Imagen: Manuel Van De Weijer
La estabilidad laboral, la garantía de un sueldo digno y los horarios de oficina ocupan los primeros puestos en la lista de aspiraciones vitales de millones de españoles. Para ellos, estas condiciones se asocian a un fin, calidad de vida, y a un medio, trabajar en la Administración Pública. Las estadísticas así lo indican: seis de cada diez jóvenes de hasta 30 años prefieren -con el mismo sueldo y estabilidad-, trabajar en el sector público antes que en una empresa privada. Pero no todo es un «paraíso», también este tipo de empleo tiene sus desventajas.
La idea de que trabajar en la Administración Pública se basa en desempeñar una labor ‘fácil y cómoda’ está muy extendida. En España hay 2,5 millones de funcionarios públicos, pero no todos pueden dar fe de la veracidad de ese imaginario. El hecho de que al 65% de los jóvenes españoles les seduzca la idea de ser funcionario no es una tendencia nueva, pero sí sorprende que este fenómeno -que se sigue analizando desde hace una década- se acentúe cada vez entre las nuevas generaciones, según revela un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas.
Seis de cada diez jóvenes de hasta 30 años prefieren -con el mismo sueldo y estabilidad- trabajar en el sector público antes que en una empresa privada
En una convocatoria pública en la que se ofertan 200 plazas, pueden llegar a presentarse miles de candidatos. Lo que buscan no es ninguna excentricidad: «un trabajo adecuado al nivel de formación, con un horario fijo, a tiempo completo, en su localidad de residencia y de funcionario», explica el profesor de Economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, José García Montalvo, coautor de este estudio. «En un mundo gobernado por la incertidumbre, los jóvenes valoran y aspiran a alcanzar una estabilidad, pero esto se contrapone a la típica postal de riesgo y espíritu indomable asociada a la juventud», matiza.
Seguridad laboral
En España, uno de cada ocho trabajadores es funcionario. Pero hay comunidades autónomas, como Extremadura, donde esta proporción es de uno de cada cuatro. Basta con observar el propio entorno personal para comprobar la existencia de este fenómeno. «Si muchos jóvenes muestran tal predilección por ser funcionarios, es porque no tienen unas grandes aspiraciones», reflexiona García Montalvo. «No les importa que el puesto no sea muy interesante o que las tareas sean repetitivas. Lo que intentan evitar -señala- es una situación donde haya que asumir responsabilidades y donde el mantenimiento del puesto de trabajo dependa del rendimiento». Un deseo, por otro lado, más que justificado, ya que el miedo al despido arbitrario es un fantasma recurrente en el mundo de la empresa privada. Sin embargo, la precariedad también afecta al sector público, donde el 31,6% de los trabajadores tiene un contrato temporal, frente a la que registra el sector privado, donde un 34,4% de los empleados se hallan en esa situación. Una diferencia apenas perceptible.
La precariedad también afecta al sector público, donde el 31,6% de los trabajadores tiene un contrato temporal
Comodidad, vocación de servicio público y un buen salario, son otras de las razones que los jóvenes esgrimen para explicar sus deseos de ser funcionario. Los sueldos se diferencian en función de la categoría: de los 900 euros de un administrativo a los 2.500 euros de un técnico superior, aunque los números también dependan del tipo de Administración, ya sea estatal, autonómica o local. Ya en el mundo de la Administración Pública y una vez que se consigue ser funcionario, la realidad no es la soñada, asegura el profesor García Montalvo. «Todos cobran más o menos lo mismo, independientemente de que hagan una labor mejor o peor o que su productividad sea mayor. Esta situación representa una clara injusticia frente al resto de los trabajadores que tiene que responder con su trabajo todos los días», denuncia.
- Los puestos en la Administración Pública, a diferencia de la empresa privada, ofrecen, en general, mayor estabilidad laboral, seguros médicos, salarios ‘dignos’ y pagas extras.
- La Administración Pública ofrece trabajos según el nivel de formación del aspirante, con un horario fijo a tiempo completo.
- La precariedad también ha llegado al sector público, donde el 31,6% de los trabajadores tiene un contrato temporal.
- El camino para acceder a un puesto de este tipo es difícil: hay miles de candidatos que se presentan a las oposiciones para cubrir las pocas plazas que se suelen ofertar. Por otro lado, son muchos años de estudio que se requieren para aprenderse todo el programa, ya sea mediante academias especializadas o con profesores particulares, con la inversión económica que esto representa.