En lo que va de año, el sector eléctrico español ha acumulado una reducción del 19,8% de sus emisiones de CO2. Esto significa que si continúa esta tendencia, en 2009 se reducirán un 20% las emisiones procedentes de este segmento energético, lo que contribuiría a disminuir las emisiones totales españolas un 3,6% respecto al año anterior, según las estimaciones realizadas por WWF.
La organización destaca que «éste ha sido el mes de noviembre que menos CO2 ha emitido el sector eléctrico en los últimos 10 años», gracias «al fuerte viento y a la mejora del estado de los embalses hidroeléctricos».
Según el número 40 del Observatorio de la Electricidad de WWF, en noviembre se batió un nuevo récord de generación mensual procedente de energía eólica con más de 4.650 GWh, lo que supone un incremento del 37,5% respecto al año pasado. Además, esta energía ha permitido cubrir el 23% de la demanda de electricidad total.
El aumento de la generación con otras tecnologías renovables, como la hidráulica y la solar, ha contribuido a mejorar la sostenibilidad del sector eléctrico, al reducir de forma significativa las emisiones. El pasado mes se emitieron menos de 4,3 millones de toneladas de CO2 respecto a los casi 7 millones del año pasado.
Heikki Willstedt, experto en energía y cambio climático de WWF, afirmó que «la apuesta española por las energías renovables para producir electricidad es un claro ejemplo de que, con una planificación a largo plazo y con una apuesta sostenida regulatoria y política por las renovables, dichas energías pueden convertirse en una herramienta muy útil para cumplir con el Protocolo de Kioto y con el que se espera que sea su sucesor, el Protocolo de Copenhague».
Sin embargo, WWF critica los planes del Gobierno español orientados a fomentar y subsidiar la quema de carbón autóctono, por considerar que se contradice con la apuesta del Ejecutivo por el desarrollo de las energías renovables. Por ello le pide «coherencia en su política energética con los esfuerzos internacionales para encontrar una solución al cambio climático». En concreto, la organización solicita que abandone su propósito de subvencionar la quema del carbón nacional y que concentre sus esfuerzos en establecer un marco regulatorio adecuado para que las renovables puedan seguir su desarrollo desde el punto de vista industrial y económico.