Separar los envases y depositarlos en su contenedor para su posterior reciclado puede parecer un esfuerzo inútil si no se conocen sus beneficios para el medio ambiente. En este sentido, cada vez que se recicla un envase, se está evitando llenar los vertederos y la extracción de nuevas materias primas, además de reducir el consumo de energía y la emisión de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático. Asimismo, con los materiales reciclados se pueden hacer nuevos productos, en algunos casos con resultados muy curiosos. Para que las cifras de reciclaje sigan aumentando, tanto en cantidad como en calidad, los consumidores son fundamentales.
Reciclar: cómo reduce el impacto ambiental
El reciclaje es un gesto muy útil y sencillo que el medio ambiente agradece de varias formas. La necesidad de nuevas materias primas para crear productos y todo su proceso de extracción, transporte, elaboración y gasto energético disminuye al reaprovechar los residuos reciclados. Asimismo, se evita que estos envases acaben en vertederos, cada vez más saturados y con problemas de impacto ambiental. Por ello, el reciclado también contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las cifras que ofrecen las organizaciones de gestión del reciclado son elocuentes. El reciclaje de 3.000 botellas de vidrio evita 1.000 kilos de basura y ahorra más de una tonelada de materias primas, según Ecovidrio, la asociación sin ánimo de lucro que gestiona el reciclado de vidrio en España. De esta manera, añade, se reduce la contaminación del aire en un 20%, al quemar menos combustible para la fabricación de nuevos envases.
Con cuatro botellas recicladas se ahorra la electricidad necesaria para mantener encendido un frigorífico todo el día
Ecoembes, la sociedad privada sin ánimo de lucro que gestiona la recogida y reciclado de los envases ligeros (envases de plástico, latas y bricks) y de papel y cartón en España, recuerda también que los plásticos tienen muchas utilidades y son fáciles de reciclar. Como provienen del petróleo, con su reciclaje se evita extraer esta contaminante materia prima. Los metales también son muy valiosos, remarca Ecoembes, ya que con su reciclaje se consume menos energía que fabricando metal nuevo a partir de minerales. Por ejemplo, los tetrabricks, compuestos de varios de estos materiales, se pueden reciclar al completo.
Asimismo, los gestores de Ecoembes ofrecen otro dato llamativo: desde que en 1996 se pusieron en marcha, han evitado que más de diez millones de toneladas de dichos envases acaben en vertederos, lo que equivale a unos 720 grandes estadios de fútbol repletos hasta arriba de envases.
Por su parte, el reciclado de papel y cartón ayuda a reducir la tala de árboles y el gran impacto ambiental de su fabricación: su reciclaje reduce en un 74% la contaminación del aire y en un 35% la del agua, según la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (Aspapel). Sus responsables aseguran que por cada 133 toneladas de papel que se reciclan se ahorra en vertedero un espacio equivalente a una piscina olímpica llena hasta arriba. Siguiendo el símil futbolístico, un gran estadio se podría llenar hasta arriba con 100.000 toneladas de papel que no se recicla.
Por ello, el reciclado también contribuye a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Desde Ecoembes se apunta que por cada tonelada reciclada de envases ligeros se evita la emisión de dos toneladas de CO2. Según Ecovidrio, con el vidrio reciclado en 2007 se pudo reducir las emisiones de CO2 en 377.343 toneladas. Aspapel asegura que por cada kilo de papel y cartón que los consumidores recogen para reciclar, evitan la emisión en vertedero de 900 g de CO2. Por ejemplo, 150 kilos equivalen a las emisiones de un viaje de 800 kilómetros en automóvil.
El reciclaje mejora en España
Los datos disponibles más recientes sobre reciclaje indican que esta práctica mejora año tras año. Ecovidrio afirma que en 2007 reciclaron 936.337 toneladas de vidrio, lo que supuso una tasa de reciclado del 56%. Para ello, destacan que la colaboración de los consumidores fue fundamental, ya que de este total, 657.330 toneladas correspondieron al vidrio municipal procedente de los contenedores, los “iglúes verdes”, mientras que las 279.007 toneladas restantes procedieron de otras fuentes (plantas de envasado, de selección, etc.).
En el caso de los envases ligeros, Ecoembes señala que en 2008 se reciclaron aproximadamente (son datos provisionales) 1.250.000 toneladas, lo que representa el 62% de los envases puestos en el mercado por las empresas adheridas a dicha organización (más del 90% del total). Gracias a estas cifras, aseguran los responsables de Ecoembes, se ha logrado cumplir el objetivo, con un año de anticipación, de la directiva europea, que marcaba un reciclado global de envases ligeros del 55% para diciembre de 2008.
Con 40 botellas de plástico PET (las típicas de agua mineral) se puede hacer un forro polar
De esta manera, afirman desde Aspapel, en una década se ha duplicado la cantidad de papel recuperado (en 1997 se recogieron 2,1 millones de toneladas). En términos relativos, el crecimiento de la recuperación ha sido también importante, pasando del 42% en 1997 al 63,9% diez años después. Con esta cifra, España se sitúa en la media europea (64%) con una tendencia de crecimiento que le acerca cada vez más a los países con una mayor tradición en la recuperación del papel y el cartón, como Suiza y Noruega con un 77%, o Alemania, Holanda y Austria, que se sitúan también por encima del 70%.
Separar correctamente, fundamental
Las cifras de crecimiento del reciclaje no serían posibles sin la colaboración de los consumidores. En este sentido, según un estudio de Ecoembes, la concienciación de los ciudadanos aumentaba considerablemente en 2007. La encuesta, elaborada por la empresa de investigaciones Millward Brown, indica que el 86% de los españoles afirma separar en su hogar algún tipo de residuo del resto de la basura. En lo referente a envases ligeros y de papel-cartón, el estudio desvela que también ha aumentado el hábito de su reciclaje: el 79% de los hogares españoles indica separar envases destinados al contenedor azul y al amarillo.
Para evitar este problema, normalmente se suele acertar teniendo claros los colores de los contenedores y su objetivo principal: contenedor verde, envases de vidrio; contenedor amarillo, envases ligeros (envases de plástico, latas y bricks); y contenedor azul, papel, cartón y periódicos. Ahora bien, algunos envases pueden crear confusión, de manera que conviene conocer con detalle los envases que cada contenedor admite y los errores más comunes.