El Día de la Tierra cumple hoy 39 años. Fue en 1970 cuando Europa, Estados Unidos y Canadá comenzaron una lucha encubierta por concienciar a la sociedad de los problemas que generan la contaminación y el mal uso de los recursos naturales. Entonces apenas se hablaba del cambio climático, la principal amenaza que ahora se cierne sobre la riqueza natural del planeta.
«El cambio climático es debido a que estamos generando gases de efecto invernadero por encima de la capacidad de ser asumidos por parte de la atmósfera (sumidero)», señala Ecologistas en Acción. Esta organización advierte de que «vivimos a una velocidad por encima de lo sostenible. Una velocidad de apropiación de recursos y de generación de residuos superior a la capacidad de recuperación de nuestro entorno».
España registra un aumento de la temperatura que dobla la media global, según Amigos de la Tierra
Para Amigos de la Tierra resulta paradójico que sea el área mediterránea «una de las más vulnerables a los impactos del cambio climático, y que al mismo tiempo las emisiones de gases de efecto invernadero en España se sitúen por encima del 52% respecto al año de referencia del Protocolo de Kioto (1990)».
En nuestro país, «con un aumento de la temperatura que dobla la media global», se observa ya un gran número de impactos relacionados con el cambio del clima: gran cantidad de ecosistemas, en muchos casos únicos, se están viendo modificados y corren el riesgo de no conseguir adaptarse; más de la mitad de especies vegetales y casi la totalidad de las especies animales se ven afectadas; se inundan las zonas costeras sobre las que se asientan poblaciones, ecosistemas y muchas infraestructuras; se agrava la desertización del territorio, o se reduce la disponibilidad de recursos hídricos al disminuir las precipitaciones, cita la ONG conservacionista, que ha lanzado un concurso para fotografiar y denunciar estos impactos.
«Necesitamos una normativa que establezca reducciones anuales de emisiones de gases de efecto invernadero y que obligue a los gobiernos a cumplir sus compromisos. Aún estamos a tiempo de evitarlo, pero necesitamos que los gobiernos actúen ya», asegura José Carlos Puentes, responsable del área de Cambio Climático y Energía de Amigos de la Tierra.
La NASA también intenta contribuir al fenómeno de la concienciación medioambiental con una iniciativa on line. La agencia espacial estadounidense ha colgado en su web sobrecogedoras imágenes de la Tierra vista desde el espacio que muestran los agravios que sufre el planeta.
En sólo seis años el número de personas afectadas por los desastres naturales derivados del cambio climático se incrementará en 133 millones, lo que supone un aumento del 54%. De este modo, los afectados por estas catástrofes sumarán unos 375 millones en 2015.
Estas previsiones aparecen en un informe elaborado por Oxfam Internacional (Intermón Oxfam en España), que advierte de que el actual sistema internacional de respuesta humanitaria será incapaz de hacer frente a estas nuevas crisis, a menos que los países ricos realicen la inversión necesaria para fortalecerlo.
“A medida que el cambio climático y la mala gestión del medio ambiente provocan una proliferación de sequías, desprendimientos de tierras, inundaciones y demás desastres naturales, más personas se vuelven vulnerables a estas catástrofes debido a su pobreza y su ubicación”, aseguró la directora general de Intermón Oxfam, Ariane Arpa.
Ese incremento del 54% en el número de víctimas de desastres naturales desbordaría completamente el sistema humanitario si no recibe más inversión. En 2006, los países desarrollados destinaron 14.200 millones de dólares a la asistencia humanitaria. Para hacer frente a ese mayor número de afectados por los arrebatos de la naturaleza, Oxfam calcula que los gobiernos donantes deben incrementar sus aportaciones para lograr en 2015 una cantidad de al menos 42.000 millones de dólares anuales.
“El coste de ofrecer una asistencia digna a todos aquellos hombres, mujeres y niños que pudieran necesitarla en 2015, representaría sólo una pequeña fracción de lo que los países ricos han gastado en la crisis financiera global de 2008. No ofrecer esta asistencia sería una grave violación del deber de los Estados de salvaguardar ese derecho humano tan básico que es el derecho a la vida”, señaló Arpa.