posible, el blanco y los colores claros y suaves deben llenar el piso durante el verano.
6. Ligereza contra el calor
Además de utilizar colores claros, en verano se deben usar tejidos como el algodón, lino y seda, que dejan transpirar mejor y son más frescos. «Además, podemos tener muebles ligeros de madera, que ayudan a regular la humedad de las habitaciones», sugieren desde Construcción21, la red social para los edificios y ciudades sostenibles.
7. Prohibido cocinar
Verano y comidas fresquitas apenas cocinadas van de la mano. Y no solo por hidratarse, también porque la cocina y los electrodomésticos son una fuente enorme de calor. En lo posible, en los días muy calurosos se debe evitar usar el horno, el lavavajillas o la lavadora, o hacerlo en las horas más frescas o cuando no se esté en la cocina. Y, por supuesto, cerrar la puerta de esta estancia para que el calor que desprenden no se expanda por el resto de la casa.
8. Sal y un ventilador
Se puede crear aire acondicionado con un tazón de metal, hielo, sal y un ventilador. La sal hace que el agua helada esté por debajo del punto de congelación, y bastará con que el ventilador sople sobre el tazón lleno de hielo para bajar la temperatura de la habitación.
Además, también funcionan los tradicionales y conocidos métodos de crear corrientes de aire naturales, si la vivienda da a dos calles o a un patio interior y la calle, o utilizar ventiladores de techo, que deben girar en el sentido contrario a las agujas del reloj.
9. Luces apagadas
Para combatir el calor es efectivo apagar todas las luces y usarlas solo cuando sea preciso. Además, «conviene no utilizar bombillas incandescentes -producen mucho calor- y alternarlas con fluorescentes o lámparas LED», como recomiendan los expertos de Elblogverde.com.
Si se enciende menos el ordenador y la televisión, que emiten mucho calor, también se mantendrá fresco el piso ¡y se reducirá la factura de la luz!
10. ¡Todos a la sombra!
Para mantener la casa fresca, se debe proteger de la radiación solar y procurar que esté en sombra. ¡Un toldo puede llegar a reducir hasta un 65% el calor que entra de fuera! Además de toldos -colocados en el exterior de la casa-, para dejarla en sombra se pueden usar parasoles, persianas o contraventanas.