Ayer la tierra tembló en China. A 29 kilómetros de profundidad, 31 grados latitud norte y 103 longitud este, bajo la ciudad de Wenchuan, provincia de Sichuan (centro-oeste de China) a las 14:28 horas, un terremoto de 7,8 grados de magnitud en la escala Richter devastó la región de la Prefectura Autónoma de Aba, situada a 146 kilómetros al noroeste de la capital provincial, Chengdu, el principal centro industrial del interior del país. El temblor fue seguido de otros cuatro de grado superior a cinco, entre las 14:40 y las 16:00 horas.
Las autoridades chinas han hecho un nuevo balance de la situación y han elevado a 11.921 los fallecidos a consecuencia del seísmo. Esta cifra podría aumentar a medida que las tareas de rescate se aproximen al epicentro.
Carlos Blasco, embajador de España en China, ha afirmado que, según los datos disponibles en la actualidad, entre los fallecidos no hay ninguna persona de nacionalidad española.
El temblor se hizo sentir en toda Asia oriental, hasta en ciudades tan alejadas del epicentro como Bangkok o Hanoi, a más de 3.000 kilómetros de Wenchuan, donde están censadas 111.800 personas. Según medios de comunicación chinos, edificios de provincias como Yunnan, a unos mil kilómetros, también han sufrido desperfectos, y muchos hogares de Chengdu muestran grandes grietas, aunque no se han confirmado derrumbes.
Las autoridades de Pekín señalan que la zona más afectada se concentra en una circunferencia de cien kilómetros en torno al epicentro, a donde todavía no han podido acceder los equipos de rescate, y cuyas líneas telefónicas permanecen cortadas.
En el condado de Beichuang Qiang, uno de los lugares más cercanos al centro del seísmo a los que se ha podido llegar, a unos 30 kilómetros, miembros del Gobierno local aseguran que el 80% de los edificios han quedado completamente destrozados, y que podría haber entre 3.000 y 5.000 muertos.
La zona más afectada se concentra en una circunferencia de cien kilómetros en torno al epicentro, en el distrito de Wenchuan
En la ciudad de Mianzhu hay al menos 2.000 muertos y más de 10.000 heridos. Además, otras 4.800 personas permanecen sepultadas en esta ciudad y más de 20.000 han sido dadas por desaparecidas en tres localidades cercanas.
Durante la pasada madrugada se registraron más de 1.800 temblores, algunos de ellos de hasta seis grados de magnitud, según la oficina sismológica provincial.
Pekín pide calma
El primer ministro del país, Wen Jiabao, se desplazó de inmediato a la ciudad de Duyiangyan, a unos cien kilómetros del epicentro y una de las más castigadas por el terremoto. Durante su vuelo desde Pekín, Jiabao pidió «calma, confianza y eficiencia en las labores de rescate» a la población china y a los militares que el Gobierno ha desplazado a la zona.
Por su parte, el presidente, Hu Jintao, ordenó el uso de «todos los medios que sean necesarios» para rescatar a los supervivientes y reconstruir los lugares afectados. Ambos mandatarios hicieron un llamamiento a la unidad y a la solidaridad de la población.
En Dujiangyan, mientras tanto, se siguen sacando cuerpos de debajo de los escombros de una escuela. Los responsables del colegio de Xiang creen que sólo 100 de los 420 alumnos del centro han sobrevivido al hundimiento del edificio, que se produjo en horario escolar.
La presa de las Tres Gargantas, el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo, ha resistido el movimiento telúrico
Aunque en un primer momento se temió por la posibilidad de que la presa de las Tres Gargantas, el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo, situado en la provincia de Sichuan, hubiera sufrido graves daños que amenazaran con inundaciones en las zonas cercanas, las autoridades se apresuraron a confirmar que la estructura, aún en construcción, ha resistido el movimiento telúrico. No obstante, un grupo de expertos ya está haciendo una evaluación exhaustiva de los daños que ha sufrido.
La agencia oficial Xinhua ha confirmado además una fuga de amoníaco a consecuencia del derrumbamiento de una planta química en la ciudad de Shifang y la muerte de 600 personas, entre las que hay 81 estudiantes.
No es la primera vez que el oeste chino es sacudido por seísmos destructivos. La zona se halla en la confluencia de las placas tectónicas india y asiática y ha sufrido importantes terremotos, como el de 1976, que se cobró 260.000 vidas. Aunque, generalmente, la mayoría de temblores se dan en zonas poco pobladas o deshabitadas.