Gastar menos en casa, cuidar el medio ambiente y mantener una buena calidad de vida no es antagónico ni imposible. Para ello, basta con seguir unas sencillas pautas que cualquier ciudadano puede asumir, como reducir su gasto en electricidad y en agua, controlar la climatización y el aislamiento, cuidar la iluminación, utilizar elementos naturales y, por supuesto, las tres erres del ecologismo: reducir, reutilizar y reciclar.
Disminuir el gasto de electricidad y agua
Los consumidores son responsables del 30% del gasto energético y del 10% del agua en España. La factura de la electricidad disminuirá, y con ello las emisiones de gases de efecto invernadero y el resto de impactos ambientales relacionados con la generación de energía, con la aplicación de unos cuantos consejos sencillos.
Imagen: Darko SkenderLos electrodomésticos son cada vez más numerosos en los hogares y demandan más energía. Por ello, conviene utilizarlos lo menos posible y elegir los aparatos que cuenten con una eficiencia más exigente que la clase A, como señala el nuevo etiquetado aprobado por la Unión Europea. El uso que se hace de estos aparatos también influye en su consumo: un frigorífico lleno gasta menos que uno vacío, igual que usar programas en frío o templados en la lavadora y el lavavajillas, utilizar el microondas en vez del horno, o evitar el uso del «stand by», un oculto pero importante «vampiro eléctrico«.
Otra posibilidad consiste en equipar el hogar con sistemas de energía renovable, de manera que el propio consumidor genera su propia y limpia electricidad. Para instalar uno de estos sistemas, diversas instituciones ofrecen interesantes subvenciones.
Los electrodomésticos son cada vez más numerosos en los hogares y demandan más energíaEl agua es un recurso cada vez más valioso y escaso. Los consumidores tienen a su alcance diversas formas de reducir el gasto de agua de la casa en general, y del baño y la cocina, o el jardín en particular, sin que afecte a su calidad de vida. Sustituir el baño por la ducha, mantener en buen estado los grifos y demás sistemas, o utilizar aparatos que economizan el uso del agua, como los grifos monomando o los reductores de caudal, u otros que reutilizan el agua usada en casa o la proveniente de la lluvia, son algunas pautas básicas.
Controlar la climatización y el aislamiento
La climatización es uno de los elementos principales de consumo de una vivienda: la calefacción y el agua caliente sanitaria (ACS) suponen un 67% del consumo energético de los hogares españoles. Un uso razonable de estos sistemas es la primera medida que se debe tomar. Controlar el tiempo de encendido y mantener la vivienda a 20º (cada grado que se baja el termostato se ahorra hasta el 3% de la factura eléctrica) serán suficientes para garantizar el confort. De la misma manera, con tener encendida la calefacción unas pocas horas será suficiente, mientras que un mantenimiento adecuado de la caldera individual ahorra hasta un 15% de energía.
La tecnología también ayuda a reducir el consumo en climatización. Las válvulas termostáticas en radiadores, los termostatos programables, las bombas de calor, los «inverters», o los sistemas solares reducen la factura y proporcionan la temperatura necesaria en cada momento del año. El uso racional del aire acondicionado supone también importantes ahorros y reduce su impacto ambiental.
Otro elemento esencial que conlleva importantes ahorros en climatización es el aislamiento. En España, más de la mitad de los edificios no están bien aislados. Un buen aislante térmico evita desperdiciar en un edificio hasta un 30% de energía. Por ello, las instituciones obligan a las nuevas construcciones a cumplir unos mínimos de eficiencia energética y conceden ayudas para integrar sistemas aislantes a las casas ya edificadas.
Las medidas que se pueden tomar son muy diversas: utilizar materiales aislantes en paredes, techos o cubiertas, carpinterías exteriores, ventanas y vidrios especiales para este objetivo, protecciones solares y, en especial, puentes térmicos como los formados en las vigas estructurales.
Cuidar la iluminación
La climatización es uno de los elementos principales de consumo de una vivienda
La iluminación representa entre la cuarta y la quinta parte del consumo eléctrico en una vivienda, y hasta la mitad en casos de hogares con una deficiente luminosidad natural. Frente a ello también se pueden asumir unos cuantos consejos, como abrir las ventanas lo máximo posible, pintar de colores claros paredes y techos (algunas marcas reflejan la luz hasta dos veces más que las demás), apagar las luces si no se necesitan, mantener limpias las tulipas y bombillas o instalar sistemas economizadores de energía.
Las bombillas de bajo consumo necesitan menos energía y duran más tiempo que las convencionales. Las instituciones han marcado un calendario progresivo de eliminación de los principales modelos de bombillas de mayor gasto energético.
Utilizar elementos naturales
El uso de determinados productos químicos en las viviendas puede generar diversos problemas de contaminación. Por ello, siempre que sea posible, se debe recurrir al uso de productos y elementos naturales. Las líneas de actuación son variadas: en vez de pinturas, pigmentos o barnices industriales, utilizar pinturas y tratamientos ecológicos, frente a los muebles de conglomerado o contrachapado y los elementos de decoración sintéticos, decantarse por los de fibras naturales, como la madera -a ser posible con certificación ecológica-, o en el momento de limpiar el hogar, recurrir a productos naturales capaces de cubrir la mayoría de las tareas.
Y por supuesto, las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar
Los hogares serán siempre más ecológicos si se asumen las clásicas tres erres (reducir, reutilizar y reciclar), como se detalla en la escuela de reciclaje de EROSKI CONSUMER, se utilizan los puntos limpios para los residuos que no se pueden depositar en los contenedores o se recurre al compostaje casero. Y es que hay que recordar que cada consumidor produce de media al día 1,7 kilos de basura, un total de 25 millones de toneladas anuales que, en buena parte, acaban en los vertederos.