Uno de los principales atractivos turísticos del sureño estado mexicano de Chiapas, el Cañón del Sumidero, se enfrenta a graves problemas de contaminación a consecuencia de las 5.000 toneladas de basura anuales que se acumulan en sus aguas.
Esta basura, procedente de unos 14 municipios de la zona, es arrastrada por la lluvia de la temporada y satura este canal, que forma parte del cauce del Río Grijalva. El material de deshecho impide además la navegación de los turistas y obstaculiza el tránsito de los cocodrilos de la zona. En las partes con mayor densidad de basura, el agua queda totalmente oculta y las aves se pasean entre los despojos y los troncos arrastrados por las corrientes.
Este problema, que se repite cada año en la época de las lluvias, es consecuencia de la desembocadura de aguas sucias y residuos orgánicos e inorgánicos de al menos 14 municipios a causa de las «fuertes» precipitaciones, según las autoridades federales y estatales de Chiapas. De las 5.000 toneladas de residuos extraídos anualmente, el 85% es madera arrastrada por la corriente, un 10% piedras y lodo y un 5% plásticos y otros residuos inorgánicos, detalló Violeta Corzo, portavoz de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). «El problema de la basura no es un problema del cañón sino de un mal manejo de residuos sólidos urbanos principalmente», dijo Corzo, para quien la conservación de las áreas depende de la participación e implicación de los habitantes de los municipios cercanos.
Declarado Parque Nacional en 1980, el Cañón del Sumidero es considerado uno de los sitios turísticos más visitados en Chiapas y cuenta con una gran variedad de animales. Este parque ecológico recibe cada año más de 400.000 visitantes, que dejan unos beneficios de unos 20 millones de pesos (unos 2 millones de dólares).