Imagen: GauravLa horticultura ecológica en España aún es muy reducida, siendo Andalucía la primera comunidad productora. No obstante, los consumidores demandan cada vez más frutas y verduras ecológicas, por lo que se considera un sector en auge que aumentará en los próximos años. De hecho, algunos casos resultan curiosos, como el de Cataluña, obligada a importar productos de Andalucía, Austria o Francia porque sus productores son incapaces de hacer frente a la cada vez mayor demanda de su mercado.
Además de sus ventajas para el medio ambiente y la salud, la horticultura ecológica puede convertirse en una alternativa de ocio para los habitantes de las grandes urbes. Algunas ciudades españolas están empezando a poner de moda los «huertos ecológicos urbanos», una manera lúdica de entrar en contacto con la Naturaleza y aumentar el respeto por el medio ambiente.
Los huertos ecológicos de ocio están muy extendidos en muchas ciudades europeas y también en España, siendo muy conocidos los de Madrid y AlicanteRecientemente, se constituía en Albacete la Asociación de Horticultores de Ocio Ecológico (AHOE), con el objetivo de desarrollar un proyecto de implantación de «huertos ecológicos de ocio». Según sus responsables, «están muy extendidos en muchas ciudades europeas y también en nuestro país, siendo muy conocidos los de la periferia de Madrid y los huertos urbanos de Alicante».
En este sentido, la Asociación Corazón Verde organiza en Alicante este tipo de huertos urbanos, dirigidos a personas de todas las edades. La iniciativa, denominada «Huertos Urbanos Ecológicos», obtenía un premio del Ayuntamiento alicantino para proyectos de innovación de la participación y fomento del asociacionismo.
En Tenerife, el Ayuntamiento de Candelaria ha impulsado un proyecto de huertos escolares ecológicos y jardines de plantas autóctonas a los que se han sumado varios colegios de la zona. De esta manera, sus promotores pretenden que los niños asuman diversos valores, como la responsabilidad de mantener un huerto y la preocupación por el medio ambiente.
Huertos ecológicos caseros
Los impulsores de estos huertos ecológicos de ciudad aseguran que se les puede sacar rendimiento con un poco de terreno, por pequeño que sea; un poco de tiempo y paciencia; y un mínimo de información básica. Además, recuerdan, se fomenta de paso el contacto directo con la naturaleza y se realiza un saludable ejercicio físico.
Los expertos en este tipo de cultivos ofrecen una serie de consejos básicos a la hora de lanzarse a ser un horticultor ecológico urbanita:
- Planificación sostenible del huerto: Es el primer y más importante paso a dar. Una buena distribución del espacio disponible evitará problemas y permitirá los mejores resultados con el mínimo esfuerzo. En este sentido, es fundamental el cultivo de varios productos autóctonos. La biodiversidad ofrece mejores resultados y protege mejor a los productos de plagas y enfermedades.
- La tierra: Dependiendo del espacio disponible, se pueden cultivar distintos tipos de productos. En una parcela de 30 o 40 metros cuadrados se pueden obtener las hortalizas y verduras básicas de la dieta cotidiana. Si no se dispone de terreno propio, se puede participar en alguno de estos huertos ciudadanos, e incluso la terraza o el balcón de casa pueden servir para cultivar diversas hortalizas. En cualquier caso, es interesante que el terreno esté orientado al sur o, por lo menos, que reciba varias horas al día de luz solar.
- El agua: Se aconseja un sistema de riego localizado, como tubos de goteo o mangueras de exudación y un sencillo programador de riego. De esta manera se evitan los problemas derivados tanto del exceso como de la falta de este precioso líquido.
- Semillas con certificación ecológica: Se pueden conseguir en algunas tiendas especializadas. También se puede recurrir a los horticultores ecológicos e incluso al intercambio de semillas promovido por algunas asociaciones o grupos de agricultura ecológica.
- Fertilizante natural: Aunque se puede comprar compost y abono orgánico, se puede ser autosuficiente mediante un compostero, ya sea comercial o casero, y aprovechar así los restos orgánicos domésticos.
Los detractores de los productos de la huerta ecológica recuerdan que son más caros que los convencionales porque, al no utilizar fertilizantes y plaguicidas químicos, su producción es inferior y están más expuestos a las plagas y enfermedades.
Imagen: Bill DavenportPor su parte, los horticultores ecológicos explican que a cambio de pagar un poco más, el ecosistema sale menos perjudicado y el consumidor recibe a cambio frutas y verduras más naturales. Asimismo, afirman incluso que en los últimos años están consiguiendo mayores producciones por hectárea que en las fincas de cultivo químico. De esta forma, pretenden responder a las críticas que afirman que si la horticultura ecológica se generalizase no podría generar alimentos para toda la población mundial.
Para evitar el empleo de sustancias químicas, la horticultura ecológica utiliza diversas técnicas, como las siguientes:
- Asociación de cultivos: Por ejemplo, las sustancias volátiles emitidas por la cebolla dificultan a la mosca de la zanahoria (Psilia rosae) encontrar su comida.
- Fertilización orgánica: Además de ayudar a crecer al cultivo, contribuye a suprimir enfermedades como las ocasionadas por hongos del suelo o los insectos plaga.
- Control biológico artificial: Además de las prácticas naturales, se puede recurrir a todo tipo de insecticidas bacterianos, insecticidas y funguicidas botánicos o mediante la suelta de depredadores, parasitoides y microorganismos patógenos de plagas.
- Manejo de las malezas: En vez de eliminarlas, su correcto control puede aportar beneficios al horticultor.
- Solarización: Consiste en poner unos plásticos transparentes encima de la huerta ya preparada. De esta manera, se elimina a los hongos nocivos para las plantas, y se favorece la reproducción de los hongos beneficiosos.