Los símbolos navideños naturales en peligro

Seres vivos representativos de las Navidades como renos, camellos, mula, abeto o musgo se encuentran amenazados
Por Alex Fernández Muerza 17 de diciembre de 2012
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Imagen: Blyth McManus

Los renos de Santa Claus, los camellos de los Reyes Magos, las ovejas o el musgo del belén, el abeto del salón… Todos ellos son típicos símbolos navideños que tienen, además, otro elemento en común: se encuentran en peligro de extinción. En algunos casos, como el acebo y el musgo, su extracción del monte está prohibida y puede acarrear multas de hasta 60.000 euros e incluso penas de prisión según el grado de destrucción. Este artículo explica las amenazas que sufren los renos, los camellos, los animales domésticos como la mula, el buey y las ovejas, el acebo y el musgo.

Renos

Santa Claus no podría llevar los regalos a los niños sin su trineo tirado por renos. Estos animales se encuentran en grave peligro en Canadá. El que fuera el rebaño más grande del mundo se ha reducido a una pequeña fracción, según un estudio gubernamental dado a conocer por la ONG conservacionista Survival Internacional: el rebaño del canadiense río George tuvo en sus mejores tiempos alrededor de los 900.000 ejemplares, pero sobreviven en la actualidad 27.600 animales. El descenso de la población ha sido del 63% en solo dos años.

El reno, conocido como caribú en Norteamérica, es fundamental para muchos pueblos indígenas del Subártico. Las causas del enorme descenso poblacional de los renos canadienses no están del todo claras. Los autóctonos y la citada ONG culpan a las explotaciones mineras de la zona, mientras el Gobierno acusa a los nativos de cazar demasiado.

Camellos

Los renos canadienses han pasado de unos 900.000 ejemplares a 27.600 en solo dos años
Los Reyes Magos llegaron al portal de Belén gracias a sus camellos. Una de sus especies, el camello bactriano (Camelus ferus bactrianus), se encuentra «en peligro crítico», según la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El programa «Distintos Evolutivamente y Amenazados Globalmente» (EDGE), cuyo objetivo es proteger a las especies animales más amenazadas del planeta, le ha incluido en su lista de las diez especies en mayor situación crítica: se estima que no quedan más de 1.000 ejemplares en estado libre en unas pocas áreas desérticas del sur de Mongolia y la región china de Xinjiang, por donde vagan en pequeños grupos. La caza, la pérdida de hábitat y la competencia con otras especies invasoras son sus principales amenazas.

A diferencia de su pariente el dromedario, el camello bactriano tiene dos jorobas y es más pequeño pero más robusto. Su capacidad de resistir temperaturas extremas y largos periodos de tiempo sin comer ni beber y de llevar pesadas cargas durante kilómetros le han hecho muy apreciado por los pueblos de su hábitat.

La mula, el buey y las ovejas

La mula y el buey del pesebre o las ovejas de los pastores del Belén parecen animales muy comunes, pero no lo son tanto como se cree. La Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) subraya la pérdida de biodiversidad doméstica registrada en los últimos años.

Según los expertos de la institución de Naciones Unidas, solo 14 de una treintena de especies de mamíferos y aves domésticas proporcionan el 90% de los alimentos de origen animal para consumo humano. La selección de especies por criterios de mercado ha descartado a otras muchas especies autóctonas. Este proceso ha empobrecido la base genética tanto de las razas comerciales como del resto. La diversidad genética es fundamental para suministrar más productos alimenticios y más posibilidades de hacer frente a situaciones de emergencia, como el cambio climático, las enfermedades o los cambios socioeconómicos.

Acebo

El acebo (Ilex aquifolium) es, con la flor de Pascua y el abeto, una de las plantas representativas de la Navidad. Y es que por su uso extensivo como adorno navideño hoy está en peligro. En las comunidades autónomas donde crece de manera natural, como Aragón, Asturias, Castilla y León o País Vasco, figura en sus respectivos catálogos de especies amenazadas.

Las instituciones protegen este arbusto de manera que cortar o arrancar acebo del monte está prohibido: puede conllevar una sanción administrativa de hasta 60.000 euros y penas que oscilan entre trabajos en beneficio de la comunidad y la prisión de cuatro meses a dos años, según el grado de destrucción.

Musgo

El musgo formaba parte de la ornamentación vegetal ineludible de cualquier belén. Sin embargo, en la actualidad, su extracción de los montes está prohibido. Varias especies están catalogadas como «en peligro de extinción» y se encuentran protegidas por la Ley del Patrimonio Natural y la Biodiversidad.

Los musgos son organismos vegetales simples que carecen de flores o frutos. Sin embargo, su función ecológica es muy importante: captan la humedad y almacenan el agua, contribuyen a formar y fijar el suelo, de manera que evitan la erosión, y preparan el terreno donde irán más tarde otros vegetales. Los musgos también cobijan a multitud de pequeños invertebrados, esenciales para la biología del suelo.

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