Los medicamentos fabricados para las personas pueden resultar tóxicos para el perro e, incluso, provocar su muerte. Esto explica que nunca se deba automedicar al can, ni proporcionarle fármacos humanos sin consultar antes con su veterinario. Sin embargo, automedicar con fármacos humanos es peligroso bastante habitual. El ibuprofeno está entre los fármacos más ofrecidos al can sin preguntar antes al veterinario. Pero debemos recordar que el perro no es una persona, por lo que su cuerpo no acepta ciertas sustancias que, sin embargo, sí toleran los humanos.
Las medicinas humanas son peligrosas cuando las ingiere un perro sin la prescripción del veterinario
Los medicamentos humanos pueden ser peligrosos cuando los ingiere un perro. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) es el organismo competente para señalar qué fármacos deben ser utilizados en humanos y cuáles, sin embargo, han de ser suministrados a nuestro perro. En cualquier caso, antes, siempre hay que consultar al veterinario.
Automedicar con fármacos humanos al can es peligroso
Cuando el perro padece un malestar, no es infrecuente que el dueño piense en la posibilidad de recurrir a sus propias medicinas para paliar el dolor de su can, con el fin de ahorrarse la visita al veterinario. «Es relativamente habitual que un propietario tenga la tentación de darle a su mascota fármacos para personas«, asegura la veterinaria Mercedes González, de la clínica madrileña La Dehesa. El razonamiento de los propietarios que recurren a esta práctica es el siguiente: «Si yo, cuando tengo fiebre, me tomo esta medicina, cuando el perro tenga fiebre, le ofreceré la misma».
Los medicamentos humanos han sido utilizados históricamente por los veterinarios. De hecho, en algunos casos, los siguen utilizando, por ejemplo, durante operaciones graves. La Agencia Española de Medicamentos indica qué productos se pueden usar, y cuáles no, en los animales.
La industria de la medicina veterinaria ha avanzado mucho; y ahora hay medicamentos específicos para los perros, cuyos prospectos indican cuántas tomas, y qué cantidad debe tomar el animal, en función de su peso.
El problema, frecuente y peligroso, viene cuando los dueños automedican a sus perros con los mismos productos que utilizarían para ellos mismos. Sin saber ni la dolencia de su mascota, ni la cantidad de medicamento que deben suministrarle, ni si la Agencia de Medicamentos autoriza que sean utilizados para el perro. Los prospectos para humanos no indican si el fármaco se puede, o no, utilizar con perros, ni en qué cantidad.
Uno de cada tres propietarios no acude al veterinario antes de ofrecer un medicamento al perro
Esta imprudente práctica no es, sin embargo, tan extraña. Casi uno de cada tres propietarios de perros no consulta con el veterinario antes de automedicar a sus amigos de cuatro patas, según un estudio realizado por la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología, con sede en Chile. En el estudio ‘Uso de medicamentos por parte de propietarios de mascotas’ el veterinario Flavio Briones Silva, autor del ensayo, pudo comprobar cómo el 42% de los dueños de animales, además, tampoco acude a la consulta del veterinario para vacunar a sus perros. O bien inyectan ellos mismos a sus mascotas, o bien acuden a amigos y familiares médicos o enfermeros.
Aunque la Agencia de Medicamentos autoriza usar ciertos fármacos humanos en perros, advierte que estos deben haberse precrito antes por un veterinario. «Medicar a un perro en casa, o a través de la consulta de un amigo médico, es una práctica muy peligrosa que sigue la misma lógica imprudente de la automedicación en las personas, tan instaurada en la cultura española», se lamenta, por su parte, la veterinaria Laura Pérez.
Cuando un propietario ofrece una medicación humana a su animal, suele hacerlo con buena intención. Sin embargo, el dueño suele desconocer que sus fármacos pueden resultar muy dañinos para su peludo amigo. «Lo que seguramente ignora el propietario es que sus medicinas pueden provocar una grave intoxicación al perro e, incluso, su muerte», añade Pérez.
El ibuprofeno, entre los fármacos más ofrecidos al perro
El ibuprofeno y el paracetamol se encuentran entre los fármacos que más ofrecen los propietarios a sus perros
Los antiinflamatorios, como el ibuprofeno, y los analgésicos, como el paracetamol, se encuentran entre los fármacos que en más ocasiones los propietarios ofrecen a su perro, sin consultar antes con su veterinario. Este tipo de medicamentos, muy generalizados entre las personas, se utilizan por sus cualidades para prevenir o minimizar la inflamación de ciertos tejidos.
El uso del ibuprofeno en perros no está autorizado por la Agencia de Medicamentos. Este organismo sí permite, sin embargo, algunos tipos de compuestos con paracetamol en las mascotas. Pero, de nuevo en este caso, es importante consultar antes con el veterinario para que sea él quien indique qué fármaco puede tomar el animal o en qué cantidad. «En muchos casos no hace falta que la persona pida una consulta con el veterinario. Una simple llamada telefónica puede ser suficiente y, en algunos casos, salvar incluso la vida del perro», se lamenta la veterinaria Laura Pérez.
Debemos tener en cuenta que el perro no es una persona, por lo que su cuerpo tampoco funciona igual que el nuestro; ni es capaz de atacar las medicinas que son inofensivas para las personas del mismo modo. «Las enzimas del perro que deben atacar a los fármacos son diferentes a las nuestras, y también es distinta la forma de eliminar las sustancias que tiene nuestra mascota», añade, por su parte, Mercedes González.
Esto explica que muchas sustancias que contienen los fármacos humanos no salgan del cuerpo de nuestro amigo de cuatro patas. Su organismo, sencillamente, no está preparado para eliminarlas. Estos componentes tóxicos quedan acumulados en su cuerpo, en órganos como el hígado y los riñones. Lo que explica que, con el tiempo, se puedan producir graves daños, hemorragias e, incluso, el fallecimiento del animal.
El perro no es una persona, tampoco para los fármacos
Hay otra razón de peso para que el perro no tome los medicamentos elaborados para las personas: aunque la Agencia del Medicamento permita su uso en el can, el prospecto rara vez contempla la información necesaria sobre la dosis que precisa nuestro amigo peludo.
No sirve, tampoco, tratar de calcular la cantidad que debe ingerir el perro extrapolando la información que contienen los prospectos para los niños o para el adulto, y haciendo el cálculo en función del peso de nuestro can. El perro, sencillamente, no es una persona, sino un animal con una gran variedad de tamaños, peso y razas.
Recuerde que los medicamentos humanos pueden ser peligrosos, e incluso mortales, cuando los ingiere un perro.
Nunca ofrezca a su can fármacos para personas sin la prescripción de su veterinario.
No trate de calcular la dosis que debe ingerir el perro extrapolando la información que contienen los prospectos para los niños o para el adulto: es peligroso.
Tenga en cuenta que el mercado veterinario ha avanzado de forma notable: existen productos específicos para el perro que velan por su seguridad.