Imagen: EpremasaLos residuos peligrosos o de gran volumen generados en casa, en la oficina o en pequeños comercios no deben depositarse en los contenedores de la calle y mucho menos en vertederos incontrolados. Para ello, las instituciones públicas ofrecen unas instalaciones cercanas a las ciudades conocidas como Puntos Limpios, que en Valencia se denominan «Ecoparques» o «Areas de aportación», en Euskadi «Garbigunes», y en Cataluña «Deixalleries».
Los consumidores tienen que encargarse del transporte, pero merece la pena por los peligros de estos residuos y la labor de conservación medioambientalLa utilización de este servicio es gratuita, pero los propios consumidores tienen que encargarse del transporte. El esfuerzo merece la pena si se tienen en cuenta los peligros de estos residuos y la labor de conservación medioambiental que se realiza.
Por un lado, desechos como aceites o pesticidas son especialmente nocivos para el agua; los gases CFC y HCFC de antiguos frigoríficos contribuyen a disminuir la capa de ozono; los aparatos electrónicos, pilas o pinturas contienen metales pesados tóxicos como plomo, mercurio o cromo; cualquier producto de origen petroquímico como disolventes, pinturas, pegamentos, etc., pueden generar compuestos orgánicos volátiles (COVs) con efectos incluso cancerígenos; etc. Por otro lado, se evita el impacto ambiental de los vertidos incontrolados, y se contribuye a la reutilización y reciclado de este tipo de residuos.
La lista de desechos que pueden llevarse a un Punto Limpio es muy amplia, aunque conviene informarse antes de acudir a ellos, porque no en todas las instalaciones recogen todos los posibles residuos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ofrece una web con la lista de los Puntos Limpios en España.
A la entrada del recinto, un operario toma nota de los residuos e informa sobre cómo depositarlos. La instalación no genera olores ni presenta riesgos de toxicidad o peligrosidad, puesto que los residuos se encuentran controlados en lugares adecuados. Una vez dentro, el usuario se desplaza en su vehículo hasta el contenedor apropiado siguiendo unas señales horizontales de colores y unos símbolos verticales. Los contenedores se encuentran protegidos del exterior pero cuentan con un sistema de depósito de fácil acceso. En el caso de los frigoríficos y aparatos de refrigeración se depositan en una zona cubierta donde se les extrae los CFC. De esta manera, el consumidor ya habrá realizado su parte del trabajo.
Posteriormente, un camión transporta los residuos para darles el final apropiado, ya sea reutilización, reciclado, valorización energética o eliminación de forma segura. El aprovechamiento de algunos desechos es muy diverso: Con los aceites de cocina se pueden hacer jabones, velas, pinturas, piensos, lubricantes y biodiésel para vehículos; de las pilas botón se aprovecha el mercurio, mientras que de las normales se pueden recuperar el sulfato de zinc y las sales de manganeso; de las lámparas fluorescentes se aprovecha el vidrio y el mercurio.
En cuanto a los residuos voluminosos, su destino también es muy variado: Los escombros van a vertederos de inertes; los restos de poda y jardinería a plantas de compostaje; las chatarras y maderas a plantas de reciclado; y los colchones, juguetes y demás residuos sólidos urbanos (RSU) a vertederos o incineradoras.
Según la OCU, el sistema de Puntos Limpios está bien establecido en otros países, pero en España aún se encuentra “en mantillas”, y no es raro además, afirman, que los residuos peligrosos acaben en vertederos de seguridad esperando un tratamiento específico, que gran parte de lo que se podía reciclar se elimine para recuperación energética, o que se descarte la reutilización por las malas condiciones de recogida.
Por ello, los responsables de esta asociación ofrecen una serie de consejos para poder mejorarlos:
- Número suficiente de instalaciones para permitir su acceso a todos los ciudadanos, tanto urbanos como rurales.
- Criterios uniformes en todas las instalaciones.
- Teléfonos de contacto para resolver dudas y campañas periódicas de información para concienciar a los consumidores.
- Métodos alternativos al transporte particular, como furgonetas móviles o lugares de recogida.
- Posibilitar el depósito del mayor número de residuos posibles.