El ruido daña la salud y el medio ambiente. La normativa es cada vez más estricta con la contaminación acústica, pero no está controlada. Diversas medidas, en especial las preventivas e integrales, combaten este problema ambiental. Los consumidores también pueden contribuir a ello: concienciarse, usar de forma responsable el coche, los equipos de música o los electrodomésticos, disfrutar del silencio y la naturaleza, etc. Como curiosidad, España no es uno de los países más ruidosos del mundo, como señalaba un estudio “clásico” en este tema.
Cómo nos afecta el ruido
Igone García, investigadora del centro tecnológico vasco Tecnalia, trabaja en varios proyectos que combaten la contaminación acústica con la conservación de los sonidos naturales y la creación de paisajes sonoros agradables y Zonas Tranquilas urbanas. García explica que el ruido provocado por sonidos contaminantes, como el transporte o la actividad industrial, afecta de manera negativa a la salud y al medio ambiente.
El ruido supone un impacto para la biodiversidadDiversos estudios científicos han demostrado que la contaminación acústica genera estrés, conlleva pérdidas de productividad y gastos médicos asociados a sus impactos en la salud (molestias, dificultad para dormir, aumento de la presión sanguínea, etc).
En cuanto al medio ambiente, el ruido supone un impacto para la biodiversidad. Numerosas especies animales basan su supervivencia en los sonidos del entorno para identificar predadores, posibles parejas, etc. Algunas especies son más sensibles: en zonas de ruido, la gran mayoría de especies de ranas dejan de emitir sus conocidos cantos, utilizados para la reproducción, y por tanto sus poblaciones se resienten. Estos seres se marcharán de su hábitat hacia lugares con menos interferencias acústicas. La contaminación acústica humana también afecta a las plantas de forma negativa.
Cómo combatir la contaminación acústica
La normativa medioambiental es cada vez más estricta con la contaminación acústica. La Ley del Ruido, de 2003, y su desarrollo, el Reglamento del Ruido, intentan combatir este problema y contemplan medidas de mejora.
La Directiva Europea sobre evaluación y gestión del Ruido Ambiental obliga a los Estados miembros, entre otras cuestiones, a elaborar mapas de ruido en áreas de gran densidad de población y a que ofrezcan información sobre las áreas más bulliciosas a diferentes horas del día. Según los expertos, estos mapas ahorran recursos y son la base de futuras actuaciones en materia de ruido. La evolución de las mediciones de los mapas de ruido se puede consultar en la web de Evaluación y Gestión del Ruido Ambiental (EGRA) del Ministerio de Fomento.
En opinión de García, si bien el ruido no está controlado, la concienciación ha aumentado en las administraciones y la ciudadanía y hay ejemplos de actuaciones concretas. En cualquier caso, la investigadora de Tecnalia señala que las medidas más eficaces son preventivas e integrales. El objetivo sería incluirlo en las decisiones a todos los niveles: diseño de nuevos desarrollos urbanísticos basados en la calidad acústica, elección de maquinaria más silenciosa y de modos de vida menos contaminantes, etc. «Los beneficios de esta integración se vivirán en las próximas décadas, a la vez que se darán más pasos para reducir las actuales situaciones contaminadas, más complejas de abordar», explica.
Qué pueden hacer los consumidores frente al ruido
Los consumidores pueden hacer varias cosas para combatir la contaminación acústica:
- Concienciarse de que los hábitos de vida afectan a los niveles sonoros del entorno. La tranquilidad de los espacios y una vida con menor contaminación acústica empieza por uno mismo.
- Asumir medidas para lograr un entorno más tranquilo: reducir el uso del vehículo privado, disfrutar de un ocio respetuoso con los vecinos, elegir equipos de música y electrodomésticos con la menor emisión sonora posible (el nuevo etiquetado energético informa también del nivel de ruido en decibelios) y utilizarlos de forma responsable, etc.
- Disfrutar del silencio y de los sonidos naturales, del ocio «tranquilo». Según la investigadora de Tecnalia, es una actividad saludable que, con una moderada actividad física y el encuentro social, reduce el estrés y mejora la salud y el estado emocional.
Un informe de la OCDE de 1991 (“Lutter contre le bruit dans les années 90”) señalaba a España como uno de los países más ruidosos del mundo. El estudio se ha vuelto un “clásico” para hablar de este problema. Sin embargo, Igone García señala que esta afirmación no es del todo rigurosa: “Los datos disponibles en esa fecha eran muy escasos. En todo caso, es muy complejo comparar análisis sobre contaminación acústica en diferentes lugares del mundo, por la disparidad de metodologías. Sí es interesante que cada territorio o ciudad compare su situación en diferentes escenarios temporales y analice si progresa.”