Un grupo de activistas en favor del medio ambiente ha denunciado que la casa de Al Gore, ex candidato a presidente de EE.UU. y actualmente cabeza visible de la lucha contra el calentamiento global, tiene un consumo de energía eléctrica 20 veces superior al de un hogar medio norteamericano.
Y es que su lujosa mansión, situada en una de las barriadas más selectas de la ciudad de Nashville, tiene puertas mecánicas de acceso, una veintena de habitaciones, ocho cuartos de baño y piscina climatizada con vestuarios.
Según los cálculos del Center for Policy Research de Tennessee, la casa de Al Gore consumió durante el año pasado 221.000 kilovatios/hora de electricidad, lo que supone un recibo de la luz aproximado de 1.026 euros mensuales. Más cargos adicionales por concepto de gas natural de 815 euros al mes.
A juicio de Drew Johnson, el activista que ha contabilizado la factura energética de la familia Gore, «no me importa nada que cualquier persona se gaste una fortuna en electricidad, pero el problema es cuando uno se dedica a pontificar sobre como debe vivir el resto y es el primero en no seguir sus propias reglas».
El ex vicepresidente, que el domingo pasado salió a recoger un Oscar de Hollywood por el documental «Una verdad incómoda», de momento no ha realizado ningún desmentido.