El caos se ha apoderado de los aeropuertos de Estados Unidos después de que la Administración Federal de Aviación (FAA) del país haya puesto en marcha una repentina supervisión de cientos de aviones que al parecer incumplen las normas de seguridad.
Según informa EFE, la FAA está revisando el cumplimiento de diez directivas de seguridad por parte de todas las aerolíneas que operan en el país. Esta medida ha provocado la suspensión de cientos de vuelos de compañías como American Airlines, Delta Air Lines, US Airways, y United Airlines.
De la revisión ni siquiera se salva el avión que transporta a la prensa y al personal de la Casa Blanca que acompaña al presidente estadounidense, George W. Bush, en su viaje a Europa del Este con motivo de la cumbre de la OTAN.
La auditoría, que durará dos semanas, se produce después de que se descubrieran fallos en las obligaciones de mantenimiento de la aerolínea Southwest entre 2006 y 2007. Esta compañía fue multada con 10,2 millones de dólares por mantener activos 46 aviones que requerían inspecciones de seguridad por daños en el fuselaje.
Robert Sturgell, administrador en funciones de la FAA, ha querido quitar hierro al asunto al afirmar que el 99% de las casi 2.400 inspecciones recientes llevadas a cabo por los inspectores revelaron que las aerolíneas cumplían las normativas de seguridad para poder volar.
Rotura de ventanas
Por su parte, el NTSB, organismo de seguridad del transporte estadounidense, ha denunciado que al menos una decena de ventanas de cabina de aviones Boeing 757 se han roto en pleno vuelo desde 2004.
Un piloto ha reconocido a la CNN que la ventana frontal se quebró como una tela de araña, aunque no llegó a romperse del todo. Por lo visto, el origen del problema está en el sistema de calentamiento del cristal.
Incidentes de este tipo provocaron aterrizajes de emergencia, según pilotos de American Airlines, que afirman que la FAA y la propia aerolínea conocen el problema desde hace cuatro años.