Desde que Liliana Spendeler, de 38 años, llegó de su Francia natal a España hace más de una década no ha cesado de trabajar por la concienciación y la protección del medio ambiente. En 2000 dirigió por primera vez la campaña de cultivos y alimentos transgénicos en Amigos de la Tierra, una organización de defensa medioambiental en la que trabajan alrededor de 2.000 personas, con gran fuerza internacional y presencia en 72 países. Aún mantiene su esfuerzo por “conseguir sociedades sostenibles desde un nivel global a otro más local”. Con este fin, Amigos de la Tierra diseña programas de educación ambiental en los colegios, centrados en la concienciación de los más pequeños, y campañas informativas dirigidas a los mayores.
Amigos de la Tierra está formada por varios miles de personas. Aunque no es una asociación muy grande estamos organizados en una oficina central que lleva campañas estatales y en grupos locales. A pesar de no ser muy numerosos somos bastante activos en algunos territorios como Galicia, Andalucía, Barcelona, Islas Baleares, Castilla La Mancha, Zaragoza y Madrid. Nuestro trabajo está centrado en organizar campañas en torno al tema de los residuos, con el fin de concienciar acerca del reciclaje doméstico, y sobre el cambio climático, donde tenemos dos componentes: el de concienciar a los ciudadanos en general con campañas de información y a través de los medios de comunicación, y el de incidir directamente a través de campañas para que se reduzcan las emisiones de CO2. Esto lo realizamos a través del programa llamado ‘La Apuesta’, en el que llevamos trabajando más de siete años en colegios por medio de un programa de educación ambiental. Enseñamos a los niños cómo ahorrar agua, luz, residuos, etc. Este programa que venimos desarrollando en colegios lo vamos a extender ahora a pequeñas empresas como, por ejemplo, comercios. Además, tenemos una campaña sobre alimentación y agricultura sostenible que también queremos trasladar a los colegios aprovechando algo que los niños conocen bien, los alimentos, para introducir con ellos los problemas ambientales.
Sí. Somos parte de una red internacional, Amigos de la Tierra Internacional, y ahora estamos presentes en 72 países. Se puede decir que es la mayor federación de grupos ecologistas en el mundo; en Sudamérica tenemos más de 20 grupos, en África y Asia alrededor de seis, etc. Por tanto, para la red internacional y para realizar nuestro trabajo es muy importante el componente social, porque todo problema ambiental repercute socialmente y muchísimo más en los países del sur.
Desde el punto de vista medioambiental, yo diría que el cambio climático es un problema muy grave que no se va a resolver de forma inmediata y sencilla porque toda nuestra economía está basada en consumir mucha energía. Este es uno de los mayores problemas ambientales del momento. De todas maneras, creo que los mayores problemas en este sentido proceden de la forma en la que está organizado el mundo, dando prioridad absoluta a la economía y al crecimiento, cuando la protección social de los pueblos y el medio ambiente debería tener un peso equivalente a la importancia que se le concede a lo económico. Precisamente, la sostenibilidad está basada en dar igualdad a lo económico, ambiental y social, pero realmente estamos muy lejos de lograrlo
La sostenibilidad está basada en dar igualdad a lo económico, ambiental y social, pero realmente estamos muy lejos de lograrlo. Hasta que no consigamos dar mayor peso a la protección del medio ambiente y de las personas, no vamos a conseguir sociedades sostenibles.
Es muy difícil decir si vamos por el buen camino o por el malo. Lo que está claro es que en muchísimos temas vamos por el camino equivocado, no sólo en los temas medioambientales, sino en general. Por otra parte, pienso que cada vez existe mayor conciencia respecto a estos temas y eso puede hacer cambiar un poco las cosas. Es muy difícil decir que dentro de diez años va a haber un cambio radical, pero está claro que la concienciación con los temas ambientales y sociales es cada vez mayor, sobre todo en Sudamérica, donde se lucha porque se respeten sus derechos y no quieren que su ambiente sea contaminado. Yo veo que el grado de concienciación que existe en estos momentos puede hacer cambiar la situación en unos años a mejor.
El concepto de Deuda Ecológica se basa en que los países desarrollados, especialmente del Norte, estamos consumiendo desde hace siglos recursos de los países del Sur sin pagar el coste que eso supone sobre el medio ambiente y sobre estos pueblos tan pobres del Sur. Está claro que este coste es muy difícil de cuantificar, por esto entra el concepto de integrar los costes reales de los recursos que consumimos. Cuando consumimos cobre o cualquier otro recurso natural no pagamos el coste medioambiental que ese consumo implica. La filosofía es que en primer lugar deberíamos internacionalizar todos los costes de los recursos que consumimos
En primer lugar deberíamos internacionalizar todos los costes de los recursos que consumimos, porque ahora nos estamos aprovechando de unos recursos que no son gratis, pero por los que pagamos un precio muy reducido comparado al coste que tienen para la naturaleza.
En el tema de los incendios forestales entran muchos factores, el de la sequía, el factor humano y el de la prevención. Creo que la prevención es fundamental, partiendo de que la lucha contra los incendios se puede mejorar. En este sentido insisto en la prevención y creo que en este nivel el Gobierno, quizá un poco tarde, ha creado la Ley de Montes y se han tomado medidas preventivas. Es verdad que este año los incendios han empezado muy pronto y esas medidas han podido llegar tarde, pero son medidas que van en buena dirección, porque no olvidemos que la responsabilidad también es de los humanos, de no tirar colillas…..
En las empresas hay dos factores muy importantes. Por una parte está la concienciación y por otra el cumplimiento de la legislación. Es más difícil que las empresas tomen medidas ambientales sólo porque están convencidas que son buenas para el medio ambiente. En este sentido, es fundamental que se cumpla la legislación y poco a poco en España se va cumpliendo. La segunda parte sería hacer entender a las empresas que el cumplimiento de estas leyes puede tener una repercusión positiva en sus empresas, en sus negocios y sobre su rentabilidad.
Son figuras muy importantes siempre y cuando estén bien gestionadas y creo que en España la gestión de estos espacios naturales se puede mejorar. Ahora bien, considero que no podemos limitar la protección de la biodiversidad a estos espacios protegidos, es importante aportar un nivel de protección general a toda la biodiversidad que existe en el territorio español. Esto no se está dando en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, donde hay una política de urbanización muy importante y que no tiene en cuenta la protección de la biodiversidad. Está muy bien hacer un Parque Natural en la Sierra de Guadarrama, pero si destrozamos el resto del territorio con muchísimas más carreteras, construcciones de viviendas cuya necesidad no está probada, campos de golf, etc. de poco sirve. Es una contradicción.
