Un informe de Cruz Roja alerta del aumento de la incidencia de los desastres naturales

La ONG apela a la información para reducir los fallecidos a causa de estos fenómenos
Por EROSKI Consumer 17 de octubre de 2005

Huracanes, terremotos, tsunamis, tifones, ciclones y lluvias torrenciales, entre otros fenómenos naturales, causaron el pasado año 250.000 muertos, 146 millones de damnificados y unas pérdidas de entre 100.000 y 145.000 millones de euros, según el Informe Mundial sobre Desastres de 2004, elaborado por la Federación de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Entre 1985 y 1994 fallecieron por este tipo de eventos de carácter meteorológico casi 650.000 personas, y entre 1995 y 2004 poco más de 900.000.

Los fenómenos naturales siguen siendo difíciles de predecir para el hombre, pero, según denuncia el estudio, falta información y conocimiento. Hay muchos expertos que vinculan este comportamiento tan severo de los elementos a las emisiones de CO2, al calentamiento global, a la expansión de los mares o al deshielo progresivo de los glaciares en los polos.

El prestigioso científico Kerry Emanuel asegura que el significativo incremento en los últimos años de la temperatura de los océanos como consecuencia del «efecto invernadero», augura una mayor cantidad e intensidad de los huracanes durante el siglo XXI.

Sin embargo, los responsables del Centro Nacional de Huracanes de EE.UU., con sede en Miami, prefieren hablar de «ciclos naturales».»Hay cientos de estudios, pero ninguno ha podido demostrar que la Tierra esté de alguna manera protestando por el castigo al que la estamos sometiendo los humanos», asegura Eduardo Lolumo, geógrafo de la Universidad de Zaragoza.

Información

Para que un huracán se convierta en un desastre natural hacen falta unas determinadas condiciones socieoeconómicas y físicas vulnerables -la ciudad de Nueva Orleáns, por ejemplo, está situada por debajo del nivel del mar-. El estudio de Cruz Roja incide en esos aspectos y, en este sentido, asegura que la mayoría de las 225.000 personas que murieron a causa del maremoto de Asia en diciembre pasado lo hicieron porque «no se dio alerta alguna».

El informe concluye que «la buena información tiene la capacidad de reducir el número de fallecidos». Se apela a esta información en todos los sentidos al objeto de que proliferen centros de prevención capaces de anticiparse a la tragedia. El aviso temprano salvó millones de vidas en Cuba y EE.UU. ante la llegada de los huracanes «Frances» y «Charley».

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