¿Para qué sirven las aves? La pregunta de un niño sirve de punto de origen para hacer un libro en el que su autor, Antonio Sandoval, explora un género apenas utilizado en España, el nature writing. ‘¿Para qué sirven las aves?‘ no es la típica obra de divulgación o descripción científica, sino que trata de fascinar al lector con un acercamiento más literario al mundo de los pájaros. Este comunicador ambiental y ornitólogo explica en esta entrevista más detalles sobre su última obra, anima a disfrutar de estos fascinantes seres y llama la situación sobre su preocupante situación.
Esta pregunta me la hizo un niño. Estaba yo contemplando el paso de aves marinas un día de temporal de invierno desde el cabo de Estaca de Bares, en Galicia, y su familia se había acercado a preguntarme qué hacía allí sentado con mi telescopio y mis prismáticos. Mi respuesta inmediata fue “para volar”. Nos reímos todos. Pero luego me quedé pensando, y con el tiempo empecé a tomar notas en mi cuaderno de campo que se convirtieron en un libro. Las aves nos han servido para muchas cosas a lo largo de la historia. Por poner un ejemplo, si no hubiera pájaros insectívoros, probablemente la agricultura no existiría, o de manera muy diferente.
Cada vez más las personas de todas las edades se animan a convertirla en una forma de ocio, y en mucho más. Pero la afición crece poco a poco. Aún nos queda mucho hasta alcanzar los más de 1.100.000 socios de la Real Sociedad para la Protección de las Aves de Reino Unido (RSPB), o para que, como en Estados Unidos, y según cifras oficiales, uno de cada cuatro ciudadanos salgan con mayor o menor regularidad a ver pájaros. Pero sucede que España es el país con mayor diversidad de especies de Europa, y nadie sabe más que nosotros acerca de cómo disfrutar de la vida, así que acabaremos por parecernos a ellos. Algo tan satisfactorio como salir a pasear disfrutando de los paisajes y las aves tiene el futuro más que asegurado.
“España es uno de los principales destinos de turismo ornitológico de Europa”España es uno de los principales destinos para el turismo ornitológico de nuestro continente. Una persona aficionada a las aves, con tiempo suficiente y una economía saneada, puede pasar un año completo disfrutando de muchos de los mayores espectáculos naturales de Europa. Nuestra península acoge una gran diversidad de ecosistemas, desde la atlántica Galicia que recibe aves que llegan desde Canadá o las islas Malvinas hasta los desiertos de Almería, pasando por las dehesas extremeñas, las cumbres cantábricas o pirenaicas, los deltas mediterráneos, los humedales andaluces, la meseta, etc. Cada uno de estos paisajes acoge en diferentes momentos del año especies diferentes gracias a la magia de las migraciones. No hay nada parecido en nuestro entorno. Tenemos una suerte tremenda.
Pocos ejercicios hay tan completos: ejercicio físico para todos los sentidos, sobre todo la vista y el oído; ejercicio intelectual, porque identificar algunas de las especies es todo un reto y exige verdaderas concentración y empeño; y ejercicio emocional, porque no hay nada tan hermoso como la naturaleza, no hay mejor hogar para nuestras sensaciones.
La situación no es buena. Nunca fue, globalmente, tan mala. Son demasiadas las especies amenazadas de extinción tanto a nivel local como ibérico o planetario. Cada vez que desaparece una tribu de aves de cualquier rincón perdemos algo muy importante: una parte fundamental de nuestro entorno, de cuanto disponemos para comprenderlo, es decir, de nosotros mismos. ¿Qué somos sin cuanto nos rodea? ¿De verdad creemos que nuestras fronteras se terminan en nuestra piel, nuestro hogar o nuestro ámbito social? Por suerte, tenemos hoy mucho a nuestro favor: hemos aprendido a revisar nuestra concepción del mundo y a tener conciencia de nuestro legado a quienes aún no han nacido. Esto, aunque nos suene muy manido, es nuevo en la historia de nuestra especie. Toda una revolución. Si de verdad deseamos volar cada vez más alto, que nuestros hijos y nietos lo hagan, necesitaremos a las aves como estímulo y en calidad de testigos de que nuestro rumbo es adecuado. Esperemos no llegar tarde a concienciarnos todos.
Sobre el papel, sí. Pero sobre el terreno, en la inmensa mayor parte de los casos, no. Es triste tener que afirmar algo semejante de forma tan rotunda, pero es así. Como sociedad, todavía admitimos para los espacios naturales protegidos discusiones acerca de hasta dónde deben permitirse según qué usos. Algunos no los admitiríamos para el patrimonio histórico-artístico. Nadie piensa en colocar aerogeneradores en las espigas de las catedrales, o en permitir la escalada por sus fachadas, o en convertirlas en canteras de piedra, o en la celebración de pruebas deportivas en su interior.
“España es el país con mayor diversidad de especies de aves de Europa”Sobre todo una: la educación, hacia la preservación de las aves y sus hábitats, y de la naturaleza en general, para un presente y un futuro mejor para todos. Una educación que saque a los niños de las aulas más a menudo y los lleve a aprender qué es la vida donde brota con la misma fuerza con la que ellos saltan, corren y cantan. En la que el asombro ante los misterios y la belleza de la biodiversidad sea una materia troncal. En la que los mayores, también, redescubramos el poder balsámico de bosques, humedales, montañas o estuarios. En la que, en fin, aprendamos a sentirnos en casa cuando estemos en todos esos lugares. Los críos de hoy tendrán que gestionar de adultos infinidad de problemas ambientales mucho más acusados que los nuestros. Si desde pequeños no han adquirido un conocimiento cabal, sensorial e íntimo de la naturaleza, de sus equilibrios y ciclos, ¿cómo van a ser capaces de afrontar ese reto?
Los pájaros son los seres vivos más representados desde siempre en las creaciones artísticas, tanto en las pictóricas como en la música o la literatura. Y también los que más se han utilizado para simbolizar los más profundos misterios, esos que nos acompañan desde que comenzamos a convertirnos en seres humanos complejos. En mi libro recojo infinidad de ejemplos. Y según de qué región y cultura hablemos, siempre aparecerá una especie más especialmente importante. ¿Cómo habría sido la humanidad si la evolución no hubiese propiciado a las aves?