Tabaco: así daña al medio ambiente

Es el producto de consumo masivo que más impacta en la naturaleza, al provocar contaminación, deforestación, incendios forestales o cambio climático
Por Alex Fernández Muerza 7 de febrero de 2011
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Imagen: Hamid Najafi

El medio ambiente es el fumador pasivo que más sufre. La producción de tabaco provoca contaminación de los recursos naturales, pérdida de biodiversidad, incendios forestales, deforestación de bosques y selvas, aumento del cambio climático y la mala calidad del aire urbano… Ningún otro producto de consumo masivo causa tanto daño desde su cultivo, producción, uso y desecho como el tabaco, como señala un informe del Centro para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y no es el único estudio que destaca las consecuencias de este negativo hábito para la salud humana y la de todo el planeta.

Las colillas, residuos peligrosos

La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) afirma que cada año se tiran 4,5 billones de colillas, la parte más tóxica del cigarrillo, y según el Ministerio de Salud de Argentina, la mayor causa de basura en el mundo.

Por ello, no es de extrañar que un artículo publicado en la revista «International Journal of Environmental Research and Public Health» considere a las colillas como «residuos peligrosos». Según sus autores, un equipo de la Universidad de California y la Universidad del Estado de San Diego (EE.UU.), cada año representan más de 845.000 toneladas de residuos.

Cada año se tiran 4,5 billones de colillas, la parte más tóxica del cigarrilloLos filtros de las colillas están hechos de acetato de celulosa, un material no biodegradable cuyo efecto contaminante puede durar en el entorno 25 años hasta que se descompone. El estudio señala que en las playas americanas las colillas representan un tercio de todos los residuos recogidos.

Además del filtro, la colilla puede conservar las sustancias tóxicas que componen el cigarrillo. La nicotina y el alquitrán de un solo cigarrillo pueden contaminar hasta 50 litros de agua. Según un informe de la Universidad del Estado de Florida (FSU), las compañías tabacaleras le agregan a los cigarrillos sustancias químicas para que los fumadores no tengan que encenderlos de manera constante. La AECC asegura que muchos incendios forestales son causados por colillas mal apagadas. En EE.UU., según el Centro Nacional de Información del Fuego, la primera causa de incendios en las casas es un cigarrillo encendido sin prestarle atención.

El informe de la FSU indica además que casi la mitad de la basura en las calles está formada por colillas. Estos residuos pueden llegar a ríos, océanos y lagos y ser ingeridos por pájaros, peces y otros animales, que pueden morir al no ser capaces de digerirlos.

El tabaco se fuma selvas, bosques y cultivos…

El tabaco es uno de los principales responsables de la deforestación mundial. De ocho árboles talados, al menos tres le darán espacio a su cultivo o a su proceso de curación, según el informe de la FSU.

Las mayores plantaciones de tabaco se encuentran en países en desarrollo, donde se han convertido en una de las principales causas de deforestación de las últimas selvas tropicales. Y ello no solo se debe a los cultivos, sino a la curación posterior de las hojas. Este proceso consiste en secar la planta, de manera que las hojas verdes se vuelvan marrones y adquieran su característico aroma. Para ello se necesita aplicar calor a una temperatura de unos 70º, que en la mayor parte del mundo donde se cultiva proviene de quemar leña.

El tabaco es uno de los principales responsables de la deforestación mundialLa OMS estima que para curar el tabaco necesario en la elaboración de 300 cigarrillos se corta un árbol adulto. Las talas de árboles también se emplean para construir los graneros donde se realiza esta cura. Y no hay que olvidar el papel necesario para la elaboración de los cigarrillos, los paquetes y los cartones.

Las plantaciones de tabaco sustituyen en estos países en desarrollo a posibles cultivos alimenticios para sus poblaciones. Por ello, se da la paradoja de que algunos de estos países tienen que importar alimentos del exterior porque la mejor tierra se destina al cultivo de tabaco. Muchas personas de estos países son pobres y no tienen recursos para comprar esos alimentos importados.

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Imagen: DM

La planta del tabaco es muy exigente y consume los nutrientes del suelo de manera muy rápida. Los responsables de estas plantaciones utilizan por ello gran cantidad de pesticidas y fertilizantes químicos que contaminan el suelo y el agua, como señala el estudio del Centro para el Control del Tabaco de la OMS «Tabaco como riesgo para el Medio Ambiente, de la planta a la colilla». El uso de estas sustancias puede provocar diversos daños en el entorno, como erosión, pérdida de biodiversidad o eutrofización de lagos y ríos.

Después de dos cosechas, el suelo se agota y queda inutilizado por estos productos. Según el informe del FSU, como hay que esperar tres años para volverlo a utilizar, los productores en países sin control ambiental no dudan en buscar nuevos terrenos que consiguen con más deforestación.

El estudio de la OMS recuerda también que los restos de la planta utilizados en la fabricación de los cigarrillos representan un riesgo, ya que las fábricas desechan enormes cantidades a diario.

… Y empeora el cambio climático y la calidad del aire

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Imagen: Xavi Talleda

La producción de tabaco incide en el cambio climático de múltiples maneras. Al talar bosques y selvas para su cultivo y curación, los árboles destruidos emiten el dióxido de carbono (CO2) que tenían almacenado. Y cuantos menos árboles quedan, el planeta tiene menor capacidad de absorber este gas de efecto invernadero (GEI).

El humo de los cigarrillos también contiene GEI. La AECC estima que los fumadores producen al año 225.000 toneladas de CO2, el equivalente a las emisiones de unos 12.000 coches que recorrieran 10.000 kilómetros.

Además de los GEI, fumar también emite otras sustancias nocivas que empeoran la calidad del aire. El humo de los cigarrillos provoca niveles de concentración de partículas contaminantes hasta diez veces mayores que el causado por el humo de algunos motores diésel, según un artículo publicado en «Tobacco Control», una revista científica que examina las consecuencias negativas de esta práctica.

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