La actividad urbanística es una de las principales causas de destrucción de la superficie forestal. En la última década se han destruido en España 250.783 hectáreas de bosque debido a «proyectos urbanísticos descabellados que arrasan cientos de miles de árboles», denuncia Ecologistas en Acción.
Con motivo de la celebración hoy del Día Forestal Mundial, esta organización recuerda que en el periodo 1987-2000 desaparecieron 250.730 hectáreas de suelo forestal, de las que 6.536 correspondieron a bosques de frondosas, 59.933 a bosques de coníferas, 55.520 a pastizales naturales, 26.436 a zonas de matorral y 157.208 a vegetación esclerófila.
En el mismo periodo se produjo un incremento de 80.182 hectáreas de suelo urbano y 57.588 destinadas a redes de transporte. «Gran parte de esta red de transporte corresponde a infraestructuras viarias y trenes de alta velocidad, que dan servicio a las nuevas zonas urbanas», señalan los ecologistas. Si además se añade la superficie destinada a zonas de extracción minera y vertederos, la cifra asciende a 240.166 hectáreas. Ecologistas en Acción indica que en 2005 se aprobaron 800.000 proyectos de nuevas viviendas y en 2006, 920.000. Esto quiere decir que en los próximos años la reducción de la superficie forestal va a continuar, según la ONG, que considera «grave y alarmante» la dinámica en la que han entrado la mayoría de las comunidades, permitiendo e incluso promoviendo proyectos urbanísticos «irracionales» sobre terrenos forestales.
Por ello, y ante la cercanía de las elecciones municipales, Ecologistas reclama a las formaciones políticas que se comprometan a garantizar la protección efectiva de las zonas forestales y a dar «un giro radical» en las insostenibles políticas urbanísticas de las diferentes administraciones.
Fabricación de papel
Greenpeace, por su parte, aprovecha la celebración del Día Forestal Mundial para denunciar que todavía se siguen arrasando bosques primarios para fabricar papel y cartón. En concreto, según sus datos, el 17% de la fibra virgen utilizada por la industria papelera mundial procede de bosques primarios, especialmente de Canadá, Finlandia, Rusia e Indonesia.
Actualmente sólo se conservan el 20% de los bosques primarios que cubrían la superficie terrestre originariamente; aún así albergan dos terceras partes de la biodiversidad terrestre y son uno de los mayores sumideros de carbono del planeta.
La organización ecologista recuerda que el sector papelero español sigue importando productos de países que destacan por encabezar el ranking mundial de tasa de deforestación, como Indonesia; afectados por tala ilegal, como Rusia, o de naciones que convierten sus bosques primarios en papel de impresión, papel higiénico o servilletas, como Finlandia y Canadá.
«La demanda de papel barato está alimentando la destrucción de los bosques primarios del planeta, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad y al incremento del cambio climático», señala Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace.