Al destruir un bosque, desaparece mucho más que un grupo de árboles. Los bosques son esenciales para reducir las consecuencias del cambio climático o los desastres naturales, y proporcionan trabajo, comida, casa o energía a millones de personas en todo el mundo. Así lo señalan diversas instituciones internacionales, que destacan la importancia de conservarlos. Este artículo explica para qué sirven los bosques.
Mitigan el cambio climático, la contaminación y las catástrofes naturales
Los bosques atrapan dióxido de carbono (CO2), el gas de efecto invernadero con mayor impacto en el cambio climático. Los árboles disminuyen la contaminación urbana: atrapan y eliminan partículas nocivas en suspensión, además de absorber y bloquear el ruido. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala varios estudios que demuestran que la proximidad a los árboles puede reducir el asma infantil y las alergias. Los expertos también recuerdan los efectos psicológicos positivos de contemplar un bosque o vivir cerca de uno.
Los bosques constituyen el hábitat de dos tercios de las especies del mundoLos bosques purifican el aire, conservan las cuencas hídricas, mejoran el agua potable y la calidad del suelo y contribuyen a evitar la erosión y las inundaciones, recuerda la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Los árboles producen materia orgánica en la superficie del suelo con la caída de sus hojas, y sus raíces aumentan la permeabilidad del terreno.
Proporcionan millones de puestos de trabajo
Alrededor de uno de cada cinco habitantes del planeta depende de los bosques para su subsistencia, según datos de la UNESCO. El número de personas que trabaja en el sector forestal formal asciende a unos 13,2 millones de personas en el mundo, y al menos otros 41 millones en el sector informal (la producción de madera no reflejada en las estadísticas oficiales), como refleja la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los fabricantes de productos derivados de la madera maciza son los principales empleadores a nivel mundial en todas las regiones, excepto en África. Se estima, además, que unos 882 millones de personas (el 13% de la población mundial) recogen combustible de madera y carbón vegetal para su uso directo.
Albergan biodiversidad
Los bosques desempeñan una función esencial en la preservación de la biodiversidad, ya que constituyen el hábitat de dos tercios de las especies del mundo, según el Instituto Earthwatch, una organización científica conservacionista internacional.
Los expertos diferencian entre bosques y plantaciones comerciales de árboles. Estas últimas, normalmente monocultivos, poseen una biodiversidad mucho menor y son mucho más vulnerables a enfermedades, plagas e incendios. La deforestación o la sustitución de bosques por plantaciones de árboles amenazan la supervivencia de muchas especies. Es el caso del orangután en Indonesia. En 1900 había unos 315.000 ejemplares, mientras que en la actualidad quedarían menos de 50.000, aislados en pequeños grupos que podrían extinguirse en una década.
Contribuyen a dar una vivienda a millones de personas
Los productos forestales contribuyen de forma significativa a proporcionar vivienda a alrededor de 1.300 millones de personas (el 18% de la población mundial). Se estima que al menos 1.000 millones de personas en Asia y Oceanía y 150 millones en África habitan en casas hechas de forma principal con materiales obtenidos en los bosques, aunque la FAO considera que las cifras reales podrían ser mayores.
En todo el mundo se emplean productos forestales en la construcción de viviendas, sobre todo en las paredes (un 15% de los hogares), seguidos de los techos (un 7%) y los pisos (un 4%).
Ayudan a mejorar la alimentación mundial
Unos 2.400 millones de personas, alrededor del 40% de la población de los países menos desarrollados, utilizan combustible de madera para cocinar, según la FAO. Además, es posible que de estas personas, 764 millones también la usen para hervir y esterilizar el agua. La recolección de productos forestales comestibles también proporciona nutrientes esenciales a muchas personas. La mayor parte corresponde a productos de origen vegetal (sobre todo coco y sus derivados).
En Asia y Oceanía se consumen 62 millones de toneladas de productos forestales no madereros (alrededor del 80% del total mundial). Asimismo, unos 60 millones de indígenas obtienen sus alimentos del bosque, como apuntan datos de la UNESCO.
Son una fuente de energía renovable
La energía generada a partir de la biomasa de madera de los bosques se conoce como dendroenergía. Este tipo de energía renovable supone el 27% del suministro total de energía primaria en África, el 13% en América Latina y el Caribe y el 5% en Asia y Oceanía, según información de la FAO. En las zonas rurales de los países menos desarrollados es a menudo la única fuente energética disponible.
Los países desarrollados también la consideran un interesante sistema de producción de energía limpia para reducir su dependencia a los combustibles fósiles. En los hogares de unos 90 millones de personas de Europa y América del Norte es en la actualidad la fuente principal de energía para calefacción.