Las personas no son las únicas que sufren alzhéimer o demencias seniles. Gatos y perros también padecen alzhéimer, canino o felino. Esta degeneración del sistema nervioso central de los gatos afecta a uno de cada tres felinos mayores de 11 años. No obstante, unas pautas ayudan a reconocer el alzhéimer del gato, entre ellas, el mal uso del arenero por parte del animal o unos maullidos excesivos. Este artículo recoge, además, consejos para prevenir y retrasar esta dolorosa enfermedad en los peludos amigos a tiempo.
El alzhéimer también es una enfermedad del gato
La mitad de los gatos mayores de 15 años desarrollan el alzhéimer felino, una degeneración de su sistema nervioso que causa desorientación
En España, unas 700.000 personas padecen demencias seniles, según la Sociedad Española de Psiquiatría. El alzhéimer, sin embargo, no es una enfermedad exclusiva de los humanos. Los perros también pueden desarrollar demencia senil canina.
Y lo mismo ocurre con los gatos, cuya esperanza de vida felina se ha incrementado de forma notable en la última década, gracias a los cuidados de dueños, atenciones veterinarias y una mejor alimentación del peludo compañero.
«Al menos uno de cada tres gatos de entre 11 y 14 años de edad desarrolla demencia senil felina o el llamano síndrome de disfunción cognitiva», explica la veterinaria Danielle Gunn-Moore, de la Universidad de Edimburgo.
El riesgo de que el gato padezca demencia felina o el llamado alzhéimer del gato crece, no obstante, a medida que el felino cumple años. «En los animales ancianos mayores de 15 años, la probabilidad de desarrollar el síndrome de disfunción cognitiva felina es del 50%», afirma esta investigadora. Los resultados de su estudio han sido publicados en la revista científica ‘Journal of Feline Medicine‘.
Gatos ancianos con demencia senil felina
La demencia senil del gato puede prevenirse con la alimentación equilibrada, estimulación mental y juegos
La mayor longevidad felina conlleva, al igual que ocurre en los humanos, un mayor riesgo para que aparezca el llamado alzhéimer del gato. Los felinos han aumentado su esperanza de vida en la última década, de modo que la vida media de un gato doméstico actual ronda entre los 16 y 21 años, de media.
Calcular la equivalencia de esta edad del gato en años humanos ayuda a hacerse una idea del alcance de esta notable longevidad felina. Un felino de 16 años habría cumplido los 77, si fuera una persona. Mientras que un gato con 21 años, tendría la asombrosa edad de 97 años en la escala humana.
Al igual que ocurre en las personas ancianas, cumplir años implica notables transformaciones para el felino. Una de ellas es, sin duda, el aumento del riesgo de padecer alzhéimer para el gato. «El cerebro del perro o del felino con demencia involuciona, es decir, pierde su funcionalidad, al igual que ocurre con su corazón y otros órganos en los animales ancianos», añade, por su parte, el veterinario Adrián Aguilera.
La demencia senil felina implica un conjunto de cambios de conducta en el gato anciano, como respuesta a un proceso degenerativo que se inicia en su sistema nervioso central (cerebro y médula espinal).
Conocer estas transformaciones ayuda a reconocer la aparición del alzhéimer en nuestro gato, un paso esencial para poder tratarlo a tiempo; y para cuidar, de este modo, como merece a nuestro anciano compañero de fatigas.
Gatos con alzhéimer felino o demencia, ¿cómo reconocerlos?
¿El gato anciano no utiliza su arenero? Puede ser por causa de la demencia felina. Uno de los problemas de conducta más frecuentes entre los animales ancianos que padecen disfunción cognitiva es que dejan de usar su bandeja higiénica; al menos de forma eventual.
Esta señal debe ser, en consecuencia, motivo de una visita al veterinario del felino.
¿El gato anciano llora o maúlla de forma exagerada? Puede ser culpa de su alzhéimer felino. Los maullidos excesivos del gato en mitad de la noche son otra alerta de que el animal puede padecer demencia, así como su inquietud.
¿El gato se muestra desorientado y confuso? No descarte una posible demencia felina. Como ocurre en los perros con alzhéimer canino, los felinos enfermos también pueden perder la orientación en su propia casa o arañar la puerta de una habitación por no saber dónde está.
La pérdida de su memoria felina explica, además, que el amigo de cuatro patas no siempre pueda reconocer a su dueño.
El gato con demencia suele perder su interés por el acicalamiento, una actividad a la que un felino sano puede dedicar una tercera parte de la jornada.
Un felino con alzhéimer también puede mostrarse más gruñón y molesto de lo habitual; además de sentirse más cansado y necesitar más horas de sueño.
Un gato con demencia puede perder su apetito e interés por la comida. Estas señales son, en consecuencia, motivo urgente de visita veterinaria.
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Los expertos recuerdan que una dieta equilibrada para el gato, a lo largo de todas sus etapas de vida, es una de las claves para prevenir o retrasar la aparición de la demencia senil en felinos.
La estimulación mental del animal, así como los juegos para gatos, son otra herramienta fundamental para ralentizar la aparición de las enfermedades degenerativas, relacionadas con su edad, en el peludo compañero de fatigas.
Y, como ocurre en los humanos, contar con la compañía de otros felinos, así como disfrutar del tiempo y atenciones de sus dueños, sus amigos de dos piernas, resultan otras valiosas herramientas para eludir el alzhéimer del gato.