Si está pensando en comprar un todoterreno o cualquier otro vehículo potente o de gama alta, lo primero que debe saber es que a partir del 1 de enero de 2008 le saldrá más caro, al menos un 18%. Por el contrario, si se decide por un coche pequeño y urbano, es muy probable que no tenga que pagar tanto debido a que los niveles de contaminación en un coche de gama más baja no son comparables a los grandes modelos de alta potencia. La decisión de cobrar a los conductores, según la contaminación que emita el coche que se compren ha sido tomada por la Comisión de Medio Ambiente de Congreso el pasado 27 de junio. Además, la enmienda a la ley de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera modifica la fiscalidad de los automóviles. Básicamente se altera el criterio para fijar el impuesto de matriculación, que no será por la cilindrada o el combustible que utilicen sino por la mayor o menor emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. En definitiva, el que más contamine deberá pagar más.
Un 7% de los coches no pagará la tasa
Es probable que el nuevo sistema del impuesto de matriculación para vehículos -una de las prioridades para poder cumplir con el Protocolo de Kyoto- lo vayan aplicar otros países europeos, como Holanda. En el caso de España, dicho sistema se basaría en cuatro puntos: imponer una cantidad de dinero según las emisiones de CO2, que los coches que menos emitan no paguen impuestos, que el tipo para los más contaminantes sea de cinco puntos más sobre el actual, que se sitúa en un 12% y, por último, las motos acuáticas y quads, que hasta ahora no tenían que pagar impuesto de matriculación, se verán obligados a abonarlo.
Hasta un 18% puede llegar a alcanzar el impuesto que, con toda seguridad, se pondrá en marcha el año que viene
Como consecuencia de todo ello, se terminará con las diferencias fiscales en el impuesto de circulación entre los vehículos de gasolina y los diésel. Según el secretario general para la Prevención del Cambio Climático y la Contaminación, Gonzalo Aizpiri, “se anula la fiscalidad diferenciada de diésel y gasolina, ya que ésta se calcula por cilindrada, para pasar a ser una fiscalidad por emisiones de CO2”. En definitiva, “se trata de un impuesto ambiental y social”, añade Aizpiri. Con todo ello, esta nueva ley -con la que se pretende reducir los efectos del sector del transporte en el cambio climático- permitiría que al menos un 7% de los coches que se venden en España en la actualidad, unos 30 modelos, quede exento de pagar esta ‘tasa verde’. Esto quiere decir que los automóviles con una emisión de gases contaminantes igual o inferior a 120 g por kilómetro -cifra obligatoria para 2012- quedarán exentos del pago del impuesto de matriculación. Así, los compradores que se decidan a comprar coches más verdes conseguirán un ahorro fiscal medio de 770 euros, una cifra que se aproxima a la cantidad concedida por dejar el viejo coche en el concesionario, según el Plan Prever, que finaliza el año que viene.
En este sentido, los datos de Anfac, la patronal de fabricantes de coches, revelan que en 2006 se vendieron 250.000 coches (el 15% del total) que cumplieran con los requisitos de la nueva norma, mientras que el 85% restante superaba con creces los mínimos impuestos por la ley. Son precisamente estos los que deberán pasar por caja. Y eso supone una cifra de 1,4 millones de vehículos nuevos que cada año salen a las carreteras en España. Y es que los datos son concluyentes: la media de emisiones de cada uno de los coches que se matriculan cada año en España casi llega a los 150 g de CO2 por cada kilómetro recorrido, y en el extremo más contaminante, el de los coches con una potencia más elevada, pueden superar con creces los 300 g por kilómetros recorrido.
En este sentido, la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción (Faconauto) asegura que las emisiones medias de dióxido de carbono de turismos y todoterrenos matriculados en España durante 2006 se situaron en 151,91 g por kilómetro recorrido, lo que representa un descenso del 1,4% respecto al año anterior. El estudio señala que, a pesar de los esfuerzos de las marcas por conseguir tecnología más ecológica, España se sitúa muy por encima del nivel de 140 g por kilómetros al que se comprometieron llegar los fabricantes en 2008. En este sentido, el informe destaca que las marcas asiáticas son las que tendrán que realizar mayores inversiones y que las generalistas son las que más se acercan a los objetivos de la Unión Europea en materia de emisiones contaminantes, con una media de 156 g de CO2 por kilómetro frente a los 270 g de media de los coches de lujo.
Más ganadores que perdedores
Algunos conductores se ven más afectados porque supone un aumento considerable del precio final, aunque muchos dudan de que el aumento medio previsto de 1.200 euros pueda disuadir en algo a los compradores de esos coches, que en muchas ocasiones superan gastos de 40.000 euros. En cambio, para muchas familias que pueden acceder a un todoterreno de rango medio esa podría ser la razón para no comprárselo. Por otro lado, esta norma beneficia a los jóvenes que buscan su primer coche, normalmente de cilindradas reducidas. Por eso podría darse el caso de que los coches pequeños eleven su cuota de mercado. No en vano, están a punto de llegar a España utilitarios cuyo nivel de emisiones se ha reducido de manera significativa. En octubre ya comenzará a venderse el Fiat 500, que es importante no sólo por ser el primer coche pequeño (sólo tiene cuatro plazas) en superar las duras pruebas de choque o EuroNCAP, sino que ha reducido sus emisiones hasta expulsar a la atmósfera menos de 120 g por kilómetro.
Entre los consumidores, los jóvenes que buscan su primer coche, normalmente de cilindradas reducidas, serán los más beneficiados
Por su parte, las arcas del Estado verán aumentan sus ingresos en casi 111 millones de euros anuales, aunque fuentes oficiales aseguran que el único objetivo con esta regulación es lograr un efecto fiscal neutral, es decir, no incrementar el volumen de impuestos recaudados. Por su parte, Anfac, la patronal de fabricantes de coches, se muestra conforme con esta reforma “siempre que no signifique un aumento de la presión fiscal sobre los automóviles”. En palabras de Luis Valero, presidente de esta asociación, “estos cambios fiscales tienen que tener un efecto neutro, de forma que se deben llevar a cabo los ajustes necesarios para mantener los ingresos fiscales cuando se favorezca la adquisición de coches con bajas emisiones y se penalice a los que más emiten”. Por su parte, Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), ha pedido la supresión del impuesto de matriculación para fomentar la renovación del parque automovilístico español y, de esta manera, mejorar la calidad del aire.
Novedades
Además del nuevo impuesto que se deberá pagar en función de la contaminación emitida por los vehículos, hay más novedades:
- Cómo cobrar. El Gobierno no ha decidido si cobrar según el nivel de emisiones del coche o que los propietarios paguen de forma proporcional por cada gramo de dióxido de carbono que sobrepase el límite fijado.
- Coches etiquetados. Otra de las novedades incorporadas a la legislación es que el Gobierno obligará a las marcas a colocar una etiqueta informativa sobre la eficiencia energética sobre el consumo de combustible y emisiones de CO2 de los turismos nuevos que se pongan a la venta o se ofrezcan en arrendamiento financiero.
- Movilidad sostenible. El Gobierno elaborará una Ley de Movilidad Sostenible que incorpora el mandato a las empresas para que reduzcan el número de desplazamientos en coche de sus empleados, fomenten otros modos de transporte menos contaminantes y contribuyan a reducir el número y el impacto de estos desplazamientos.