Un seguidor solar es una especie de girasol mecánico, ya que su misión consiste en que sus paneles solares sigan al Sol desde su salida hasta su puesta. De esta manera, aprovechan la radiación solar mucho mejor que los sistemas solares fijos. La gran variedad de prototipos permite su uso de manera asequible a grandes y pequeños consumidores, por lo que cada vez más empresas desarrollan dispositivos muy diversos.
La imagen típica de una instalación solar es la de unos paneles fotovoltaicos ubicados en una estructura fija y orientada a la zona del cielo en la que el Sol se encuentra en lo más alto. Sin embargo, durante el resto del día, los rayos solares inciden con un ángulo inferior a 90º, lo que disminuye la radiación captada. Por ello, los seguidores solares se crearon para aprovechar al máximo la luz solar durante todo el día. Así, dependiendo del tipo de instalación, pueden aumentar el rendimiento de los paneles solares entre un 30 y un 40%.
Imagen: NRELLos sistemas de seguimiento solar pueden utilizarse para obtener calor y energía renovable tanto en viviendas como en grandes complejos urbanísticos o industriales. Por un lado, se pueden aprovechar para producir agua caliente de uso doméstico o para instalaciones colectivas o de uso industrial; para climatizar piscinas; o para la calefacción y refrigeración de grandes superficies.
Por otro lado, su producción energética puede servir para abastecer de electricidad a lugares sin conexión a la red general eléctrica; para la extracción de agua en pozos aislados mediante bombeo; o para hacer funcionar centros de comunicaciones, alarmas, sistemas automáticos, etc., como por ejemplo las señales luminosas de tráfico.
Asimismo, otra manera de rentabilizar estos aparatos es mediante la venta de la energía eléctrica producida. En este sentido, las compañías eléctricas tienen la obligación de comprar la electricidad generada en las instalaciones fotovoltaicas a 0,44 euros por cada kilovatio/hora (kwh).
Una instalación con seguidor solar automático puede durar hasta 30 años y amortizarse en entre cinco y diez añosEn cuanto al gasto extra que supone instalarlos y su posible amortización, sus defensores aseguran que el gasto se recupera rápidamente, especialmente en países con muchas horas de sol, como España. Para ello se basan en los ingresos que generan estas instalaciones, en el bajo coste de mantenimiento, en su larga vida útil, y en las ayudas públicas que pueden conseguirse. Por ejemplo, una instalación con seguidor solar automático puede durar hasta 30 años y amortizarse en entre cinco y diez años.
No obstante, su generalización en los sistemas solares, además de los costes, depende también del espacio y condiciones para su rotación. Por ejemplo, un seguidor convencional no puede colocarse en un tejado. Sin embargo, las nuevas generaciones de estos dispositivos podrían solucionar este inconveniente. En este sentido, la empresa alemana Goldbeck Solar prevé comercializar a principios de 2008 su seguidor solar para tejados industriales y comerciales, Sunaxelerator.
En cualquier caso, los consumidores que estén interesados en instalar uno de estos sistemas pueden asesorarse contactando con organismos públicos como el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), o con organizaciones del sector, como la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF) o la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA).
Cómo elegir un seguidor solar
A la hora de acertar con el que mejor se adapte a las necesidades y bolsillos de los usuarios, hay que tener en cuenta los diferentes tipos de sistemas. Según la forma en que reciben la energía, se habla de seguidores solares estándar cuando llevan los clásicos paneles fotovoltaicos. Ahora bien, los seguidores solares también pueden ser utilizados para producir energía solar térmica, aunque no suele ser lo más común.
Por otra parte, el seguidor solar puede llevar un concentrador, ya sea un espejo o cualquier elemento cilíndrico o esférico, de manera que la radiación solar se concentra en las células fotovoltaicas. Este sistema abarata la instalación, ya que permite reducir la superficie de las células, cuyos materiales son más bien costosos.
El seguidor solar también se diferencia si posee un eje o dos de movimiento. En el primer caso, se pueden distinguir diferentes alineamientos, dependiendo del lugar geográfico en el que se ubique el dispositivo para aprovechar mejor los rayos solares. En cuanto a los sistemas de dos ejes, permiten un seguimiento perfecto del Sol, aunque al tener que estar continuamente moviéndose consumen una mayor energía.
El sistema motor de los ejes puede estar basado tanto en dispositivos manuales como en mecánicos. En este último caso, se pueden encontrar dispositivos con motor eléctrico (el más utilizado); hidráulicos (indicado para seguidores de gran tamaño); y accionados por gravedad, un original sistema que no necesita electricidad pero que pierde en control de la posición del seguidor.
El manejo de los seguidores también puede dar pie a varias posibilidades: Desde un control manual (indicado para viviendas individuales que quieran gastar lo mínimo) hasta los controlados por microprocesadores, que determinan la posición del Sol basándose o bien en sensores o bien en un programa de datos astronómicos sobre posicionamiento solar.
Diversas empresas españolas comercializan modelos innovadores de seguidores solares. Por ejemplo, Mecasolar, perteneciente al grupo navarro OPDE, instalaba este verano su seguidor solar en el estadio olímpico de Pekín dentro de sus planes de expansión en China. Sus responsables aseguran además contar para 2007 con una cuota en el mercado español del 60% en instalaciones con seguimiento solar de dos ejes, un total de 8.000 aparatos.
Por su parte, la PYME toledana Cabanillas Ingenieros presentaba hace unos meses un nuevo seguidor solar, denominado Titan Tracker, capaz de incrementar la productividad hasta un 45% y durar hasta 30 años a la intemperie, según sus responsables.
Asimismo, la Universidad de Jaén (UJA) instalaba a principios de año un prototipo de seguidor solar, denominado Sun Horse 70, con el objetivo de estudiar y mejorar estos sistemas. Para ello, los investigadores de la UJA han contado con el apoyo de las empresas españolas de energía solar fotovoltaica Campos Solares e Inspira.