El perro o gato ha tragado un trozo de hueso u otro objeto que queda atascado en su tráquea. El animal tose con fuerza y, aunque trata de expulsarlo, no lo logra: cada vez le cuesta mayor trabajo respirar. ¿Qué hacer? Cinco sencillos pasos pueden evitar el atragantamiento del can o gato: hay que calmar al animal, no meter la mano en su boca, levantar sus patas traseras, ejercer un poco de presión y llamar al veterinario.
1. El perro o gato se atraganta: mantener la calma
El primer paso cuando un perro o gato se asfixia es tratar de relajarle, y no meter la mano en su bocaCuando un perro o gato se ha atragantado el primer paso es no aumentar aún más la ansiedad del animal. «Si el perro se pone nervioso, respirará más fuerte, y la inhalación del aire provocará que el objeto que ha tragado se introduzca todavía más en su aparato respiratorio«, explica Marisol Cuenca, del Colegio de Veterinarios del País Vasco.
Las caricias, utilizar un tono de voz tranquilo y las palabras amables son buenos aliados para tratar de calmar al perro o felino que se atraganta.
2. No meter la mano en la boca del perro que se asfixia
Un perro o gato que se atraganta porque algún fragmento ha quedado atrapado en su tráquea tiene mucha dificultad para respirar. «Si metemos la mano en su boca con la intención que extraer el pedazo aún bloquearemos más la entrada de aire», añade Cuenca.
Introducir la mano en la boca del animal que se asfixia tiene otro problema añadido: puede mordernos, ya que es normal que el perro o gato sienta dolor.
3. Levantar las piernas traseras o maniobra de Heimlich
La clave para ayudar a un can o felino que se atraganta por culpa de un objeto es tratar de que abra su aparato respiratorio. Pero, ¿cómo conseguirlo?
La maniobra Heimlich en perros y gatos consiste en levantar las patas traseras, para favorecer la salida del objeto que le asfixia
Hay que levantar las patas traseras del animal y agarrarlas entre nuestras piernas, con ayuda también de los brazos (como si se tratara de un abrazo). De este modo, el tercio trasero del perro o gato quedará levantado. El animal debe adoptar una postura similar a la de hacer el pino, aunque no hace falta que el perro quede en una posición del todo vertical.
Esta operación es una adaptación de la conocida como maniobra de Heimlich en humanos. Y la finalidad es similar: trabajar a favor de la gravedad. De este modo, será más sencillo que el objeto que atraganta a nuestro peludo amigo caiga por sí mismo -o con algo de ayuda- al suelo.
En algunas ocasiones, los propietarios de canes pequeños o de gatos intentan hacer una versión particular de esta maniobra Heimlich. La adaptación consiste en sostener en brazos al animal -como si fuera un bebé humano- y abrir sus patas delanteras para favorecer el espacio en sus vías respiratorias.
Sin embargo, esta operación no siempre tiene buenos resultados: el animal puede ponerse nervioso al sentir que pierde el contacto con el suelo. Entonces, respirará fuerte y empujará hacia dentro el objeto que le asfixia.
¿La alternativa? Actuar del mismo modo que en perros grandes: colocar al animal con las patas traseras levantadas, en posición de hacer el pino.
4. Presión para sacar el objeto: solo para manos expertas
La maniobra de Heimlich puede ser suficiente para ayudar al perro o gato a expulsar el objeto que provoca su asfixia. El animal toserá, y ese fuerte impulso de aire suele empujar el fragmento atascado fuera de su cuerpo.
Una presión seca con nuestras manos también puede ayudar a lograrlo. Para ello, hay que localizar el final de la caja torácica del perro y abrazar con una presión seca. Sin embargo, esta maniobra no está exenta de peligros: unas manos inexpertas en primeros auxilios para perros o gatos pueden tener dificultades. Si se aprieta el estómago del animal, el abrazo resultará ineficaz e incluso peligroso.
Si el peludo amigo además acaba de comer, es probable que esta presión le provoque el vómito, con consecuencias poco recomendables: la expulsión de comida bloqueará todavía más las vías respiratorias del perro o gato, y le hará más complicado respirar.
Por eso, sin experiencia en primeros auxilios para mascotas, lo correcto es mantener las patas traseras del perro o gato levantadas, sin más. Y tratar de relajar al animal todo lo posible (con palabras cariñosas). Con algo de suerte, el objeto saldrá expulsado por sí mismo.
5. Un veterinario para el perro o gato
La llamada al veterinario de emergencia es necesaria, y debe ser casi el primer paso -aunque aquí esté incluido en quinto lugar-. Cuando hay dos personas en casa para socorrer al animal que se ahoga, la opción más segura es que una ayude al perro o gato mientras que otra llama al veterinario.
En esta situación, el doctor de mascotas suele desplazarse al domicilio. Por ello, conviene tener siempre a mano un listado con los teléfonos y contactos de los veterinarios de urgencias más cercanos.
El médico canino o felino sedará al animal, con el fin de relajarle. Después, con ayuda de unas pinzas veterinarias, podrá sacar el objeto o restos de fragmentos que permanezcan en la tráquea del peludo amigo.
El modo de proceder con los gatos que se asfixian por un objeto que han tragado es similar al de un perro. Hay que levantar sus patas traseras (maniobra Heimlich), y tranquilizar al animal para que pueda expulsar el fragmento.
Pero en gatos es aún más importante no levantar al animal del suelo, como si se tratara de un bebé. Las reacciones de los felinos suelen ser impredecibles: pueden voltearse y hasta girarse. Y estas torsiones dificultarían más todavía la salida del objeto que bloquea su respiración.