En cumplimiento de la normativa europea, los antiguos desguaces han realizado un importante esfuerzo para convertirse en centros autorizados de tratamiento (CAT). Actualmente hay más de 300 autorizados en España. Podemos localizarlos mediante la página web de cada comunidad autónoma (departamento de industria) o en la dirección de la patronal http://www.sigrauto.com.
Para deshacerse de un coche, el usuario ha de acudir a un CAT, donde darán de baja el vehículo. Para ello debe de llevar la siguiente documentación:
–solicitud de baja en modelo oficial con los datos y firma del titular del vehículo
–Documento Nacional de Identidad, tarjeta de residencia en caso de ser extranjero o poderes en caso de persona jurídica
–Permiso de Circulación y Tarjeta de Inspección Técnica del Vehículo
–fotocopia cotejada del último recibo cobrado del Impuesto Municipal de Circulación, excepto si el vehículo tiene más de 15 años
A continuación, el vehículo se traslada al centro de descontaminación. Se extraen todos los líquidos y materiales peligrosos para el medio ambiente: la gasolina que queda en el depósito, el aceite del motor, líquido de frenos, refrigerante, anticongelante y batería. Luego los materiales se clasifican y almacenan para su posterior traslado a plantas de tratamiento ecológico.
Después se procede al despiece del vehículo: se le retiran los materiales reciclables o reutilizables. Las piezas reutilizables se almacenan para su venta como recambios de segunda mano, principal fuente de ingresos de los CAT.
Los restos del vehículo se prensan para trasladarlos a la planta de fragmentación. Un molino de martillos los tritura en fragmentos de entre 20 y 40 centímetros. Los fragmentos pasan por corrientes magnéticas que separan las partes metálicas (un 75% aproximadamente) del resto de materiales. La chatarra se envía a la industria siderúrgica, donde se recicla.
El objetivo marcado por las directivas de la Comunidad Europea es reciclar el 85% del peso de cada vehículo en 2006 y el 95 en 2015. Actualmente, diez millones de vehículos se dan de baja cada año en Europa, que suman un volumen para reciclar de ocho millones de toneladas.