Deforestación cero en la Amazonia en 2015. Éste es el objetivo del acuerdo que firmaron el miércoles nueve organizaciones ecologistas y el Gobierno de Brasil. Para ello, se deberán poner en marcha medidas que aseguren la protección urgente del llamado «pulmón de la Tierra».
Los firmantes consideran que adoptando un sistema de objetivos anuales de reducción se puede detener la deforestación en esta región en 2015. Pero primero hay que poner fin a las «políticas de colonización» que en los dos últimos siglos han sido la causa de la destrucción de la selva. Por eso, los ecologistas piden la reorientación de las ayudas financieras y que las políticas públicas se destinen ahora a la reducción de la deforestación desde un enfoque social, ambiental y económico.
Las ONG ambientalistas proponen compensaciones a las tribus indígenas e incentivos económicos para apoyar la creación de áreas protegidas, optimizar el uso de tierras agrícolas que han sido previamente deforestadas, mejorar el control gubernamental sobre la selva y promocionar un sistema de adjudicación de licencias de explotación a los propietarios rurales.
Cambio climático
Hasta 2006 había desaparecido el 17% de la selva tropical amazónica de Brasil, lo que equivale a un área mayor que la superficie de Francia. Greenpeace, una de las organizaciones firmantes del acuerdo, advierte de que las altas tasas de deforestación son la causa de una acelerada pérdida de biodiversidad que está teniendo un impacto directo en la forma de vida de las personas que habitan en la Amazonia.
Además, la deforestación, sobre todo la que afecta a las regiones tropicales, es el origen del 20% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. «Más del 75% de las emisiones brasileñas proceden de la conversión de tierras y deforestación, principalmente en la Amazonia, lo que hace a este país el cuarto mayor emisor de este tipo de gases del mundo», afirma la organización ecologista.
Paulo Adario, coordinador de la Campaña Amazónica de Greenpeace, afirma que «protegiendo los últimos bosques primarios del planeta reduciremos significativamente el cambio climático, mantendremos el modo de vida de millones de personas que dependen de los bosques y conservaremos una parte considerable de la biodiversidad terrestre».
Por este motivo, Greenpeace pide que la lucha contra la deforestación sea incluida en las negociaciones posteriores al Protocolo de Kioto, a partir de 2012, escenario que será abordado el próximo diciembre en la Conferencia del Clima de Bali (Indonesia). Este foro podría dar un paso «decisivo» para financiar y apoyar a los países que sufren este problema.