Cada vez son más las empresas que no solo piden como requisito conocer inglés para trabajar, sino que demandan que el currículum esté en este idioma. Pero esto no significa tener que traducir este documento laboral, sino adaptarlo a cada cultura, algo vital si se desea encontrar empleo fuera de España o en una compañía extranjera. A lo largo de este artículo se desgranan las claves para presentar un currículum en inglés que abra las puertas del mercado laboral.
Adaptar el currículum
En un currículum en inglés es esencial utilizar verbos de acción, que describan la experiencia
Presentar un currículum en inglés no es tan sencillo como puede parecer, ya que no se trata de traducir, sino de adaptarlo a otro idioma y a otra cultura. Por ello, hay que eliminar aspectos que en España son esenciales, y que en otros países no se consideran importantes, y aportar otros que sí lo son.
Además, hay que cuidar en extremo el lenguaje, que debe ser muy formal y específico. Y es de suma importancia utilizar verbos de acción, que describan la experiencia. Si se tiene la posibilidad, no está de más pedir a un nativo que revise el documento antes de empezar a enviarlo a las empresas.
Los aspectos clave que debe reunir un buen currículum en inglés son, entre otros, los siguientes:
Brevedad:
Al hacer un currículum en inglés no hace falta escribir más de una página, y solo las personas con mucha experiencia utilizan dos. Se busca, por lo general, candidatos que vayan al grano y no hagan perder tiempo.
Sin datos personales ni fotos:
Los currículums españoles incluyen datos personales irrelevantes para el trabajo (estado civil, nacionalidad, DNI…) Los anglosajones son más prácticos, y les basta con conocer la información esencial para contactar con el candidato: nombre completo, dirección, teléfono y un correo electrónico.
Además, a los extranjeros les llama mucho la atención que los currículums en España incluyan fotografías. En los de empresas británicas y americanas nunca se aportan fotos.
Título del documento, encabezamiento:
Con poner el nombre y los apellidos es suficiente. No es preciso poner «Currículum vítae», como en España.
Profile (Perfil):
Es un resumen de cuatro o cinco líneas, en las que indicar el perfil y cualidades principales. El candidato puede aquí señalar sus objetivos y qué cree que puede aportar en el puesto solicitado.
Academic Background (Formación, Educación):
Además de los estudios universitarios o los realizados tras la carrera (no se da tanta importancia a los títulos universitarios como en España), hay que poner todos los cursos que se hayan hecho, siempre que tengan relación con la plaza a la que se opta.
Skills (Habilidades):
Apoyan a todo lo expresado en el Perfil y la Educación, y son de gran relevancia para conocer al candidato.
Work Experience (Experiencia profesional):
Hay que especificar los cargos que se han desempeñado, las responsabilidades que se han tenido en diferentes trabajos y qué se ha logrado. Se debe hacer un esquema cronológico, empezando por la ocupación más reciente.
Idiomas:
Indicar la lengua materna, y para el resto de idiomas, exponer los conocimientos de acuerdo a la clasificación del Marco Europeo de Referencia. Si se tienen (y es lo deseable), incluir titulaciones oficiales como la Universidad de Cambridge o TOEFL, etc.
Otros conocimientos y experiencias:
En este apartado se tienen que apuntar todos los conocimientos que se tengan en informática, música o arte… incidiendo en los que tengan mayor relación con el puesto que se demanda. También es el apartado para indicar que se posee carné de conducir.
Las cover letter (cartas de presentación) son esenciales para que el candidato se dé a conocer. Es la primera idea que tendrá el seleccionador sobre el aspirante, y en ella puede verse quién es en realidad y sus motivaciones. Además, al redactar de manera más fluida que en un currículum (que es una lista de datos), se puede saber el nivel de inglés real y el carácter del solicitante de empleo. Por ello, hay que cuidar cada detalle que se escriba en ellas.
En las cartas de presentación en inglés se tiene que indicar de manera clara y directa por qué se escribe, el puesto que interesa y cómo y dónde se encontró la oferta (web, periódico…).
Además, esta misiva es el lugar idóneo para poder destacar las habilidades personales relacionadas con el puesto y los logros alcanzados en empleos anteriores, y diferenciarse así del resto de candidatos.